1 Corintios 16:22 La Biblia de
las Américas (LBLA)
Saludos y despedida
19 Las iglesias de Asia os saludan. Aquila y Priscila, con la
iglesia que está en su casa, os saludan muy afectuosamente[h] en el Señor. 20 Todos los hermanos os saludan. Saludaos los unos a los otros con
beso santo.
21 Este saludo es de
mi puño y letra[i]—Pablo[j]. 22 Si alguno no ama al Señor, que sea anatema[k]. ¡Maranata[l]! 23 La gracia del Señor Jesús[m] sea con
vosotros. 24 Mi amor sea con todos vosotros en Cristo
Jesús. Amén.
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
Devocionales
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ
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Tu reacción es muestra de quién eres.
Aquel joven que se
enfrentó a leones y osos mientras pastoreaba sus ovejas. Aquel que se atrevió a
desafiar y matar a Goliat, cuando todo el ejército de Israel había perdido el
ánimo y las esperanzas de ganar. Aquel que fue un hombre exitoso en campo de
batalla y a quién Dios llamó “varón conforme a mi corazón” estaba pasando uno
de sus peores momentos.
Quizás la peor crisis
de toda su vida, esto podemos verlo en el Salmo 56 que empieza diciendo: “Ten
misericordia de mí, oh Dios, pues hay gente que me persigue.”
De hecho, David,
estaba siendo perseguido por el rey Saúl, quien quería matarlo. Saúl tenía
celos de David, porque el pueblo de Israel lo aclamaba más a él que al mismo
rey por los constante triunfos que tenía. Eso hizo que el rey Saúl se enojara
mucho y abriera puertas al enemigo. Porque un espíritu atormentador entró en su
vida e hizo que persiguiera a David para asesinarlo.
Ante este
acontecimiento, David, se vio obligado a escapar y buscar un lugar seguro. Sin
embargo, es capturado por los filisteos (1 Samuel 21:10-15) a quienes no les
agradaba David.
¿Cómo reaccionó David
frente a esas circunstancias?
David, acude a la
presencia de Dios, pidiendo su misericordia y contándole detalladamente todo lo
que estaba atravesando. Le dice el temor que tenía y cómo se sentía en ese
momento (Salmos 56). Pero algo importante que hace frente a su problema y el
miedo que sentía, es confiar en Dios y en sus promesas.
“Mis enemigos
emprenderán la retirada cuando yo clame a ti por ayuda. Una cosa sé: ¡Dios está
de mi lado! Alabo a Dios por lo que ha prometido; sí, alabo al Señor por lo que
ha prometido. En Dios confío, ¿por qué habría de tener miedo? ¿Qué pueden
hacerme unos simples mortales?” Salmo 56:9-11.
No es fácil mantener
calma cuando estamos siendo perseguidos o el enemigo quiere hacernos daño. Sin
embargo esas situaciones son las que nos muestras en quién confiamos realmente.
Muchas veces Dios permite que pasemos por problemas para ver cómo reaccionamos
y a quién acudimos.
Ten cuidado de cómo
actúas cuando enfrentas un problema, recuerda que Dios no olvida ningún detalle
de tu vida. Si Dios es por ti, ¿quién contra ti?
Confía en Él y
declara: “Una cosa sé: ¡Dios está de mi lado! Alabo a Dios por lo que ha
prometido; sí, alabo al Señor por lo que ha prometido. En Dios confío, ¿por qué
habría de tener miedo? ¿Qué pueden hacerme unos simples mortales?”
Diego Jora
CVCLAVOZ
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Escudo indestructible.
El Capitán América es
un superhéroe ficticio que inicia en los cómics, posteriormente en películas y
series de televisión que han alcanzado bastante fama.
Relata la historia de
un joven que se dispone a formar parte del ejército para luchar contra los
poderes del eje nazi, pero es rechazado debido a su tamaño pequeño y su poca
fuerza; sin embargo, acepta un tratamiento experimental que consiste en mejorar
el cuerpo humano hasta alcanzar su máximo potencial, convirtiéndose en hombre
fuerte y resistente.
El Capitán América
viste un traje que representa la bandera de los Estados Unidos, pero me
gustaría hacer énfasis en el arma que lo representa y con la cual lucha y
rescata muchas vidas: su escudo, aquel que utiliza para protegerse y
defenderse, además de ser casi indestructible.
¿Te imaginas tener un
escudo tan resistente que nos proteja de cualquier ataque? Pues tienes que
saber que lo tenemos y es uno mejor que el del Capitán América, sólo que
generalmente nos olvidamos de Él:
“El Señor es mi
fuerza y mi escudo; en El confía mi corazón, y soy socorrido; por tanto, mi
corazón se regocija, y le daré gracias con mi cántico.” Salmos 28:7 (LBLA)
Es posible que en
este momento estés luchando solo y sin un arma o escudo, además estés débil y
cansado, pero tienes que saber que el Señor quiere salvarte y protegerte de
todo mal, además quiere transformarte, darte nuevas fuerzas para que enfrentes
las batallas que tienes por delante.
Recuerda que en este
mundo siempre enfrentaremos aflicción, muchas veces no podremos evitar que los
ataques externos vengan sobre nosotros; sin embargo, con Dios podemos estar
protegidos y tener nuevas fuerzas para salir victoriosos del problema.
Shirley Chambi
CVCLAVOZ
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