Romanos 8:18-39 La
Biblia de las Américas (LBLA)
La gloria futura
18 Pues considero que los sufrimientos de este tiempo presente no son
dignos de ser comparados con la gloria que nos ha de ser revelada.19 Porque el anhelo profundo de la creación es aguardar
ansiosamente la revelación de los hijos de Dios. 20 Porque la creación fue sometida a vanidad, no de su propia
voluntad, sino por causa de aquel que la sometió, en la esperanza 21 de que la creación[k] misma será también liberada de la
esclavitud de la corrupción a la libertad de la gloria de los hijos de Dios. 22 Pues sabemos que la creación entera a una gime y sufredolores de
parto hasta ahora. 23 Y no sólo ella,
sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, aun
nosotros mismos gemimos en nuestro interior, aguardando ansiosamente la
adopción como hijos, la redención de nuestro cuerpo. 24 Porque en esperanza hemos sido salvos, pero la esperanza que se ve
no es esperanza, pues, ¿por qué esperar lo que uno ve?[l] 25 Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia[m] lo aguardamos.
Victoriosos en Cristo
26 Y de la misma manera, también el Espíritu nos ayuda en nuestra
debilidad; porque no sabemos orar como debiéramos, pero el Espíritu mismo
intercede por nosotros con
gemidos indecibles; 27 y aquel que escudriña los corazones sabe cuál es el sentir[n] del Espíritu, porque El intercede por
los santos conforme a la
voluntad de Dios. 28 Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan
para bien[o], esto
es, para los que son llamados conforme a su propósito. 29 Porque a los que de antemano conoció, también los predestinó a ser hechos conforme a la
imagen de su Hijo, para que El sea el primogénito entre muchos hermanos; 30 y a los que predestinó, a ésos también llamó; y a los que llamó, a
ésos también justificó; y a los que justificó, a ésos también glorificó.
31 Entonces, ¿qué diremos a
esto? Si Dios está por
nosotros, ¿quién estará contra
nosotros? 32 El que no eximió ni
a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos
concederá también con El todas las cosas? 33 ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. 34 ¿Quién es el que condena? Cristo Jesús es el que murió, sí, más
aún, el que resucitó[p], el que además está a la diestra de Dios, el
que también intercede por nosotros. 35 ¿Quién nos separará del amor de Cristo[q]? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o
hambre, o desnudez, o peligro, o espada? 36 Tal como está escrito:
Por causa tuya somos puestos a
muerte todo el dia;
somos considerados como ovejas para el matadero.
somos considerados como ovejas para el matadero.
37 Pero en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de
aquel que nos amó. 38 Porque estoy
convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo
presente, ni lo por venir, ni los poderes[r], 39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá
separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
La Presencia de Dios:
Cuando Dios se Manifiesta
Publicado por: Cristianos en Devocional Diario 0
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“…VENDRÁ SÚBITAMENTE… EL SEÑOR A QUIEN VOSOTROS BUSCÁIS…” (Malaquías 3:1)
La Presencia de Dios: Cuando Dios se manifiesta.
En algunas ocasiones
Dios se manifiesta de manera dramática, como con la llegada de un cheque
inesperado, una puerta que se abre o la protección del Señor en una situación
que te destruiría sin su intervención. Otras veces se manifiesta suavemente,
cambiando tu ansiedad en confianza, susurrándote: “No temas, porque yo estoy
contigo…” (Isaías 41:10).
Y cuando los que te
rodean dicen: Estás diferente hoy, ¿qué ha pasado?, tú respondes: No sé, pero
siento paz en medio de la situación. Eso sólo puede suceder porque: …vendrá
súbitamente… el Señor a quien vosotros buscáis (Malaquías 3:1).
Hay dos ejemplos bíblicos que ilustran lo anterior:
Hay dos ejemplos bíblicos que ilustran lo anterior:
1) El primero
demuestra cómo Dios interviene en situaciones en las que eres malentendido o
tratado injustamente.
“Después de haberlos
azotado mucho, los echaron en la cárcel… Pero a medianoche… Pablo y Silas cantaban
himnos a Dios… y al instante se abrieron todas las puertas…” (Hechos 16:23-26).
