Isaías 6:2,3,6 La Biblia de
las Américas (LBLA)
Visión de Isaías
6 En el año de la
muerte del rey Uzías[a] vi yo al
Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y la orla de su manto llenaba el
templo. 2 Por encima de Él había[b] serafines;
cada uno tenía seis alas: con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies
y con dos volaban. 3 Y el uno al otro daba
voces, diciendo[c]:
4 Y se estremecieron
los cimientos[e] de los
umbrales a la voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo. 5 Entonces dije:
¡Ay de mí! Porque perdido estoy,
pues soy hombre de labios inmundos
y en medio de un pueblo de labios inmundos habito,
porque han visto mis ojos al Rey, el Señor de los ejércitos.
pues soy hombre de labios inmundos
y en medio de un pueblo de labios inmundos habito,
porque han visto mis ojos al Rey, el Señor de los ejércitos.
6 Entonces voló hacia
mí uno de los serafines con un carbón encendido en su mano, que había tomado
del altar con las tenazas; 7 y con él tocó mi boca, y dijo: He
aquí, esto ha tocado tus labios, y es quitada tu iniquidad y perdonado[f] tu pecado. 8 Y
oí la voz del Señor que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros?
Entonces respondí: Heme aquí; envíame a mí. 9 Y
Él dijo:
Ve, y di a este pueblo:
«Escuchad bien, pero no entendáis;
mirad bien, pero no comprendáis».
10 Haz insensible[g] el corazón de este pueblo,
endurece[h] sus oídos,
y nubla[i] sus ojos,
no sea que vea con sus ojos,
y oiga con sus oídos,
y entienda con su corazón,
y se arrepienta y sea curado.
«Escuchad bien, pero no entendáis;
mirad bien, pero no comprendáis».
10 Haz insensible[g] el corazón de este pueblo,
endurece[h] sus oídos,
y nubla[i] sus ojos,
no sea que vea con sus ojos,
y oiga con sus oídos,
y entienda con su corazón,
y se arrepienta y sea curado.
11 Entonces dije yo:
¿Hasta cuándo, Señor? Y Él respondió:
Hasta que las ciudades estén destruidas y sin habitantes,
las casas sin gente,
y la tierra completamente desolada;
12 hasta que el Señor haya alejado a los hombres,
y sean muchos los lugares abandonados[j] en medio de la tierra.
13 Pero aún quedará una décima parte en ella,
y esta volverá a ser consumida
como el roble o la encina,
cuyo tronco[k] permanece cuando es cortado:
la simiente santa será su tronco[l].
Hasta que las ciudades estén destruidas y sin habitantes,
las casas sin gente,
y la tierra completamente desolada;
12 hasta que el Señor haya alejado a los hombres,
y sean muchos los lugares abandonados[j] en medio de la tierra.
13 Pero aún quedará una décima parte en ella,
y esta volverá a ser consumida
como el roble o la encina,
cuyo tronco[k] permanece cuando es cortado:
la simiente santa será su tronco[l].
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
Devocionales
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ
¿Sientes angustia por el COVID-19?
Es inevitable sentir
angustia por el virus conocido recientemente ante el mundo como coronavirus,
que causa la enfermedad infecciosa COVID-19. Se han tomado medidas de
prevención en los diferentes países y cada uno asume las medidas
correspondientes para protegerse y cuidar a su familia, pero aún así, ¿Te
sientes seguro?
En este tipo de
situaciones también es inevitable mencionar al Señor. A pesar de todo lo que se
diga sobre el origen de esta pandemia, recordemos que en tiempos antiguos
igualmente sufrían enfermedades y pestes, donde moría gran cantidad de
personas; pero recibían el milagro del cielo cuándo se acercaban nuevamente al
Señor.
Sin embargo, el Señor
nos sigue dando otra oportunidad. La Biblia dice: “si se humillare mi pueblo,
sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se
convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y
perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.” 2 Crónicas 7:14
Este pasaje de las
escrituras es bastante claro, si queremos recibir sanidad de este virus para
nuestra tierra, primero debemos tomar la decisión de acercarnos nuevamente al
Altísimo, humillarnos delante de Él y arrepentirnos de los malos pasos que
hemos dado; entonces, Dios nos escuchará, nos perdonará y volverá a
protegernos.
Por consiguiente, te
animo a orar en el lugar que te encuentras para acercarte a Dios; no olvides
que países de gran potencia no han podido detener el virus. Deja de confiar en
las personas y pide al Señor que tenga misericordia de nosotros y de nuestras
familias.
Shirley Chambi
CVCLAVOZ
CVCLAVOZ
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REFLEXION
Devocionales
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ
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Perdonando a los demás.
“La cordura del
hombre detiene su furor, y su honra es pasar por alto la ofensa.” Proverbios
19:11(RV60)
¿Te ofendiste cuando
no te hicieron caso? ¿O cuándo no te tomaron en cuenta? Quizás te sentiste mal
cuando hirieron tus sentimientos con cosas que dijeron o cuando te trataron
mal.
No eres el único,
muchos atravesamos por esas circunstancias que duelen y que si no las sabemos
confrontar, pueden traer consecuencias nefastas; lo mejor será tener la
autodisciplina para perdonar, lo que se consigue con una constante relación con
Dios.
Perdonar es redimir a otros del rencor que te generaron y liberarte del daño que la amargura podría causar en ti, perdonar librará tu alma del dolor. Pero, ¿Cuánto debemos perdonar?
Perdonar es redimir a otros del rencor que te generaron y liberarte del daño que la amargura podría causar en ti, perdonar librará tu alma del dolor. Pero, ¿Cuánto debemos perdonar?
La Biblia menciona lo
siguiente en Mateo 18:22 (RV60): “Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino
aun hasta setenta veces siete.”
Dios perdona nuestras
faltas continuamente y nosotros debemos seguir su ejemplo diariamente. Pueden
suceder muchas cosas durante el día que te lleven al límite, pero tienes que
tomar la decisión correcta y perdonar siempre.
“soportándoos unos a
otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la
manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros”. Colosenses 3:13
(RV60)
Perdonar es una
muestra de la gracia del Señor en tu vida; Dios te perdonó, nos perdonó, somos
inmerecedores de su gracia pero aun así entregó a su hijo Jesús, quien tomó
nuestro lugar. Recuerda que la paga del pecado es muerte, pero por el
sacrificio de Cristo alcanzamos la vida eterna.
La Biblia dice: “Y
cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también
vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas.”
Marcos 11:25 (RV60)
Incorporar el perdón
a los demás en las oraciones de cada día es algo bueno, perdonar y pedir perdón
debe ser una práctica disciplinada, dejando de lado las emociones dañinas como
la ira y buscando la templanza. Recuerda que la palabra de Dios también dice:
“no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario,
bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición.” 1
Pedro 3:9 (RV60)
Amas a tu enemigo
cuando perdonas de corazón y si esto te cuesta cuéntale a Dios lo que
experimentas y que su indescriptible paz se apodere de ti para que Él te ayude
a perdonar.
Carlos E. Encinas
CVCLAVOZ
CVCLAVOZ
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