Salmos
119:43 La Biblia de las Américas
Meditaciones
sobre la palabra de Dios
Vav.
41 Venga también a mí tu misericordia, oh Señor,
tu salvación, conforme a tu palabra[n].
42 Y tendré respuesta para el que me afrenta,
pues confío en tu palabra.
43 No quites jamás de mi boca la palabra de verdad,
porque yo espero en tus ordenanzas.
44 Y guardaré continuamente tu ley,
para siempre y eternamente.
45 Y andaré en libertad[o],
porque busco tus preceptos.
46 Hablaré también de tus testimonios delante de reyes,
y no me avergonzaré.
47 Y me deleitaré en tus mandamientos,
los cuales amo.
48 Levantaré mis manos[p] a tus mandamientos,
los cuales amo,
y meditaré en tus estatutos.
tu salvación, conforme a tu palabra[n].
42 Y tendré respuesta para el que me afrenta,
pues confío en tu palabra.
43 No quites jamás de mi boca la palabra de verdad,
porque yo espero en tus ordenanzas.
44 Y guardaré continuamente tu ley,
para siempre y eternamente.
45 Y andaré en libertad[o],
porque busco tus preceptos.
46 Hablaré también de tus testimonios delante de reyes,
y no me avergonzaré.
47 Y me deleitaré en tus mandamientos,
los cuales amo.
48 Levantaré mis manos[p] a tus mandamientos,
los cuales amo,
y meditaré en tus estatutos.
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
¿Hay
algún beneficio en una multa?
Reflexiones
cristianas diarias por CVCLAVOZ
¿Alguna
vez fue a su automóvil y se encontró con una multa en el parabrisas? Sin duda
alguna no es una experiencia agradable.
Un
hombre contaba que durante años había estacionado su coche en una zona cercana
a su casa; en realidad todos los vecinos estacionaban ahí sus autos y nunca
habían recibido una multa. Sin embargo, un día, cuando este hombre salió de su
casa, encontró en el parabrisas de su movilidad un ticket con la sanción.
Durante
algún tiempo el hombre se preguntaba si debía considerar ese incidente
desagradable como una de esas experiencias que obran para bien para los hijos
de Dios. Esta su duda se vio respondida cuando unos días más tarde vio la mano
de Dios. Una tempestad repentina derribó un enorme roble que cayó justo en el
lugar donde estacionaba su coche, ahí se dio cuenta que, de seguir estacionando
ahí, su auto hubiera quedado destruido por el enorme árbol y dio gracias
humildemente a Dios.
Todo
ayuda a bien, aunque no nos parezca en ese instante
Cuando
estamos en medio de un problema es difícil creer que todo ayuda a bien, es más
fácil que nos enfoquemos en los problemas y permitamos que nos invada la
desesperación, la depresión, el enojo o el desánimo.
¿Qué
beneficios puede tener una multa? ¿En qué me ayuda una enfermedad? ¿Habrá
alguna cosa buena en los problemas familiares que enfrento? ¿Qué de bueno puede
tener una pandemia? Y puede haber muchas preguntas más y mi respuesta para
todas es que no sé cuáles son los planes de Dios para tu vida pero creo lo que
dice Romanos 8:28:
Y
sabemos que Dios hace que todas las cosas cooperen para el bien de quienes lo
aman y son llamados según el propósito que él tiene para ellos.
(NTV)
Quizás
no ves una salida, tal vez estás atravesando por momentos muy difíciles y sólo
deseas que terminen, es más, ahora mismo no tienes mucho interés en el futuro,
solamente quieres que tu problema se acabe. Sin embargo, no debes desanimarte,
Dios tiene el control de todo y quizás nos tome días, meses o años saber el
propósito de las cosas que vivimos, o quizás nunca nos demos cuenta del porqué
sucedieron, pero Él nunca falla y todo lo que hace tiene una razón.
Nunca
olvides que aunque no entendamos los beneficios de las pruebas, todas tienen un
propósito. Confía en el Señor.
Ana
María Frege Issa
CVCLAVOZ
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
Devocionales
Reflexiones
cristianas diarias por CVCLAVOZ
La
voluntad del Padre.
“No todo
el que me llama: “¡Señor, Señor!” entrará en el reino del cielo. Solo entrarán
aquellos que verdaderamente hacen la voluntad de mi Padre que está en el cielo.
El día del juicio, muchos me dirán: “¡Señor, Señor! Profetizamos en tu nombre,
expulsamos demonios en tu nombre e hicimos muchos milagros en tu nombre”. Pero
yo les responderé: “Nunca los conocí. Aléjense de mí, ustedes, que violan las
leyes de Dios”.” Mateo 7:21-23 (NTV)
En este
pasaje bíblico Jesús explica claramente que no todo aquel que le llame Señor
entrará al reino de los cielos, sino aquel que hace la voluntad del Padre. Esto
quiere decir que al cielo no vamos a entrar por obras, ni por ser buenos, sino
por hacer la voluntad de Dios.
Esto no
quiere decir que es en vano que vayas a la iglesia, que le sirvas en algún
ministerio, que salgas a evangelizar o que trabajes para el Señor en algún
área, desde luego que no. Si lo estás haciendo te felicito y animo a continuar
en la obra de Dios.
Lo que
quiero transmitir es que tu prioridad siempre debe ser hacer la voluntad del
Padre, porque hay personas que aparentemente están haciendo la obra de Señor,
pero lo que los motiva o impulsa es el beneficio que encuentran para ellos
mismos; es decir, que no lo hacen para agradar a Dios sino al hombre.
Por eso
es importante que te preguntes y examines como lo hacía el rey David. “Enséñame
a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios; tu buen espíritu me guíe a tierra
de rectitud.” Salmos 143:10.
En algún
momento dije que David es uno de los hombres que más admiro de la Biblia,
porque a pesar de que tuvo muchos errores en su vida, supo reconocer los
mismos, arrepentirse y buscar a Dios. En alguna oportunidad dijo: “Dios mío,
mira en el fondo de mi corazón, y pon a prueba mis pensamientos. Dime si mi
conducta no te agrada, y enséñame a vivir como quieres que yo viva.” Salmos
139:23-24 (TLA)
Simplemente,
con esta oración, lo que David estaba haciendo era buscar la voluntad de Dios y
tratar de agradarle en todo. Su prioridad siempre fue Dios y guardar sus
enseñanzas. “Dios mío, cumplir tu voluntad es mi más grande alegría; ¡tus
enseñanzas las llevo muy dentro de mí!” Salmos 40:8 (TLA)
Toma un
momento para examinarte y preguntarte: ¿Lo que estoy haciendo es la voluntad de
Dios para mi vida? ¿Le agrada a Dios mi forma de actuar? ¿Qué debo mejorar o
cambiar para hacer la voluntad del Señor?
“No
imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios
los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces
aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena,
agradable y perfecta.” Romanos 12:2 (NTV).
Diego
Jora
CVCLAVOZ
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