Colosenses 2:2 La Biblia de
las Américas (LBLA)
Preocupación de Pablo por los colosenses
2 Porque
quiero que sepáis qué gran lucha tengo por vosotros y por los que están en
Laodicea, y por todos los que no me han visto en persona[a], 2 para que sean
alentados sus corazones, y unidos en amor, alcancen todas las riquezas que proceden de una plena seguridad
de comprensión, resultando en
un verdadero conocimiento del misterio de Dios[b], es decir, de Cristo, 3 en quien están
escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento. 4 Esto lo digo para
que nadie os engañe con razonamientos persuasivos[c]. 5 Porque aunque estoy
ausente en el cuerpo[d], sin embargo
estoy con vosotros en espíritu, regocijándome al ver[e] vuestra
buena disciplina[f] y la
estabilidad[g] de vuestra
fe en Cristo.
6 Por tanto, de la
manera que recibisteis a Cristo Jesús el Señor, así andad[h] en Él; 7 firmemente
arraigados y edificados en Él y confirmados en[i] vuestra fe,
tal como fuisteis instruidos, rebosando de[j] gratitud[k].
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
FIRMES ANTE LA
TENTACIÓN.
“Velad y orad, para
que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la
carne es débil.” Mateo 26:41 (RVR1960)
Uno de las batallas que cada día las personas se
enfrentan es con sus propias debilidades y tentaciones. Es por eso que Jesús
nos dice que velemos y oremos para no caer en tentación.
Jesús les enseñaba a
sus discípulos a no descuidar los tiempos de oración. Era tan radical que en un
momento con molestia les amonestó diciéndoles: ¿No habéis podido velar ni una
hora? (Mateo 26:40) Jesús se refería al tiempo en que los discípulos debían
acompañarlo en oración y no lo hicieron. A través de la oración mantenemos una
íntima comunión con Dios, lo cual nos permite conocerlo mejor y alinear nuestra
vida conforme a su voluntad.
Cuando somos
constantes en la oración, estaremos más fortalecidos espiritualmente y en mejor
posición para no caer en tentación. Como en toda nuestra vida, contamos con la
ayuda del Espíritu Santo para nuestro crecimiento espiritual, siempre y cuando
le demos a Él, el primer lugar.
Cristhian Castillo
CVCLAVOZ
CVCLAVOZ
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
Devocionales
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ
No te guíes por la vista.
Se cuenta que un
piloto de una importante línea aérea de los Estados Unidos fue enviado otra vez
a la escuela de pilotos para que “refrescara su memoria” sobre cómo acercarse a
un aeropuerto y aterrizar. Además de que temporalmente le retiraron su
clasificación de capitán.
Aunque tenía doce
años de experiencia como piloto comercial, había ignorado las ayudas de
navegación que tienen los aviones a bordo a la hora de aterrizar. En su lugar
se había dejado guiar por la vista, por lo que se equivocó y en vez de
aterrizar donde debía, lo hizo en un pequeño aeropuerto a cincuenta kilómetros
de distancia.
La gente del pueblo
aplaudió y lo tuvo como un héroe por haber logrado que aquel gigantesco avión
pudiera aterrizar en una pista corta y estrecha destinada a avionetas. Dieron
su nombre a una calle y los jóvenes llevaban su fotografía en las camisetas.
Sin embargo, la compañía aérea pensó de otra manera y castigó apropiadamente al
piloto por desobedecer las normas de navegación y poner en peligro a los
viajeros y al avión.
Y pese a que los 300
habitantes del pueblo firmaron y enviaron una petición de perdón alegando que
un error lo tiene cualquiera. La compañía aérea no tuvo en cuenta esta solicitud.
Existen muchas
ocasiones en las que guiados por nuestros conocimientos, vista o percepción,
hacemos las cosas sin tener en cuenta las leyes divinas, solamente basados en
nuestra opinión y experiencia. Es justamente ahí donde surgen los mayores
problemas porque decidimos poner de lado el manual que Dios nos ha dejado, sus
normas, y hacemos las cosas a nuestra manera.
Puede ser que ese
piloto haya logrado aterrizar bien, y puede suceder que pese a hacer las cosas
a nuestra manera no veamos las consecuencias o el lado malo, pero lo cierto es
que no terminaremos bien si no seguimos las reglas divinas.
“Cumple los
requisitos del Señor tu Dios y sigue todos sus caminos. Obedece los decretos,
los mandatos, las ordenanzas y las leyes que están escritos en la ley de
Moisés, para que tengas éxito en todo lo que hagas y dondequiera que vayas” 1
Reyes 2:3 (NTV)
Aunque no entiendas
muchas cosas de los mandamientos de Dios, síguelos, es la única forma en la que
podremos ver cumplidos los planes de bien que nuestro Padre tiene para nuestras
vidas.
Ana María Frege Issa
CVCLAVOZ
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