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Lucas 18:43 La
Biblia de las Américas (LBLA)
Curación de un ciego
35 Y aconteció que al
acercarse a Jericó, un ciego estaba sentado junto al camino mendigando. 36 Al oír que pasaba
una multitud, preguntaba qué era aquello. 37 Y le informaron que
pasaba Jesús de Nazaret. 38 Entonces gritó,
diciendo: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí! 39 Y los que iban
delante lo reprendían para que se callara; pero él gritaba mucho más: ¡Hijo de
David, ten misericordia de mí! 40 Jesús se detuvo y[j]ordenó que se lo trajeran; y cuando estuvo
cerca, le preguntó: 41 ¿Qué
deseas que haga por ti? Y él dijo: Señor,
que recobre la vista. 42 Jesús entonces le
dijo: Recibe[k] la vista, tu fe te ha
sanado[l]. 43 Y al instante
recobró la vista, y le seguía glorificando a Dios; cuando toda la gente vio aquello, dieron gloria a Dios.
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
¿Cómo Vencer El Miedo
A La Intimidad Según La Biblia?
Publicado por: Devocionales en Devocional Diario 0
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“ESTABAN AMBOS
DESNUDOS … PERO NO SE AVERGONZABAN” (Génesis 2:25)
Adán y Eva no se
ocultaban nada. “Estaban ambos desnudos … pero no se avergonzaban” (Génesis
2:25). Además, Dios les había dado como pareja el poder de gobernar el mundo.
Pero ahí entra Satanás en escena. ¿Qué atacó? La intimidad en la pareja.
“Entonces fueron
abiertos los ojos de ambos y se dieron cuenta de que estaban desnudos.
Cosieron, pues, hojas de higuera y se hicieron delantales” (Génesis 3:7).
“Intimidad” implica “ser abierto, transparente y confiado”. Cuando Adán y Eva
perdieron eso, comenzaron a esconderse de Dios y del otro. Nosotros también nos
hemos estado escondiendo los unos de los otros. La intimidad emocional es la
base para cualquier relación importante. Sin ella, la relación se vuelve
superficial e insatisfactoria.
Tenemos miedo de
confesar a otros nuestros temores, necesidades, inseguridades, secretos,
esperanzas, anhelos, opiniones raras o aspectos desagradables. Y ese temor
proviene del miedo a la soledad. Pensamos, por ejemplo, ‘Si de verdad me
conocieras, me abandonarías’. O proviene del miedo a la incompetencia: ‘A lo
mejor estés decepcionado conmigo por no cumplir con todas las expectativas que
tenías’. O del miedo a perder el control: ‘Ahora que sabes cómo me siento,
quizás lo uses para controlarme’. Las mujeres “se hacen de rogar” y los hombres
“se hacen los duros” los que no necesitan a nadie. ¿Qué hacer?
Aprendamos a orar
juntos. Ante Dios, que lo sabe todo sobre nosotros, somos totalmente sinceros.
Al compartir esos momentos con el otro, caen las barreras, el corazón se
enternece y nos acercamos más entre los dos.
¿Cómo Vencer El Miedo
A La Intimidad Según La Palabra de Dios?
“…ECHÁNDOSE AL CUELLO DE PABLO, LO BESABAN” (Hechos 20:37)
“…ECHÁNDOSE AL CUELLO DE PABLO, LO BESABAN” (Hechos 20:37)
La intimidad
emocional es uno de los mejores regalos que puedas dar. Colma el alma de la
otra persona, y la tuya, y elimina la soledad. Incluso en nuestra sociedad
machista la Biblia aconseja la cercanía emocional entre hombres. Los ancianos
de la iglesia de Éfeso, al darse cuenta de que no volverían a ver a Pablo, en
“gran llanto … y echándose al cuello de Pablo, lo besaban, y se dolían en gran
manera por la palabra que dijo de que no verían más su rostro” (Hechos
20:37-38).
El renombrado atleta
Bill Russell afirmó: “A la mayoría de las personas les cuesta más amar que
encontrar a alguien que los ame”. ¿Qué puedes hacer al respecto?
