Cantares 7:12 La Biblia de
las Américas (LBLA)
EL ESPOSO:
¿Por qué
habéis de contemplar a la Sulamita,
como en la danza de los dos coros[a]?
como en la danza de los dos coros[a]?
7 [b]¡Cuán hermosos son tus pies[c] en las
sandalias,
oh hija de príncipe[d]!
Las curvas de tus caderas son como joyas[e],
obra de manos de artífice.
2 Tu ombligo, como una taza redonda
que nunca le falta vino mezclado;
tu vientre como montón de trigo
cercado de lirios.
3 Tus dos pechos, como dos crías
mellizas de gacela.
4 Tu cuello, como torre de marfil,
tus ojos, como los estanques en Hesbón
junto a la puerta de Bat-rabim;
tu nariz, como la torre del Líbano
que mira hacia Damasco.
5 Tu cabeza te corona[f] como el Carmelo,
y la cabellera suelta de tu cabeza es como hilos de púrpura;
el rey está preso en tus trenzas.
6 ¡Qué hermosa y qué encantadora eres,
amor mío, con[g] todos tus encantos!
7 Tu estatura[h] es semejante a la palmera,
y tus pechos, a sus racimos.
8 Yo dije: «Subiré a la palmera,
asiré sus frutos[i]».
¡Sean tus pechos como racimos de la vid,
el perfume de tu aliento[j] como manzanas[k],
9 y tu paladar como el mejor vino!
oh hija de príncipe[d]!
Las curvas de tus caderas son como joyas[e],
obra de manos de artífice.
2 Tu ombligo, como una taza redonda
que nunca le falta vino mezclado;
tu vientre como montón de trigo
cercado de lirios.
3 Tus dos pechos, como dos crías
mellizas de gacela.
4 Tu cuello, como torre de marfil,
tus ojos, como los estanques en Hesbón
junto a la puerta de Bat-rabim;
tu nariz, como la torre del Líbano
que mira hacia Damasco.
5 Tu cabeza te corona[f] como el Carmelo,
y la cabellera suelta de tu cabeza es como hilos de púrpura;
el rey está preso en tus trenzas.
6 ¡Qué hermosa y qué encantadora eres,
amor mío, con[g] todos tus encantos!
7 Tu estatura[h] es semejante a la palmera,
y tus pechos, a sus racimos.
8 Yo dije: «Subiré a la palmera,
asiré sus frutos[i]».
¡Sean tus pechos como racimos de la vid,
el perfume de tu aliento[j] como manzanas[k],
9 y tu paladar como el mejor vino!
LA ESPOSA:
10 Yo soy de mi amado,
y su deseo tiende hacia mí.
11 Ven, amado mío, salgamos al campo,
pasemos la noche en las aldeas.
12 Levantémonos temprano y vayamos a las viñas;
veamos si la vid ha brotado,
si se han abierto sus flores,
y si han florecido los granados.
Allí te entregaré mi amor.
13 Las mandrágoras han exhalado su fragancia,
y a nuestras puertas hay toda clase de frutas escogidas,
tanto nuevas como añejas,
que he guardado, amado mío, para ti.
y su deseo tiende hacia mí.
11 Ven, amado mío, salgamos al campo,
pasemos la noche en las aldeas.
12 Levantémonos temprano y vayamos a las viñas;
veamos si la vid ha brotado,
si se han abierto sus flores,
y si han florecido los granados.
Allí te entregaré mi amor.
13 Las mandrágoras han exhalado su fragancia,
y a nuestras puertas hay toda clase de frutas escogidas,
tanto nuevas como añejas,
que he guardado, amado mío, para ti.
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
SERVICIO A LA
SOCIEDAD
“Porque el Hijo del
Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en
rescate por muchos.” Marcos 10:45 (RVR1960).
El evangelio de Marcos nos relata que el ejemplo que
dejó Jesús es de servicio, siempre estuvo dispuesto a brindar ayuda a quien lo
necesitaba, sin discriminar a nadie.
De la misma manera
como miembros de Su iglesia, debemos estar prestos a servir, no solo dentro de
la misma sino también fuera de ella.
Si observas
cuidadosamente, verás que en tu comunidad o barrio, hay mucha necesidad,
corazones que precisan de Dios; que lindo sería brindarles ayuda no sólo
espiritual sino también material que cubra sus necesidades más inmediatas.
Como iglesia debemos
integrarnos a la sociedad empezando por nuestros vecinos; hoy te animo a tomar
acción para llegar a ellos.
Cesia Serna
CVCLAVOZ
CVCLAVOZ
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
Devocionales
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ
Palabras para el desierto.
“Dios mío, tú eres mi
Dios. Con ansias te busco desde que amanece, como quien busca una fuente en el
más ardiente desierto.”(Salmos 63:1 TLA)
El ser humano
experimenta pruebas, tribulaciones y tentaciones; la vida se parece a caminar
en un desierto, si no tienes agua para el camino puedes perecer por el calor.
El agua en ese lugar es más valiosa que el oro.
Cuando hablamos del
desierto se nos viene a la memoria algunos animales creados para subsistir en
este lugar inhóspito. Por ejemplo el dromedario y el camello, perfilados para
soportar altas temperaturas y sobrevivir con sus reservas de agua. Cabe destacar
que un camello, simpático animal con jorobas, puede vivir cuarenta años, puede
tomar ciento ochenta litros de agua de golpe y desplazarse sin volver a tomarla
por más de diez días, alcanza una velocidad mínima de cuarenta kilómetros por
hora y una máxima, en periodos, cortos de sesenta km/h.
El ser humano
necesita hidratarse para sobrevivir, a diferencia del camello. Lo mismo pasa en
el ámbito espiritual, la persona que atraviesa por desiertos en su vida
necesita la palabra del Señor para resistir, si pasas por un desierto de
tentaciones recuerda lo que hizo Jesús: “Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás,
porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás.”(Mateo
4:10 RV60)
Aunque el diablo
también conoce las escrituras y la interpreta a su conveniencia para hacer caer
incluso a los que están firmes en la fe, Jesús se aferró a la palabra y venció
al maligno en el desierto. No dejes de aprender de Cristo, de la palabra viva,
renueva tu fe para resistir el momento de la prueba; no dejes que la ansiedad
te venza, con Dios de tu lado y su palabra puedes superar las dificultades.
No podrás llenarte de
golpe como el camello escuchando el mensaje de Dios sólo domingos o leyendo tu
Biblia una vez a la semana, pero aprender de la palabra cada día, congregarte,
orar, será vital para tu futuro, prepárate para los desiertos en la vida.
“en cambio, al
desierto lo convirtió en tierra fértil, rodeada de lagunas y
manantiales.”(Salmos 107:35 TLA)
Dios te puede dar la
victoria y cambiar tu desierto en un bello lugar donde el agua viva no te
faltará.
Carlos E. Encinas
CVCLAVOZ
CVCLAVOZ
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