Génesis 18:2 La
Biblia de las Américas (LBLA)
Promesa del nacimiento de
Isaac
18 Y el Señor se le apareció en el encinar[a] de Mamre,
mientras él estaba sentado a la puerta de la tienda en el calor del día. 2 Cuando
alzó los ojos y miró, he aquí, tres hombres estaban parados frente a él; y
al verlos corrió de la
puerta de la tienda a recibirlos, y se postró en tierra, 3 y dijo: Señor mío[b], si ahora he
hallado gracia ante tus ojos, te ruego que no pases de largo junto a tu siervo. 4 Que se traiga[c] ahora un
poco de agua y lavaos los pies, y reposad[d] bajo el
árbol; 5 y yo
traeré[e] un pedazo
de pan para que os alimentéis[f], y después
sigáis adelante, puesto que habéis visitado[g] a vuestro
siervo. Y ellos dijeron: Haz así como has dicho. 6 Entonces Abraham fue de prisa a la tienda
donde estaba Sara, y dijo: Apresúrate a preparar tres[h] medidas[i] de flor de
harina, amásala y haz
tortas de pan. 7 Corrió
también Abraham a la vacada y tomó un becerro tierno y bueno, y se lo dio al criado, que se
apresuró a prepararlo. 8 Tomó también cuajada y leche y el becerro
que había preparado, y lo puso
delante de ellos; y él se quedó de pie junto a ellos bajo el árbol mientras[j] comían.
9 Entonces ellos le dijeron: ¿Dónde está Sara tu mujer? Y él
respondió: Allí[k] en la
tienda. 10 Y aquel dijo: Ciertamente volveré a ti por este tiempo el año
próximo[l]; y he aquí,
Sara tu mujer tendrá un hijo. Y Sara estaba escuchando a la puerta de la tienda
que estaba detrás de él. 11 Abraham y Sara eran ancianos, entrados en
años[m]; y a Sara le había cesado ya la
costumbre de las mujeres. 12 Y Sara se rió para sus adentros, diciendo:
¿Tendré placer después de haber envejecido, siendo también viejo mi señor? 13 Y el Señor dijo
a Abraham: ¿Por qué se rió Sara, diciendo: «¿Concebiré en verdad[n] siendo yo tan vieja?». 14 ¿Hay algo demasiado difícil[o] para el Señor? Volveré a ti al tiempo señalado, por este tiempo el año próximo[p], y Sara tendrá
un hijo. 15 Pero
Sara lo negó, porque
tuvo miedo, diciendo: No me reí. Y Él dijo: No es así, sino que te has reído.
UN
ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
¡Es tiempo de perdonar!
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ
En este tiempo de cuarentena he recibido muchos correos de
grandes noticias como las de aquellos que tuvieron experiencias maravillosas
con Dios junto a sus seres queridos, pero, por otro lado, están aquellos que
tuvieron un incremento de problemas con sus cónyuges, padres, hermanos. Y la
verdad, esa es la parte más difícil de afrontar en toda esta situación.
¿Cómo podremos reponernos de la crisis económica, social, etc.
si estamos enemistados?
Por supuesto que sería el cielo si no tuviéramos problemas,
todos quisiéramos vivir ahí, pero estamos en el planeta tierra y las
discusiones son parte de la vida, mas no es lo que nos determina.
Todos tenemos experiencias dolorosas que nos cuestan
sobrellevar, ¿Cómo están tus relaciones en casa? La Biblia está llena de
historias en las que hubo mucho dolor y sufrimiento, como fue la de José (el
hijo favorito de Jacob), quien fue traicionado, vendido por sus hermanos,
tentado sexualmente, castigado por hacer lo correcto, encarcelado, etc.
No fue fácil para José, pero después de tantos obstáculos que
tuvo en su vida, Dios lo recompensó, lo puso como el gobernador de Egipto,
lugar que después suministró alimentos a todo el país por la hambruna que
existía. Muchos acudieron al palacio para abastecerse, y entre ellos se
encontraban los hermanos de José, quienes no lo reconocieron, pero él sí, y fue
inevitable que los recuerdos vinieran a su mente, por lo que empezó a tratarlos
ásperamente.