Las oraciones de medianoche y las alabanzas te harán ver más allá del problema y buscar a Dios, quien tiene todas las soluciones. Al dejar de fijar la atención en ti mismo y ponerla en Él, cambiará tu forma de ver las cosa.
Las oraciones de medianoche y las alabanzas te harán ver más allá del problema y buscar a Dios, quien tiene todas las soluciones. Al dejar de fijar la atención en ti mismo y ponerla en Él, cambiará tu forma de ver las cosa.
2) El segundo
testimonio demuestra cómo interviene el Señor cuando nos sentimos abrumados por
la enormidad del cometido.
Al confrontar Moisés la realidad de que tendría que guiar a dos millones de israelitas a la Tierra Prometida, éste ora: “…Te ruego que me muestres ahora tu camino…” (Éxodo 33:13). Y Dios responde: “Aquí hay un lugar junto a mí… te pondré en una hendidura de la peña, y te cubriré con mi mano…” (Éxodo 33:21-23).
Al confrontar Moisés la realidad de que tendría que guiar a dos millones de israelitas a la Tierra Prometida, éste ora: “…Te ruego que me muestres ahora tu camino…” (Éxodo 33:13). Y Dios responde: “Aquí hay un lugar junto a mí… te pondré en una hendidura de la peña, y te cubriré con mi mano…” (Éxodo 33:21-23).
Cuando Dios te diga:
“Aquí hay un lugar junto a mí”, ¡vete y quédate allí! Aunque no puedas
percibirlo con claridad, sentirás su presencia, gustarás de su bondad y sabrás
que todo va a estar bien.
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
Devocionales
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ
¿Sobre qué estás edificando tu vida?
Los huracanes, las
inundaciones y los tornados han causado grandes pérdidas materiales y humanas
en países que han experimentado estos desastres. Por esta razón algunos
constructores han decidido edificar casas que son como fortalezas, con ventanas
que pueden resistir grandes vientos, fuertes clavos para techos que sólo pueden
ser cortados y muros que no sean movidos por los desastres naturales.
Algo similar sucede
con nosotros, cada área de nuestra vida es una casa por construir. Cuando se
presentan los problemas, es cuando vemos qué tipo de cimiento tenemos en cada
una de ellas.
¿Sobre qué estás
edificando tu vida? ¿Sobre tu experiencia, inteligencia, sabiduría humana o
sobre la Roca?
Si llevas una vida
inestable y sientes que no hay respuesta ni cambio en ningún área, es porque
estás edificando tu casa sobre la arena. Tal vez te desanimas fácilmente cuando
llegan los problemas y sientes desfallecer, pensando que huir de esa situación
es tu mejor salida.
El fruto que das, es
el que refleja el cimiento en el que está construida tu vida:
“Las obras de la
naturaleza pecaminosa se conocen bien: inmoralidad sexual, impureza y
libertinaje; idolatría y brujería; odio, discordia, celos, arrebatos de ira,
rivalidades, disensiones, sectarismos y envidia; borracheras, orgías, y otras
cosas parecidas. Les advierto ahora, como antes lo hice, que los que practican
tales cosas no heredarán el reino de Dios.”
(Gálatas 5:19-21 NVI)
Para que tu vida sea
edificada sobre un cimiento fuerte, debes tomar decisiones radicales que te
permitan crucificar todo lo que ofende a Dios. Esto podría llevar tiempo porque
hay que cavar hondo y se necesita de disciplina para tener estabilidad, pero si
quieres subir un nivel más, deberás crear hábitos espirituales: La oración, la
meditación de su Palabra y el congregarse; así cuando vengan los vientos de
problemas puedas estar firme en tu fe.
Es hora de trabajar
en un sólido proyecto de vida, en el que escribas tus metas y definas cómo las
vas a lograr. Analiza dónde estás parado, si tu vida está edificada sobre la
roca o sobre la arena, porque que tus sueños se hagan realidad, dependerá del
cimiento sobre el que los construyas.
"Todo aquel que
viene a mí, y oye mis palabras y las hace, os indicaré a quién es semejante.
Semejante es al hombre que al edificar una casa, cavó y ahondó y puso el
fundamento sobre la roca; y cuando vino una inundación, el río dio con ímpetu
contra aquella casa, pero no la pudo mover, porque estaba fundada sobre la
roca." Lucas 6:47-48 (RVR).
Ruth Mamani
CVCLAVOZ
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