1) Entender el origen
de tu temor. ¿Qué sucedió para que ahora evites que te conozcan?
2) Aceptarte por
completo, con todos tus rasgos y todas tus imperfecciones, como obra maestra de
Dios que eres. Así dejarás de preocuparte de que te van a rechazar por no ser
perfecto.
3) Tantear el
terreno. Comienza con pocos amigos y empieza a compartir tus necesidades y cómo
te sientes de verdad. Confiesa las luchas que tienes con el peso, la imagen,
con malos hábitos u otros asuntos. En lugar de fingir ser algo que no eres,
pide apoyo. Alégrate de ser auténtico.
4) Decir “Te quiero”
a tus seres queridos aunque no te resulte natural. Deja el temor. “Te quiero”
no significa “Quiero ser tus esclavo” ni “Toleraré cualquier cosa con tal de
estar en paz contigo”. Sólo significa “Me doy de lleno a nuestra relación y
creo que con la ayuda de Dios podemos solventar las diferencias”.
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
Indecisión.
Jean Buridán fue un
filósofo y teólogo francés que logró destacar en sus estudios de la lógica
basándose en los escritos de Aristóteles, pero su popularidad aumentó considerablemente
al publicar un experimento mental conocido como “El asno de Buridán.”
Entre sus muchos intentos por defender el libre
albedrío y la posibilidad de ponderar toda decisión a través de la razón,
propuso la imagen de un asno que no sabe elegir entre dos montones de heno y
como consecuencia de esa indecisión, termina muriendo de hambre.
Muchos colegas
calificaron el ejemplo como inverosímil, pero Buridán defendía su paradigma con
dos ejemplos claros: En el trabajo alguien podría decidir hacer siempre primero
lo más urgente, pero al enfrentarse a varias tareas al mismo tiempo su propia
indecisión acerca de cuál es la que debería priorizar le haría perder
valiosísimo tiempo. O un hombre que ama a dos pretendientes ¿podría amar a
ambas con la misma intensidad o lo más seguro es que terminaría perdiéndolas
por culpa de su indecisión?
¿Qué es lo que
podríamos pensar al respecto?, ¿Será posible que la ilustración de Buridán sea
real? Aunque el ejemplo del asno parece difícil de imaginar, la verdad es que
muchos viven atorados en su propia indecisión.
Apocalipsis 3:15-16
dice: “Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente ¡Ojalá fueses frío o
caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi
boca.” Versión Reina-Valera 1960
La Biblia dice que
uno puede ser frío cuando conoce el evangelio pero está totalmente aparatado de
Dios y de sus mandamientos, y es caliente cuando llega al conocimiento del
sacrificio de Jesús, rechaza el pecado para su vida y busca constantemente una
amistad cercana con Él.
Pero existe un tercer
segmento que se quedó en medio: en este grupo están aquellos que conocen el
regalo de vida de Dios y experimentaron su amor, pero nunca tomaron la decisión
de alejarse completamente de sus pecados. No son fríos ni calientes, sino
tibios y de éstos el texto Bíblico antes mencionado dice que serán expulsados
del cuerpo así como una persona expulsa su vómito.
Ahora volvamos a
lanzar la pregunta: ¿Puede alguien morir por la indecisión?
1 Reyes 18:21 dice:
“Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis
vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en
pos de él. Y el pueblo no respondió palabra.” Versión Reina-Valera 1960
La indecisión es un
mal que puede afectar trágicamente la vida de cualquier persona en su diario
vivir ya que provoca pérdidas, estancamiento, retraso en los proyectos y
malestar incluso en familiares cercanos. Todo esto podría empeorar
catastróficamente cuando no se termina de elegir entre Dios y el pecado, entre
la vida y la muerte, entre la salvación y el castigo eterno.
Toma una decisión. Si
fuiste tibio o frío hasta ahora Dios puede ayudarte, pero decídete.
Héctor Colque
CVCLAVOZ
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