Éxodo
15:14 La Biblia de las Américas
Cántico
triunfal de Moisés
Canto al Señor porque ha triunfado gloriosamente[b];
al caballo y a su jinete ha arrojado al mar.
2 Mi fortaleza y mi canción es el Señor[c],
y ha sido para mí salvación;
este es mi Dios, y le glorificaré,
el Dios de mi padre, y le ensalzaré.
3 El Señor es fuerte guerrero;
el Señor[d] es su nombre.
4 Los carros de Faraón y su ejército arrojó al mar,
y los mejores de sus oficiales se ahogaron[e] en el mar Rojo[f].
5 Los abismos los cubren;
descendieron a las profundidades como una piedra.
6 Tu diestra, oh Señor, es majestuosa en poder;
tu diestra, oh Señor, destroza al enemigo.
7 En la grandeza de tu excelencia[g] derribas a los que se levantan contra ti;
envías tu furor, y los consumes como paja.
8 Al soplo de tu aliento[h] se amontonaron las aguas,
se juntaron las corrientes como en un montón;
se cuajaron los abismos en el corazón del mar.
9 El enemigo dijo: «Perseguiré, alcanzaré, repartiré el despojo;
se cumplirá mi deseo contra[i] ellos;
sacaré mi espada, los destruirá mi mano».
10 Soplaste con tu viento, los cubrió el mar;
se hundieron como plomo en las aguas poderosas[j].
11 ¿Quién como tú entre los dioses, oh Señor?
¿Quién como tú, majestuoso en santidad,
temible en las alabanzas, haciendo maravillas?
12 Extendiste tu diestra,
los tragó la tierra.
13 En tu misericordia has guiado al pueblo que has redimido;
con tu poder los has guiado a tu santa morada.
14 Lo han oído los pueblos y tiemblan;
el pavor se ha apoderado de los habitantes de Filistea.
15 Entonces se turbaron los príncipes de Edom;
los valientes[k] de Moab se sobrecogieron de temblor;
se acobardaron[l] todos los habitantes de Canaán.
16 Terror y espanto cae sobre ellos;
por la grandeza de tu brazo quedan inmóviles, como piedra,
hasta que tu pueblo pasa, oh Señor,
hasta que pasa el pueblo que tú has comprado.
17 Tú los traerás y los plantarás en el monte de tu heredad,
el lugar que has hecho para tu morada, oh Señor,
el santuario, oh Señor, que tus manos han establecido.
18 El Señor reinará para siempre jamás.
al caballo y a su jinete ha arrojado al mar.
2 Mi fortaleza y mi canción es el Señor[c],
y ha sido para mí salvación;
este es mi Dios, y le glorificaré,
el Dios de mi padre, y le ensalzaré.
3 El Señor es fuerte guerrero;
el Señor[d] es su nombre.
4 Los carros de Faraón y su ejército arrojó al mar,
y los mejores de sus oficiales se ahogaron[e] en el mar Rojo[f].
5 Los abismos los cubren;
descendieron a las profundidades como una piedra.
6 Tu diestra, oh Señor, es majestuosa en poder;
tu diestra, oh Señor, destroza al enemigo.
7 En la grandeza de tu excelencia[g] derribas a los que se levantan contra ti;
envías tu furor, y los consumes como paja.
8 Al soplo de tu aliento[h] se amontonaron las aguas,
se juntaron las corrientes como en un montón;
se cuajaron los abismos en el corazón del mar.
9 El enemigo dijo: «Perseguiré, alcanzaré, repartiré el despojo;
se cumplirá mi deseo contra[i] ellos;
sacaré mi espada, los destruirá mi mano».
10 Soplaste con tu viento, los cubrió el mar;
se hundieron como plomo en las aguas poderosas[j].
11 ¿Quién como tú entre los dioses, oh Señor?
¿Quién como tú, majestuoso en santidad,
temible en las alabanzas, haciendo maravillas?
12 Extendiste tu diestra,
los tragó la tierra.
13 En tu misericordia has guiado al pueblo que has redimido;
con tu poder los has guiado a tu santa morada.
14 Lo han oído los pueblos y tiemblan;
el pavor se ha apoderado de los habitantes de Filistea.
15 Entonces se turbaron los príncipes de Edom;
los valientes[k] de Moab se sobrecogieron de temblor;
se acobardaron[l] todos los habitantes de Canaán.
16 Terror y espanto cae sobre ellos;
por la grandeza de tu brazo quedan inmóviles, como piedra,
hasta que tu pueblo pasa, oh Señor,
hasta que pasa el pueblo que tú has comprado.
17 Tú los traerás y los plantarás en el monte de tu heredad,
el lugar que has hecho para tu morada, oh Señor,
el santuario, oh Señor, que tus manos han establecido.