El corazón de José estaba muy herido, tanto que se resistía a
perdonar a sus hermanos, por el contrario, intentó vengarse acusándolos de
robo, los persuadió para ver a Benjamín (su hermano menor), incluso preguntó
por su padre, y sus hermanos no sospecharon que se trataba de aquel a quien un
día vendieron.
Quizá todo lo que José hizo en contra de sus hermanos no se
comparaba con lo que le hicieron a él, pero su corazón estaba dolido y quería
que sufrieran. No fue fácil la lucha que tenía que enfrentar consigo mismo,
hasta que un día no pudo contenerse, y pidió estar a solas con sus hermanos
para confesarles quién era. La Biblia dice que lloró a gritos, que los egipcios
y aún el Faraón lo oyeron. Fue un largo proceso en el que José tuvo que morir a
su orgullo para dar paso al perdón.
En Génesis 45:3 dice que, ante la confesión de José, sus
hermanos quedaron en silencio, quizá hubiera sido lindo escucharlos decir: “No
José, perdónanos tú a nosotros”. Pero no fue así, y es posible que te topes con
personas que ni siquiera deseen reconocer que se han equivocado, mas la Biblia
nos manda a perdonar a los que nos ofenden.
Soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno
tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también
hacedlo vosotros.
Colosenses 3:13 (RVR1960)
Ya no hay tiempo para estar enemistados con nadie, ni las
circunstancias nos lo permiten. Un día tú estarás en necesidad y, ¿qué tal si
la persona con quien tuviste rencillas fuera la única con la posibilidad de
ayudarte o viceversa? Entonces, ¿no deberíamos estar unidos en lugar de
divididos?
Ruth Mamani
CVCLAVOZ
UN
ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
Lugar especial.
Reflexiones cristianas diarias por
CVCLAVOZ
Todos tenemos un lugar favorito al que
anhelamos ir frecuentemente o visitar de vez en cuando, ya sea un parque,
restaurant, heladería, cine, estadium, museo, etc.; y cuando se da la
oportunidad de ir a ese lugar que consideramos especial nos preparamos con
entusiasmo y vestimos lo mejor que podemos.
Jesús también tenía un lugar especial
al que frecuentaba constantemente, de hecho, Él lo hacía desde que era pequeño.
José y María acostumbraban ir a Jerusalén cada año para participar del festival
de la pascua y a Jesús le encantaba esos viajes porque aprovechaba para visitar
el templo y aprender de los maestros de la ley.
Un día Jesús se quedó en el templo, el
lugar especial para Él, y no regresó con sus padres a su ciudad natal, Nazaret.
Sus padres tuvieron que regresar a Jerusalén de medio camino y lo encontraron
tres días después. (Lucas 2:46-47).
El templo era un lugar donde se oraba
y se leían las escrituras en voz alta, como hoy en día pasa en las iglesias.
Jesús, constantemente frecuentaba ese
lugar donde crecía en sabiduría y conocimiento. Aun cuando era mayor de edad,
no dejó de hacerlo. “Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de
reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer.”
Lucas 4:16 (RVR1960).
Para Jesús el lugar más especial era
aquel en el que se oraba y leía las escrituras. De esa manera podía comunicarse
con su Padre Celestial y escuchar sus consejos.
Ese lugar especial al que frecuentaba
Jesús tiene las puertas abiertas para ti, no necesitas pagar para entra en él o
vestir el mejor traje, sólo necesitas ir y hablar directamente con Dios.
Quizás pienses que no puedes ir al
templo por las restricciones de tus autoridades por esta pandemia, pero
mientras esperas que se solucione esta situación puedes hacer un lugar especial
en cualquier rincón de tu casa. El lugar se vuelve especial cuando invitas a
Dios y conversas con Él.
Recuerda lo que dice la Biblia:
¿No sabéis que sois templo de Dios, y
que el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguno destruyere el templo de
Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros,
santo es.
1 Corintios 3:16-17. (RVR1960)
No destruyas el lugar especial que
tienes con Dios olvidándote de Él y dando paso al pecado. Acude al encuentro
con tu Señor todos los días y haz que tu vida sea especial.
Diego Jora
CVCLAVOZ
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