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Lucas 4:15 La
Biblia de las Américas (LBLA)
Ministerio en Galilea
14 Jesús regresó a
Galilea en el poder del Espíritu, y las nuevas[f] acerca de El se
divulgaron por toda aquella comarca. 15 Y enseñaba en sus
sinagogas, siendo alabado por todos.
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
Ilustraciones Para Predicar: La sangre de Jesús
Publicado por: Devocionales en Reflexiones Cristianas 0
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“LA SANGRE… [HACE] EXPIACIÓN… POR VUESTRAS ALMAS…” (Levítico 17:11)
Jeffrey Ebert escribe: “A la edad de cinco años,
antes de que existieran los cinturones de seguridad y los airbags en los
automóviles, mi familia y yo nos dirigíamos a casa, de noche, por una carretera
de dos sentidos. Yo estaba sentado encima de mi madre cuando otro coche en
dirección contraria, conducido por un borracho, se cruzó de carril y se chocó
de frente con nosotros. No recuerdo el accidente, pero sí el miedo y la
confusión que sentí cuando vi que estaba cubierto de sangre de la cabeza a los
pies, aunque luego me di cuenta de que la sangre no era toda mía, sino de mi
madre. En ese instante, cuando los faros del otro vehículo le cegaron la vista,
instintivamente se encorvó y me cubrió con su cuerpo. Fue su cuerpo el que se
chocó contra el salpicadero y su cabeza la que rompió el parabrisas. Ella
recibió el impacto… para que yo no tuviera que hacerlo. Mi madre necesitó
varias operaciones para recuperarse de sus heridas.”
En la cruz, Jesús recibió el impacto de nuestro
pecado, pero en el momento en que depositamos nuestra confianza en Él, su
sangre derramada nos reconcilia con Dios. Considera el dilema de Dios. La
Biblia dice que Él es “muy limpio… de ojos para ver el mal, ni puedes ver el
agravio…” (Habacuc 1:13). Para resolver el problema, Dios nos ve “en Cristo” y
“a través de su sangre”. Un compositor escribió: “Cuando Dios me ve, no ve lo
malo que he hecho, sino sólo la sangre de su Hijo crucificado.” La Palabra de
Dios dice: “La sangre… [hace] expiación… por vuestras almas…” (Levítico 17:11).
¿No es maravilloso que la sangre de Jesús haga de puente entre nosotros y Dios
y nos una a Él?
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
El poder de su presencia.
El libro de Jueces nos muestra una historia
impresionante: Gedeón fue escogido para que junto a su ejército defendiera a
Israel de sus muchos enemigos que se habían unido para atacar y destruir al
pueblo de Dios, pero lo sorprendente de esta historia es que Dios tenía
planeado destruir a los incontables enemigos de Israel con tan sólo 300 hombres
“Pero el Señor le dijo a Gedeón: «Todavía hay demasiada gente. Hazlos bajar al
agua, y allí los seleccionaré por ti (…)” Jueces 7:4 (NVI)
Para
muchos quizás esta era una misión suicida, pero el plan de batalla de Dios era
diferente al que Gedeón o el pueblo había imaginado pues contaban con la
cantidad necesaria de hombres para derrotar a sus enemigos.
Quizás tengas una estrategia para superar un
problema o cuentes con todos los medios para salir de esa situación pero nada
lo que hiciste ha funcionado o nada ha resultado como lo habías planeado,
recuerda esta historia porque los planes de Dios pueden ser totalmente
distintos a los tuyos y puede que nada de lo que poseas sea usado, porque la
victoria no dependerá de lo que tengas sino de que la presencia de Dios esté
sobre ti.
Zacarías 4:6 dice: “(…) No con ejército, ni con
fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos. (RVR1960)
Si el Espíritu del Señor está sobre sus hijos, nada ni nadie los puede dañar; cuando hay problemas muchos confían en sus habilidades o posesiones pero nosotros debemos confiar que Dios está ahí.
Si el Espíritu del Señor está sobre sus hijos, nada ni nadie los puede dañar; cuando hay problemas muchos confían en sus habilidades o posesiones pero nosotros debemos confiar que Dios está ahí.
“(…) Guerrero valiente, el Señor está contigo”
Jueces 6:12 (NTV)
Si estás pasando momentos difíciles y debes hacer frente al problema, recuerda que para tener victoria la presencia de Dios debe ir contigo.
Si estás pasando momentos difíciles y debes hacer frente al problema, recuerda que para tener victoria la presencia de Dios debe ir contigo.
Judith Quisbert
CVCLAVOZ
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