1 Timoteo 3:3 La Biblia de
las Américas (LBLA)
Requisitos para los obispos
3 Palabra fiel es esta: Si alguno aspira al cargo de
obispo[a], buena obra
desea hacer. 2 Un[b] obispo debe
ser, pues, irreprochable, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, de
conducta decorosa, hospitalario, apto para enseñar, 3 no dado a la bebida[c], no
pendenciero, sino amable, no contencioso, no avaricioso. 4 Que gobierne bien su
casa, teniendo a sus hijos sujetos con toda dignidad 5 (pues si un hombre no
sabe cómo gobernar su propia casa, ¿cómo podrá cuidar de la iglesia de Dios?); 6 no un recién
convertido, no sea que se envanezca y caiga en la condenación en que cayó el[d] diablo. 7 Debe gozar también de[e] una buena
reputación entre los de afuera de
la iglesia, para que no caiga en descrédito y en el lazo del diablo.
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
¿CONOCES A CRISTO?
“Mas a todos los que
le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos
hijos de Dios;” Juan 1:12 (RVR1960).
Hay quienes creen que recibir a Cristo requiere
preparación o que existen requisitos que cumplir previamente, y es por este
motivo que dejan está importante decisión para después.
Sin embargo, esto no
es así, como dice el versículo, basta con creer en Cristo, que murió en la cruz
para salvarnos, para recibirlo; es por Su obra que toda la humanidad tiene la
oportunidad de alcanzar la salvación y recibir perdón por todos sus pecados.
Si has estado dejando
esta decisión para después, te animo a dar el paso hoy, Cristo perdonará tus
faltas y sanará tus heridas si acudes a Él y lo recibes en tu corazón. Su amor
por ti es tan grande que no escatimó su propia vida para que puedas ser
adoptado como hijo de Dios.
Si necesitas ayuda
para hacer esta oración, escríbenos con confianza, queremos ayudarte.
Cesia Serna
CVCLAVOZ
CVCLAVOZ
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
Devocionales
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ
La colina de la paz.
“Llegaron a un lugar
llamado Gólgota, que significa «Lugar de la Calavera»,” Mateo 27:33 (RV60)
Todo el mundo busca
paz y muchos creen que todas las religiones llevan a Dios cuando sólo Jesús lo
hace porque Él es el camino, la verdad y la vida. Los últimos instantes antes
de la muerte de Cristo que te recordamos aquí fueron cruciales para la
humanidad.
El pueblo de Israel
estaba sojuzgado por el imperio Romano que enviaba a la cárcel o asesinaba en
el Gólgota a los que transgredían sus normas; ese lugar era más conocido como
el Calvario, que significa el lugar de la calavera.
Después del juicio de
Pilato y la presión de los líderes judíos, los soldados romanos llevaron a
Jesús al Gólgota, aunque Él era inocente. El Maestro sufrió en el camino a su
ejecución, los soldados lo despojaron de sus vestiduras, lo crucificaron entre
ladrones, las autoridades se burlaban de Él y aun así el varón de dolores no
les dijo nada.
“Cerca de las tres de
la tarde, Jesús clamó a gran voz. Decía: «Elí, Elí, ¿lema sabactani?», es
decir, «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?»” Mateo 27:46 (RV60)
Jesús llevó en la
cruz los pecados de la humanidad, el segundo Adán cargó con ese peso grande,
con las dolencias y enfermedades en un cuerpo maltratado. Con la fuerza que le
quedaba dirigió a su Padre sus últimas palabras y murió.
“En ese momento el
velo del templo se rasgó en dos, de arriba hacia abajo; la tierra tembló, las
rocas se partieron, los sepulcros se abrieron, y muchos cuerpos de santos, que
ya habían muerto, volvieron a vivir. Después de la resurrección de Jesús, éstos
salieron de sus sepulcros y fueron a la santa ciudad, donde se aparecieron a
muchos.” Mateo 27:51-53 (RV60)
¡Qué gran sorpresa!
El velo, que era lo que impedía a cualquier persona ingresar al lugar
santísimo, se rasgó; lo que simboliza que el hombre tiene acceso a Dios por
Cristo, el único mediador entre Dios y los hombres. Los muertos de entre los
santos volvieron a la vida, hubo gran temor en Jerusalén por la escena apocalíptica
que percibieron.
“Al ver el terremoto
y las cosas que habían sucedido, el centurión y los que estaban con él
custodiando a Jesús se llenaron de miedo, y dijeron: «¡En verdad, éste era Hijo
de Dios!»” Mateo 27:54 (RV60)
Las personas
contemporáneas a Cristo no notaron la experiencia maravillosa de tenerlo cerca.
Aunque Jesús caminó y comió con ellos, y les compartió enseñanzas profundas, no
lo conocieron realmente. Sólo Pedro comprendió con anticipación que Jesús era
el Hijo de Dios. Los líderes del pueblo y los soldados romanos se dieron cuenta
de quién era, sólo después de ver lo sucedido.
Jesús murió en esa
colina para darnos paz, libertad, salvación, acceso directo a Dios, una nueva
oportunidad. Él no está muerto, resucitó victorioso al tercer día. Si aún no lo
conoces ábrele tu corazón a Jesús para que pueda habitar allí.
¿Qué estás esperando?
Carlos E. Encinas
CVCLAVOZ
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