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Génesis 12:15 La
Biblia de las Américas (LBLA)
Abram en Egipto
10 Y hubo hambre en la tierra; y Abram descendió a Egipto para pasar
allí un tiempo, porque el hambre era severa en la tierra. 11 Y sucedió que
cuando se acercaba a[g] Egipto, dijo a
Sarai su mujer: Mira, sé que eres una mujer de hermoso parecer; 12 y sucederá que
cuando te vean los egipcios, dirán: “Esta es su mujer”; y me matarán, pero a ti
te dejarán vivir. 13 Di, por favor, que
eres mi hermana, para que me vaya bien por causa tuya, y para que yo[h] viva gracias a ti. 14 Y aconteció que
cuando Abram entró en Egipto, los egipcios vieron que la mujer era muy hermosa. 15 Y la vieron los
oficiales de Faraón, y la alabaron delante de él[i]; y la mujer fue llevada a la casa de Faraón. 16 Y éste trató bien a Abram
por causa de ella; y le dio[j] ovejas, vacas,
asnos, siervos, siervas, asnas y camellos. 17 Pero el Señor hirió a Faraón y a
su casa con grandes plagas por causa de Sarai, mujer de Abram. 18 Entonces Faraón
llamó a Abram, y le dijo: ¿Qué es esto que me has hecho? ¿Por qué no me
avisaste que era tu mujer? 19 ¿Por qué dijiste:
“Es mi hermana”, de manera que la tomé por mujer? Ahora pues, aquí está[k] tu mujer, tómala y vete. 20 Y Faraón dio
órdenes a sus hombres acerca de
Abram[l]; y ellos lo despidieron[m] con su mujer y con
todo lo que le pertenecía.
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
El Rey Te Ama: La
Historia de Mefi-Boset
Publicado por: Devocionales en Devocional Diario 0
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“Porque a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste
honorable, y yo te amé” Isaías 43:4
Existen momentos en
la vida donde todo es tan oscuro, donde nos encontramos en un túnel sin salida;
donde estamos a punto de caer desde el precipicio. El poder de Dios se
perfecciona en la debilidad, donde ya nadie ve esperanza Dios la ve. En
nosotros ve posibilidades infinitas. Hay un amigo del Antiguo Testamento que
puede contárnoslo, Mefi-Boset.
Entonces envió el rey
David, y le trajo de la casa de Maquir hijo de Amiel, de Lodebar. Y vino
Mefi-boset, hijo de Jonatán hijo de Saúl, a David, y se postró sobre su rostro
e hizo reverencia. Y dijo David: Mefi-boset. Y él respondió: He aquí tu siervo.
David dice: No tengas temor, porque yo a la verdad haré contigo misericordia
por amor de Jonatán tu padre, y te devolveré todas las tierras de Saúl tu
padre; y tú comerás siempre a mi mesa.
Y moraba Mefi-boset
en Jerusalén, porque comía siempre a la mesa del rey; y estaba lisiado de ambos
pies. 2 Samuel 8:8-10, 13
Y ahí podemos verlo:
postrado con un juicio tan severo de sí mismo, lisiado y descuidado, la vida
fue muy dura para él. Muchas veces tuvo que comer sobre el suelo o en lugar
donde su condición le permitiese. Pero ahora está sentado en un lugar de mucha
honra y prestigio, está sentado a la “mesa del rey”. Mefi-boset no tiene ningún
mérito, tal vez no serviría de mucho en el reino. No son sus atributos los que
le permitieron estar allí, lo que lo llevo de la desgracia a la gloria fue el
amor que el rey tenía por él. Estaba ahí porque el rey lo amaba.
No importa si estás
lisiado por el pecado, el rey te ama; si tuviste un pasado terrible, el rey te
ama; si no tienes que ofrecerle, el rey te ama. Te ama tanto que soportó una
pesada cruz, clavos que traspasaron sus manos y pies. Te ama tanto que soportó
el peso del pecado y la separación de su padre que consigo trae.
A sus ojos fuimos de gran estima y nos amó Isaías 43:4
Hoy te llama desde lodebar, ¡Ven! Siéntate a su mesa. El rey te ama, acéptalo en tu corazón.
A sus ojos fuimos de gran estima y nos amó Isaías 43:4
Hoy te llama desde lodebar, ¡Ven! Siéntate a su mesa. El rey te ama, acéptalo en tu corazón.
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
¡Restauración!
La “Vasija de
Portland” es un recipiente romano en forma de jarrón hecho a inicios del siglo
I. Estamos hablando de un objeto con más de 2000 años de antigüedad que ha
podido servir de inspiración para las grandes fábricas de porcelana de hoy en
día.
A través de los años este objeto ha tenido muchos
dueños desconocidos, recién en 1778 se conoció al primero de ellos: Villiam
Hamilton quien fuere embajador británico en Nápoles. A finales del siglo XVIII
pasó a manos de los Duques de Portland, quien en 1810 lo depositó en el Museo
Británico para preservarlo de posibles daños.
No se podía imaginar
que el 7 de febrero de 1845 un hombre llamado William Lloyd acudiría al museo
en pleno estado de ebriedad, éste caminaba borracho por la sala, cuando de
repente tropezó con una estatua que tiró sobre el jarrón. Ambas obras se
cayeron al suelo y se hicieron pedazos.
La restauración de la
vasija se llevó a cabo entre junio de 1988 y octubre de 1989, estamos hablando
de 16 meses de trabajo arduo. Hoy la obra de arte parece nueva, como si nunca
hubiese tenido ningún accidente.
En la vida espiritual
Dios nos ve como vasijas que quiere restaurar del pecado.
1 Juan 1:9 “Pero si
reconocemos ante Dios que hemos pecado, podemos estar seguros de que él, que es
justo, nos perdonará y nos limpiará de toda maldad.” Versión Traducción en
lenguaje actual.
Este versículo habla
del proceso de restauración en la vida de toda persona: Inicialmente está la
confesión del pecado, luego viene el perdón de Dios dándonos una nueva
oportunidad y para finalizar, está la limpieza que Él hace en nuestras vidas.
Esta última parte es la más larga de todas.
Así como la
restauración de la “Vasija Portland” tuvo un tiempo para recuperar su estado
original y quedar como nueva, nuestra vida puede tardar en ser restaurada.
Por ejemplo: La
adicción a la pornografía es un caso que se ha vuelto muy común. Gente que tras
haber recibido a Jesús en su corazón y que aún se siente atada a ese tipo de
vicio se ve frustrada porque erróneamente suponen que ese vicio desaparecerá
automáticamente. Este es un pensamiento equivocado.
El pecado es una
potencia tan devastadora que nadie por fuerza propia puede vencer, pero con la
ayuda de Dios sí es posible hacerle frente. Estamos hablando de una fusión en
la que el Espíritu Santo obra de acuerdo a nuestra fidelidad. Considera: Si
alguno se está quemando pero no hace nada para huir del fuego, los rescatistas
muy poco pueden hacer por él.
Los procesos de
restauración no son un conjunto de rituales, sino que se trata de una comunión
sincera con Dios. No esperes más y permite que Él pueda obrar en tu vida hasta
que seas completamente restaurado.
Héctor Colque
CVCLAVOZ
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