viernes, 30 de noviembre de 2018

SALMO 106:48 LA REBELDIA DE ISRAEL Y LA LIBERACION DEL SEÑOR - ¡ REGOCIJENSE SIEMPRE! - COMPARTE LA PALBRA DE DIOS



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Salmos 106 : 48 La Biblia de las Américas (LBLA)

La rebeldía de Israel y la liberación del Señor

106 ¡Aleluya[a]!
Dad gracias al Señor, porque es bueno;
porque para siempre es su misericordia.
¿Quién puede relatar los poderosos hechos del Señor,
o expresar toda su alabanza?
Bienaventurados los que guardan el juicio[b],
los que practican[c] la justicia en todo tiempo.
Acuérdate de mí, oh Señor, en tu bondad hacia[d] tu pueblo;
visítame con tu salvación,
para que yo vea la prosperidad de tus escogidos,
para que me regocije en la alegría de tu nación,
para que me gloríe con tu heredad[e].
Nosotros hemos pecado como[f] nuestros padres,
hemos hecho iniquidad, nos hemos conducido impíamente.
Nuestros padres en Egipto no entendieron tus maravillas;
no se acordaron de tu infinito amor[g],
sino que se rebelaron junto al mar, en el mar Rojo[h].
No obstante, los salvó por amor de su nombre,
para manifestar su poder.
Reprendió, pues, al mar Rojo, y se secó;
y los condujo por las profundidades, como por un desierto.
10 Los salvó de mano[i] del que los odiaba,
y los redimió de mano[j] del enemigo.
11 Las aguas cubrieron a sus adversarios,
ni uno de ellos escapó.
12 Entonces creyeron en sus palabras,
y cantaron su alabanza.
13 Pero pronto se olvidaron de sus obras;
no esperaron su consejo.
14 Tuvieron apetitos desenfrenados en el desierto,
y tentaron[k] a Dios en las soledades.
15 El les concedió lo que pedían,
pero envió una plaga mortal sobre ellos[l].
16 Cuando en el campamento tuvieron envidia de Moisés,
y de Aarón, el santo del Señor,
17 la tierra se abrió y tragó a Datán,
y se cerró sobre[m] el grupo[n] de Abiram.
18 Un fuego ardió contra su grupo[o],
la llama consumió a los impíos.
19 Hicieron un becerro en Horeb,
y adoraron una imagen de fundición;
20 cambiaron su gloria
por la imagen de un buey que come hierba.
21 Se olvidaron de Dios su Salvador,
que había hecho grandes cosas en Egipto,
22 maravillas en la tierra de Cam,
y cosas asombrosas en el mar Rojo.
23 El dijo que los hubiera destruido,
de no haberse puesto Moisés, su escogido, en la brecha delante de El,
a fin de apartar su furor para que no los destruyera.
24 Aborrecieron la tierra deseable,
no creyeron en su palabra,
25 sino que murmuraron en sus tiendas,
y no escucharon la voz del Señor.
26 Por tanto, les juró[p]
abatirlos en el desierto,
27 y esparcir su simiente entre las naciones,
y dispersarlos por las tierras.
28 Se unieron también a Baal-peor[q],
y comieron sacrificios ofrecidos a los muertos.
29 Le provocaron, pues, a ira con sus actos,
y la plaga se desató entre ellos.
30 Entonces Finees se levantó e intervino[r],
y cesó la plaga.
31 Y le fue contado por justicia
por todas las generaciones para siempre.
32 También le hicieron enojarse en las aguas de Meriba[s],
y le fue mal a Moisés por culpa de ellos,
33 puesto que fueron rebeldes contra su Espíritu[t],
y él habló precipitadamente con sus labios.
34 No destruyeron a los pueblos,
como el Señor les había mandado,
35 sino que se mezclaron con las naciones,
aprendieron sus costumbres[u],
36 y sirvieron a sus ídolos
que se convirtieron en lazo para ellos.
37 Sacrificaron a sus hijos y a sus hijas a los demonios,
38 y derramaron sangre inocente,
la sangre de sus hijos y de sus hijas,
a quienes sacrificaron a los ídolos de Canaán,
y la tierra fue contaminada con sangre.
39 Así se contaminaron en sus costumbres[v],
y fueron infieles[w] en sus hechos.
40 Entonces se encendió la ira del Señor contra su pueblo,
y El aborreció su heredad[x].
41 Los entregó en mano de las naciones[y],
y los que los aborrecían se enseñorearon sobre ellos.
42 Sus enemigos también los oprimieron,
y fueron subyugados bajo su poder[z].
43 Muchas veces los libró;
ellos, sin embargo, fueron rebeldes a su consejo,
y se hundieron en su iniquidad.
44 Sin embargo, El vio su angustia
al escuchar su clamor;
45 y por amor a ellos se acordó de su pacto,
y se arrepintió[aa] conforme a la grandeza de su misericordia.
46 Les hizo también objeto de compasión
en presencia de todos los que los tenían cautivos.
47 Sálvanos, oh Señor, Dios nuestro,
y reúnenos de entre las naciones,
para dar gracias a tu santo nombre,
y para gloriarnos[ab] en tu alabanza.
48 Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
desde la eternidad y hasta la eternidad.
Y todo el pueblo diga: Amén.
¡Aleluya[ac]!