18 El Señor reinará para siempre jamás.
19 Porque los caballos de Faraón con sus carros y sus jinetes
entraron en el mar, y el Señor hizo volver sobre ellos las aguas del mar; pero
los hijos de Israel anduvieron por en medio del mar sobre tierra seca. 20 Y
Miriam la profetisa, hermana de Aarón, tomó en su mano el pandero, y todas las
mujeres salieron tras ella con panderos y danzas. 21 Y Miriam les respondía:
REFLEXION
¿Estás en medio de una helada?
Reflexiones cristianas diarias por
CVCLAVOZ
Henry Ward Beecher, hablando de la
virtud del agradecimiento, acostumbraba a contar la historia de un viejo
hortelano que siempre insistía en dejar las calabazas en el campo hasta que les
hubieran tocado dos o tres heladas; esto completaba el proceso de maduración y
les daba dulzor.
Después de contar la historia, Beecher
añadía: “Y esto es lo que he visto que ocurre con las personas. Sólo los que
han experimentado las heladas de la adversidad y de la verdadera prueba, poseen
suficiente dulzura en su carácter”.
A nadie le gustan las pruebas, si
fuera posible todos las evitaríamos, pero son necesarias para que Dios pueda ir
trabajando en nuestras vidas, forjando nuestro carácter.
Ahora mismo, todos estamos en medio de
una gran prueba y quizás a unos les afecte más que a otros, pero esta pandemia
nos ha obligado a todos a cambiar muchas cosas en nuestras vidas, y aunque el
futuro puede ser incierto, Dios tiene el control y el cuidado de nosotros.
¿Está mal sentirme desanimado?
Todos tenemos momentos en los que el
desánimo toca nuestro corazón, tiempos en los que no tenemos idea de qué sigue
ni qué hacer o a quién acudir, pero es ahí cuando podemos recordar lo que decía
el salmista:
¿Por qué estoy desanimado? ¿Por qué
está tan triste mi corazón? ¡Pondré mi esperanza en Dios! Nuevamente lo
alabaré, ¡mi Salvador y mi Dios!
Salmos 42:11 (NTV)
Definitivamente no está mal que nos
sintamos desanimados algunas veces, todos tenemos tiempos en los que nos
cansamos e incluso queremos renunciar, pero lo importante es continuar poniendo
nuestra esperanza en Dios y dejar de ver solamente las dificultades, porque
tener la mirada puesta en los problemas lo único que hace es debilitarnos y
desesperarnos más.
Recuerda que los planes de Dios son de
bien y Él no abandona a sus hijos, su cuidado y protección siempre están
presentes. Las pruebas son pasajeras, no permitas que te desanimen y te
detengan.
Ana María Frege Issa
CVCLAVOZ
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
Devocionales
Reflexiones cristianas diarias por
CVCLAVOZ
El tiempo es ahora
Un médico que era creyente, estaba
atendiendo a uno de sus pacientes, el cual padecía de una enfermedad incurable.
Pensando en él y en la eternidad que le esperaba, el doctor creyó que había
llegado el momento de anunciarle el evangelio.
El paciente escuchó con mucha
atención, y luego le preguntó:
- Doctor, ¿cuánto tiempo hace que
usted sabe estas cosas?
- Bueno - Respondió el médico- hace
más de veinte años que soy creyente.
El enfermo fijó sus ojos en su
interlocutor para preguntarle:
- ¿Y por qué no me lo dijo antes, para
que yo también hubiese podido disfrutar de este gozo y esta paz que usted dice
que Cristo da a los que creen en Él?
Muchas veces buscamos tanto el momento
“perfecto” para hablar del amor de Dios que dejamos que el tiempo pase,
poniendo mil excusas, sin darnos cuenta que estamos privando a la gente de una
vida de gozo y paz.
Es verdad que no son pocos los que
rechazan el evangelio y muchas veces nos desaniman sus respuestas, pero si
nosotros les damos el mensaje de las Buenas Nuevas ya es decisión suya
aceptarlo o no. Además, debemos recordar que si sembramos esa semilla en sus
corazones, en algún momento dará su fruto.
Sigamos el ejemplo de los discípulos,
quienes constantemente llevaban el mensaje: “Y día tras día, en el templo y de
casa en casa, no dejaban de enseñar y anunciar las buenas nuevas de que Jesús
es el Mesías” Hechos 5:42 (NTV)
No te desanimes y sigue orando por
aquellos familiares y amigos que aún no conocen a Jesús, sigue hablándoles con
tu ejemplo, mostrándoles el amor de Dios y verás que a su debido tiempo dará su
fruto.
No esperes a último momento ni a las
circunstancias perfectas, hoy es un bueno día para llevar las Buenas Nuevas.
Ana María Frege Issa
CVCLAVOZ
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