Juan 14:1-3 La
Biblia de las Américas (LBLA)
Palabras de consuelo y dirección
14 No
se turbe vuestro corazón; creed[a] en Dios,
creed también en mí.2 En
la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no fuera así, os lo hubiera dicho; porque voy a preparar un lugar
para vosotros. 3 Y
si me voy y preparo un lugar para vosotros, vendré otra vez y os tomaré
conmigo; para que donde yo estoy, allí estéis
también vosotros. 4 Y
conocéis el camino adonde voy[b]. 5 Tomás le dijo*:
Señor, si no sabemos
adónde vas, ¿cómo vamos a[c] conocer el
camino? 6 Jesús le dijo*: Yo
soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí.7 Si me hubierais
conocido, también hubierais conocido a mi Padre; desde ahora le conocéis y
le habéis visto. 8 Felipe le dijo*:
Señor, muéstranos al Padre, y nos basta. 9 Jesús le dijo*: ¿Tanto
tiempo he estado con vosotros, y todavía no
me conoces, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo dices tú:
“Muéstranos al Padre”?10 ¿No crees que yo
estoy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os digo, no las hablo
por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí es el que hace las[d] obras. 11 Creedme que yo estoy
en el Padre, y el Padre en mí; y si no, creed por las obras mismas. 12 En verdad, en verdad
os digo: el que cree en mí, las obras que yo hago, él las hará también; y aun
mayores que éstas hará, porque yo voy al Padre. 13 Y todo lo que pidáis
en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. 14 Si me pedís algo en
mi nombre, yo lo haré.
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
El Padre Nuestro Un
Modelo Para Orar
Publicado por: Cristianos en Devocional Diario 0
Publicado por: Cristianos en Devocional Diario 0
El Padre Nuestro Un modelo de Oración
“…ORARÉIS ASÍ…” (Mateo 6.9)
Jesús nos enseñó a orar:
“Padre nuestro que
estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu
voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada
día, dánoslo hoy. Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos
a nuestros deudores. No nos metas en tentación, sino líbranos del mal, porque
tuyo es el reino, el poder y la gloria, por todos los siglos. Amén”. (Mateo
6:9-13).
Jesús nos dejó un
modelo de oración:
“Padre nuestro”
establece las bases de nuestra relación con Dios.
Te recuerda que no sólo eres parte de su creación sino que también eres su hijo. Piénsalo bien; puedes crear algo sin que eso tenga relación contigo, pero cuando eres padre, siempre lo creado es parte de ti.
Te recuerda que no sólo eres parte de su creación sino que también eres su hijo. Piénsalo bien; puedes crear algo sin que eso tenga relación contigo, pero cuando eres padre, siempre lo creado es parte de ti.
“Que estás en los
cielos” afirma tu conexión con el Dios del Universo. “El Señor estableció en
los cielos su trono y… domina sobre todos” (Salmo 103:19). Estás reconociendo
el poder de Dios y su posición única para responder a tus oraciones.
“Santificado sea tu
Nombre” nos recuerda que Dios es santo, que el ser hijo suyo no te da el
derecho de desobedecerle, ni de no tenerlo en cuenta.
“Entrad por sus
puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanza” (Salmo 100:4); al
hacerlo, estarás atrayendo su atención porque cuando exaltas su Nombre estás
reconociendo su carácter.
“Hágase tu voluntad…
en la tierra” nos recuerda la oración de Jesús en Getsemaní:
“…No sea como yo
quiero, sino como tú.” (Mateo 26:39).
Cristo nos enseñó a buscar la voluntad de Dios, no la nuestra; a pensar como piensa nuestro Padre celestial; a caminar con Él cuando nos ponemos de acuerdo en oración
Cristo nos enseñó a buscar la voluntad de Dios, no la nuestra; a pensar como piensa nuestro Padre celestial; a caminar con Él cuando nos ponemos de acuerdo en oración
UN ENCUENTROCON LA PALABRA
REFLEXION
Devocionales
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ
¿Llamado o escogido?
Saúl y David, fueron
reyes de Israel. El primero, llegó al trono porque había un pueblo que lo
necesitaba y si bien el respaldo de Dios estaba con él, su desobediencia alejó
la presencia de Dios de su vida hasta cortar todo vínculo espiritual.
Aunque como rey
conservaba su apariencia real, en su interior Saúl estaba vacío, al punto de
dirigirse según sus propios pensamientos, haciendo las cosas a su manera y sin
escuchar la voz de Dios; un pecado llevó a otro pecado, una mentira a otra y
una desobediencia a otra. Su final fue desastroso y quedó desechado por su mal
proceder.
Pero David fue
escogido desde el vientre de su madre y aún sin pensarlo llegó a ser rey. A
pesar de haber cometido un sin fin de errores, amó al Señor profundamente y
procuró hacer su voluntad en todo tiempo. Él sabía cómo acercarse a su creador
y conquistar su corazón y Dios lo recompensó con prosperidad. Por ello no hay
duda que David haya cumplido con la misión para la que fue escogido.
¿De qué lado estás
tú? Medita en si tienes la actitud de un llamado o un escogido a través de esta
preguntas:
¿Cuándo no recibes lo
que estás esperando en el momento, te impacientas o comienzas a retractarte y
decides hacer las cosas a tu manera?
¿Cuál es tu actitud
frente a una respuesta negativa de Dios?
¿Te comportas como un
niño caprichoso o sabes que aunque no logres comprender la situación, todo es
por tu bien?
¿Estás asumiendo el
rol para el cual ha sido escogido o quieres hacer sólo lo que tú sientes y
crees que está bien hacer?
¿Quién gobierna tu
vida?
Tu actitud y tus
acciones determinarán si eres parte de los llamados o los escogidos.
Recuerda, los
llamados deciden qué ofertas aceptar y cuáles no; pero los escogidos aceptan
órdenes superiores y las obedecen.
Incluso antes de
haber hecho el mundo, Dios nos amó y nos eligió en Cristo para que seamos
santos e intachables a sus ojos. Dios decidió de antemano adoptarnos como
miembros de su familia al acercarnos a sí mismo por medio de Jesucristo. Eso es
precisamente lo que él quería hacer, y le dio gran gusto hacerlo.
Efesios 1:4-5 (NTV)
Ruth Mamani
CVCLAVOZ
No hay comentarios:
Publicar un comentario