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Mensajes Cristianos – ¡Regocíjense siempre!
Publicado por: Pastor Carlos Vargas Valdez en Articulos Cristianos, Devocional Cristiano, Devocional Diario, Devocionales, Devocionales Biblicos, Temas Biblicos 2 Comentarios

Mensajes Cristianos – ¡Regocíjense siempre!
Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez os digo: ¡Regocijaos!
Filipenses 4:4
En la carta a los Filipenses, el apóstol Pablo presenta un imperativo al pueblo de Dios: «Regocijaos siempre». Pablo había sido arrestado y enviado a Roma para esperar su juicio. Había pasado días y noches en una prisión oscura y fría, con hambre. Luego había sido encadenado a un soldado romano, circunstancia que garantizaba que Pablo no se escaparía. Sin embargo, en esa circunstancia, en la que no parecía quedar más esperanza que una pronta decapitación, el apóstol todavía se mostraba capaz de reflejar una sonrisa en su rostro y exclamar «¡Regocijaos en el Señor siempre!»
Cuando entendemos el regalo del perdón a través del sacrificio de Jesús, cuando entendemos y aceptamos el concepto de la eternidad, cuando entendemos lo que Dios ya hizo por cada uno de nosotros, tenemos razones más que suficientes para experimentar ese sentir absoluto que dominaba la vida del apóstol Pablo, sin importar la circunstancia presente en la cual podamos encontrarnos. Si somos incapaces de regocijarnos en el Señor es porque hemos permitido que nuestros ojos se estanquen en el presente. Nuestra atención ha sido puesta en los deseos, en las metas o en las ambiciones terrenales, y hemos perdido las bendiciones que hemos recibido de una vida en Cristo Jesús. Solo hay dos opciones: o estamos muy centrados en las cosas terrenales, o simplemente no creemos en Jesús.

Lo más hermoso de regocijarse siempre en el Señor es que produce reacciones positivas en la vida de todo hijo de Dios. Pablo describe las siguientes reacciones que ocurren cuando nos regocijamos en el Señor: nuestra gentileza será evidente ante todos, no estaremos ansiosos por nada, y en nuestras oraciones estaremos llenos de agradecimiento por la guía de Dios en nuestra vida. Cuando mostramos nuestro regocijo a Dios no por lo que él hace o hará, sino por lo que ya hizo por nosotros en la cruz, él interviene en nuestros problemas de trabajo, de salud, de finanzas, y en nuestro trato con nuestros hijos y con las personas con las que nos relacionamos.
Cuando vivimos una vida llena de regocijo en Jesús, nos centramos no en los problemas que estamos enfrentando, sino en la solución que Dios nos puede dar. Las palabras de Pablo parecen no reflejar su situación de abandono en prisión, esperando una muerte segura. Esas palabras reflejan y representan una promesa que hoy podemos experimentar y hacer una realidad en nuestra vida. ¡Regocíjense siempre!


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Comparte la Palabra de Dios
“Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, 11 así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.” Isaías 55:10-11 (RVR1960).
En estos versículos la Palabra de Dios es comparada con la lluvia y la nieve. Así como cada gota de agua cae sobre suelo seco, brindando frescura y dando oportunidad para que haya vida; de la misma manera actúa la Palabra en los corazones de las personas. Da vida nueva a quien no tiene fuerzas ni esperanza, descanso al abatido, consuelo al afligido y dirección al perdido.
Por eso, es importante que como hijos de Dios, tomemos el tiempo necesario para estudiarla, nutrirnos con ella y que la compartamos con nuestra familia, amigos, pero en especial con quienes no conocen a Cristo.
Tomemos la responsabilidad y el privilegio de llevar Su Palabra al necesitado, no privemos a las personas que están en nuestro entorno de ser confortados y más aún de tener la oportunidad de recibir la salvación.
Tengamos siempre presente que Su Palabra no vuelve vacía.

Cesia Serna
CVCLAVOZ