Jueces 13:3-23 La Biblia de
las Américas (LBLA)
Opresión filistea
13 Y los hijos de Israel
volvieron a hacer lo malo ante los ojos del Señor, y el Señor los entregó en
manos de los filisteos por cuarenta años.
2 Y había un hombre de
Zora, de la familia de los danitas, el cual se llamaba Manoa; su mujer era
estéril y no había tenido hijos. 3 Entonces
el ángel del Señor se le apareció
a la mujer, y le dijo: He aquí, tú eres estéril y no has tenido hijos, pero
concebirás y darás a luz un hijo. 4 Ahora
pues, cuídate de no beber vino ni licor, y de no comer ninguna cosa inmunda. 5 Pues
he aquí, concebirás y darás a luz un hijo; no pasará navaja sobre su cabeza,
porque el niño será nazareo para Dios desde el seno materno; y él
comenzará a salvar a Israel de manos de los filisteos. 6 Y
la mujer fue y se lo dijo a su marido, diciendo: Un hombre de Dios vino a mí, y
su aspecto era como el aspecto del ángel de Dios, muy imponente. Yo no le
pregunté de dónde venía,
ni él me hizo saber su nombre. 7 Pero
él me dijo: «He aquí, concebirás y darás a luz un hijo; desde ahora no beberás
vino ni licor, ni comerás cosa inmunda, porque el niño será nazareo para Dios
desde el seno materno hasta el día de su muerte».
8 Entonces Manoa
imploró al Señor, y dijo: Te ruego
Señor, que el hombre de Dios que tú enviaste venga otra vez a nosotros, para
que nos enseñe lo que hemos de hacer con el niño que ha de nacer. 9 Y
Dios escuchó la voz de Manoa. Y el ángel de Dios vino otra vez a la mujer cuando
estaba sentada en el campo; y Manoa su marido no estaba con ella. 10 Y
la mujer corrió rápidamente y avisó a su marido, y le dijo: He aquí, se me ha
aparecido el hombre que vino[a] el otro día. 11 Manoa
se levantó y siguió a su mujer, y cuando llegó al hombre, le dijo: ¿Eres el
hombre que habló a la mujer? Y él respondió: Yo soy. 12 Y
Manoa dijo: Cuando tus palabras se cumplan, ¿cómo debe ser el modo de vivir del
muchacho y cuál su vocación? 13 Y
el ángel del Señor dijo a Manoa:
Que la mujer atienda a[b] todo lo
que le dije. 14 No
comerá nada que venga de la vid, no beberá vino
ni licor, ni comerá nada inmundo; que guarde ella todo lo que le he mandado.
Visión de Manoa y nacimiento de Sansón
15 Entonces
Manoa dijo al ángel del Señor: Permítenos
detenerte y prepararte un cabrito. 16 Y
el ángel del Señor respondió a
Manoa: Aunque me detengas, no comeré de tu alimento[c], mas si
preparas un holocausto, ofrécelo al Señor. Y[d] Manoa no
sabía que era el ángel del Señor. 17 Y
Manoa dijo al ángel del Señor: ¿Cuál es tu nombre,
para que cuando se cumplan tus palabras, te honremos? 18 Y
el ángel del Señor le respondió:
¿Por qué preguntas mi nombre, viendo que es maravilloso[e]? 19 Y
Manoa tomó el cabrito con la ofrenda de cereal y los ofreció sobre una piedra
al Señor, y el ángel hizo maravillas
mientras que Manoa y su mujer observaban. 20 Pues
sucedió que cuando la llama subía del altar hacia el cielo, el ángel del Señor ascendió en la
llama del altar. Al ver esto,
Manoa y su mujer cayeron rostro en tierra. 21 Y
el ángel del Señor no volvió a
aparecer a Manoa ni a su mujer. Entonces Manoa supo que era el ángel del Señor. 22 Y
Manoa dijo a su mujer: Ciertamente moriremos, porque hemos visto a Dios. 23 Pero
su mujer le dijo: Si el Señor hubiera deseado
matarnos, no habría aceptado el holocausto ni la ofrenda de cereal de nuestras
manos; tampoco nos habría mostrado todas estas cosas, ni nos habría permitido
ahora oír cosas como
estas.
24 Y la mujer dio a luz
un hijo y le puso por nombre Sansón. Y el niño creció y el Señor lo bendijo. 25 Y
el Espíritu del Señor comenzó a
manifestarse en él en Mahané-dan[f], entre Zora y
Estaol.
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
Devocionales
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ
Como Jesús
- Mira, mamá, puedo hacer mis propios arcoíris – dijo
un niñito lanzando con una manguera un chorro espaciado de agua en el aire, un
día lleno de sol.- Y son iguales que los que hace Dios, sólo que son más
pequeños.
- Sí, hijo – le
contestó su madre- y esto es lo que quiere decir Dios en la Biblia cuando
exhorta a ser como Jesús. Con la ayuda de Dios nos volvemos como Jesús por más
que seamos mucho más pequeños.
El ser cristianos no
nos hace seres perfectos, pero sí tenemos la obligación buscar ser cada día más
como el Señor.
Nuestro mejor ejemplo
es Jesús, a quién debemos imitar para que cada día vayamos acercándonos a lo
que Dios quiere de nosotros.
¿Qué debemos hacer
para parecernos más a Jesús? En Filipenses, el apóstol Pablo da unos consejos:
“No sean egoístas; no
traten de impresionar a nadie. Sean humildes, es decir, considerando a los
demás como mejores que ustedes. No se ocupen solo de sus propios intereses,
sino también procuren interesarse en los demás. Tengan la misma actitud que
tuvo Cristo Jesús. Aunque era Dios, no consideró que el ser igual a Dios fuera
algo a lo cual aferrarse. En cambio, renunció a sus privilegios divinos; adoptó
la humilde posición de un esclavo y nació como un ser humano. Cuando apareció
en forma de hombre, se humilló a sí mismo en obediencia a Dios y murió en una
cruz como morían los criminales” Filipenses 2:3-8 (NTV)
En esos versículos,
Pablo nos muestra cómo debe ser nuestra relación con los demás y con Dios. Nos
invita a ser humildes, a preocuparnos por los demás, a renunciar a privilegios
y, también, a obedecer al Señor.
La Biblia es todo un
manual de cómo debemos llevar nuestra vida para ser más como Jesús y alcanzar
el propósito por el cual fuimos creamos.
Si bien es cierto que
nunca llegaremos a ser iguales a Jesús, debemos procurar parecernos cada vez
más a Él ¡Busca cada día ser más como Jesús!
Ana María Frege Issa
CVCLAVOZ
CVCLAVOZ
LUN
ENCUENTRO CON LAPALABRA
REFLEXION
BRILLAMOS POR SU
CAUSA.
“Jesús les habló otra
vez, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas,
sino que tendrá la luz de la vida.” Juan 8:12
Cuando escuchamos decir que somos luz en medio de las
tinieblas, entendemos que los que estamos en Cristo tenemos que ser la
diferencia en un mundo que normaliza las cosas que están mal. Cuando una luz se
proyecta pone en evidencia su efecto alumbrando en la oscuridad. Lo mismo
sucederá si nosotros ponemos a Dios en el lugar más alto y permitimos que con
nuestras vidas los demás puedan ver Su luz.
“El pueblo que andaba
en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz
resplandeció sobre ellos. “ Isaías 9:2
¡Tú puedes ser una de
esas luces que brillan! ¡Tu vida puede ser un faro en medio de la oscuridad
para la gloria de Dios!
Cristhian Castillo
CVCLAVOZ
CVCLAVOZ
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