Deuteronomio 11:1 La Biblia de
las Américas (LBLA)
Grandeza y poder del Señor
11 Amarás,
pues, al Señor tu Dios, y
guardarás siempre[a] sus
mandatos, sus estatutos, sus ordenanzas y sus mandamientos. 2 Y comprended hoy que
no estoy hablando con
vuestros hijos, los cuales no han visto la disciplina[b] del Señor vuestro Dios:
su grandeza, su mano poderosa, su brazo extendido, 3 sus señales y sus
obras que hizo en medio de Egipto a Faraón, rey de Egipto, y a toda su tierra; 4 lo que hizo al
ejército de Egipto, a sus caballos y a sus carros, al hacer que el agua del mar
Rojo[c] los
cubriera[d] cuando os
perseguían, y el Señor los destruyó
completamente[e]; 5 lo que os hizo en el
desierto hasta que llegasteis a este lugar, 6 y lo que hizo a Datán
y Abiram, los hijos de Eliab, hijo de Rubén, cuando la tierra abrió su boca y
los tragó a ellos, a sus familias, a sus tiendas y a todo ser viviente[f] que los
seguía[g], en medio de
todo Israel. 7 Pero vuestros propios
ojos han visto toda la gran obra que el Señor ha hecho.
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
Devocionales
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ
La fragilidad de la vida.
Cuán frágil es la
vida, nuestra estadía en la tierra no es eterna y de un momento a otro podemos
pasar a otra existencia sin previo aviso. Salmos 103:15-16 (NTV) lo describe
así: “Nuestros días sobre la tierra son como la hierba; igual que las flores
silvestres, florecemos y morimos. El viento sopla, y desaparecemos como si
nunca hubiéramos estado aquí.”
Sin embargo, a pesar
de la fragilidad, fuimos creados para la eternidad y nuestro diseñador extendió
su misericordia del mismo modo: “Mas la misericordia de Jehová es desde la
eternidad y hasta la eternidad sobre los que le temen, Y su justicia sobre los
hijos de los hijos; Sobre los que guardan su pacto, Y los que se acuerdan de
sus mandamientos para ponerlos por obra.” Salmos 103:107-108 (RVR1960)
Cualquier situación
que estemos atravesando, que parezca que nunca acabará, en realidad terminará
porque no estamos desamparados, y aunque los problemas nos debiliten y pensemos
que nunca terminará nuestro sufrimiento, Dios ya estableció su misericordia
junto a un mejor futuro para quienes lo aman; entonces, si la vida terrenal es
frágil pero yo soy eterno en Cristo, ¿De qué me preocupo?
Será que Pablo
comprendió tan bien este principio que por ello nos recomendó: “No se preocupen
por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle
gracias por todo lo que él ha hecho. Así experimentarán la paz de Dios, que
supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su
mente mientras vivan en Cristo Jesús.” Filipenses 4:6-7 (NTV)
Es fácil
desenfocarnos de nuestra naturaleza espiritual cuando estamos acongojados, pero
la misericordia de Dios nos alcanza para recordarnos que lo tenemos a Él como
el sustentador toda nuestra vida.
Soraida Fuentes
CVCLAVOZ
CVCLAVOZ
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
AMAR A NUESTROS
ANCIANOS
“Ponte de pie en
presencia de los mayores. Respeta a los ancianos. Teme a tu Dios. Yo soy el
Señor.” Levítico 19:32 (NVI)
¿Cuál es tu actitud frente a los ancianos? ¿Qué es lo
primero que se te viene a la mente cuando los ves? Es importante brindarles el
respeto y amor que ellos merecen; dedica tiempo a escucharles, en lugar de
buscar consejo de quienes creen tener la respuesta a tus inquietudes; ora por
ellos y sigue su ejemplo. Dios también tiene planes maravillosos para los ancianos
que van incluso más allá de sus propias fuerzas. Por lo tanto ámalos, recuerda
que un día tú también estarás en ese lugar.
Ruth Mamani
CVCLAVOZ
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