Hebreos 13:2 La
Biblia de las Américas (LBLA)
Deberes cristianos
13 Permanezca [a] el amor
fraternal. 2 No os olvidéis de mostrar hospitalidad[b], porque por
ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles. 3 Acordaos de los presos, como si estuvierais presos con ellos, y de los maltratados, puesto que
también vosotros estáis en el cuerpo. 4 Sea el
matrimonio honroso en todos, y el lecho matrimonial sin mancilla, porque a los inmorales[c] y a los
adúlteros los juzgará Dios. 5 Sea
vuestro carácter sin avaricia, contentos con lo que tenéis, porque
Él mismo ha dicho: Nunca te dejare ni te desamparare, 6 de
manera que decimos confiadamente:
El Señor es el que me ayuda;
no temeré.
¿Qué podrá hacerme el hombre?
¿Qué podrá hacerme el hombre?
7 Acordaos de vuestros guías que os hablaron la palabra de Dios,
y considerando el resultado de su conducta[d], imitad su fe. 8 Jesucristo es el mismo ayer y hoy y
por los siglos. 9 No os
dejéis llevar por doctrinas[e] diversas y
extrañas, porque buena cosa es para el corazón el ser fortalecido con[f] la gracia,
no con alimentos, de los que no recibieron beneficio los que de ellos se
ocupaban[g]. 10 Nosotros tenemos un altar del cual no
tienen derecho a comer los que sirven al tabernáculo[h]. 11 Porque los cuerpos de aquellos animales,
cuya sangre es llevada al santuario por el sumo sacerdote como ofrenda por el pecado, son
quemados fuera del campamento. 12 Por lo cual también Jesús, para
santificar al pueblo mediante su propia sangre, padeció fuera de la puerta. 13 Así pues, salgamos a Él fuera del
campamento, llevando su oprobio. 14 Porque no tenemos aquí una ciudad
permanente, sino que buscamos la que
está por venir. 15 Por
tanto, ofrezcamos continuamente mediante Él, sacrificio de alabanza a Dios, es
decir, el fruto de labios que confiesan[i] su nombre. 16 Y no os olvidéis de hacer el bien y de la
ayuda mutua[j], porque de
tales sacrificios se agrada Dios. 17 Obedeced a vuestros pastores[k] y sujetaos a ellos, porque ellos velan por
vuestras almas, como quienes han de dar cuenta. Permitidles que lo hagan[l] con
alegría y no quejándose, porque eso no sería provechoso para vosotros.
UN
ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
¿Por qué perdemos el gozo?
Reflexiones cristianas diarias por
CVCLAVOZ
Cuando entregamos nuestra vida a
Cristo, cuando abrimos nuestro corazón a Jesús, todo es maravilloso. Tal cual,
en un matrimonio, al principio todo es color de rosa. Pero a medida que pasa el
tiempo el gozo comienza a desvanecerse. Y es que muchos piensan que se debe
mantener como una constante en las relaciones. Y sí se debe mantener un gozo
interno y una actitud de gozo constante, pero pasamos por diversos tiempos y el
amor pasa a otras etapas.
Existe una confianza tal, que podemos
pensar que ya no hace falta el decirnos a cada momento que nos amamos.
Lamentablemente detalles tan pequeños como ese son los que comienzan a enfriar
una relación. En nuestra relación con Dios sucede lo mismo. Una de las cosas
que puede destruir nuestra vida cristiana es el legalismo, al querer sustituir
con normas, rituales y reglas, la relación que debemos tener con Jesús.
Las personas seguimos queriendo
aferrarnos a ‘formas’ de hacer las cosas. Buscamos fórmulas para lograr
objetivos. Hay quienes quieren una fórmula para orar. Y no es necesario. Como
en toda relación, debemos cuidar y mantener nuestra relación con Jesús ardiente
dedicándole más de nuestro tiempo a estudiar la Biblia, a conectarnos con Él a
lo largo de nuestro día, a confiarle nuestras preocupaciones, a escucharlo y
obedecerle. No olvidemos nunca cuánto nos ama y cuánto nos da a diario, para no
perder ese gozo y ese amor que necesitamos expresarle. Aunque Él lo sepa,
digámoselo y dejémoselo saber.
Me hiciste conocer los caminos de la
vida; me llenarás de gozo con tu presencia.
Hechos 2:28 RVR60
Elluz Peraza
UN
ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
Devocionales
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ
Que tu búsqueda de Dios no sea superficial.
En los capítulos 39 al 42 del libro de Jeremías está el relato
de la caída de Jerusalén ante los babilonios. Habían quedado sólo los pobres
para cuidar los cultivos y viñedos, estas personas estaban a cargo de Gedalías,
quien provenía de una antigua familia de la nobleza.
Muchas personas que habían escapado, volvieron a la ciudad y se
reunieron bajo su mando, entre ellos algunos príncipes; uno de ellos Ismael,
hijo de Netanías, mató a Gedalías a traición, al pueblo que estaba con él e
incluso a unos hombres que llevaban ofrendas e incienso al templo.
Johanán hijo de Carea, con los príncipes que estaban con él, al
enterarse fueron tras Ismael y recuperaron la gente que este último había
tomado. En un intento de saber la voluntad de Dios sobre su situación, Johanán
y la gente que lo acompañaba acuden a Jeremías para que consulte al Señor sobre
lo que deberían hacer; la instrucción que recibieron fue quedarse en la tierra
y no ir a Egipto como planeaban (capítulos 43 y 44).
Aún a pesar de la instrucción clara que recibieron, estas
personas fueron a Egipto, donde incurrieron en idolatría; parece sorprendente
que aún a pesar de ver el reciente castigo dado a su nación a causa de la
idolatría, volvieran a caer en el mismo error. Digo parece porque nosotros nos
comportamos de la misma manera que este grupo de personas, aún a pesar de ser
advertidos por el Señor a través de las Escrituras, deliberadamente hacemos lo
contrario.
Como las personas del relato, hacemos oídos sordos y proseguimos
empecinados en hacer nuestra voluntad, y cuando las consecuencias de nuestros
actos nos alcanzan, terminamos cuestionado a Dios por el mal que nos
sobreviene, pero en realidad somos los únicos responsables.
¿Cuántas veces hemos desperdiciado las oportunidades que Dios
nos brindó debido a la dureza de nuestros corazones?
Hoy te invito a reflexionar sobre tu actuar, ¿has dejado de lado
las instrucciones de Dios porque no iban acorde con lo que tú querías?
Es tiempo de volverte al Señor, busca agradarle con cada área de
tu vida, pero hazlo con todo tu corazón, que tu búsqueda sea sincera.
“Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os
oiré; 13 y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro
corazón”. Jeremías 29: 12-13 (RVR1960).
Cesia Serna
CVCLAVOZ
No hay comentarios:
Publicar un comentario