1 Juan 4:7-8 La Biblia de
las Américas (LBLA)
Dios es amor
7 Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es[f] de Dios, y todo el que ama es
nacido[g] de Dios y conoce a Dios. 8 El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor. 9 En esto se manifestó el amor de Dios en nosotros[h]: en que Dios ha enviado a su Hijo unigénito[i] al mundo para que vivamos por medio de Él. 10 En esto consiste[j] el amor: no en que nosotros hayamos
amado[k] a Dios, sino en que Él nos amó a
nosotros y envió a su Hijo como propiciación
por nuestros pecados. 11 Amados, si Dios así nos amó, también nosotros debemos amarnos unos
a otros. 12 A Dios nadie le ha
visto jamás. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor
se perfecciona en nosotros. 13 En esto sabemos que permanecemos en Él y Él en nosotros: en que
nos ha dado de su Espíritu. 14 Y nosotros hemos visto y damos testimonio de que el Padre
envió al Hijo para ser el
Salvador del mundo. 15 Todo aquel que confiesa que Jesús es el Hijo de Dios, Dios
permanece en él y él en Dios. 16 Y nosotros hemos llegado a conocer y hemos creído el amor que
Dios tiene para[l] nosotros. Dios es amor, y el que
permanece en amor permanece en Dios y Dios permanece en él. 17 En esto se perfecciona el amor en nosotros, para que tengamos
confianza en el día del juicio, pues como Él es, así somos también
nosotros en este mundo. 18 En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el
temor, porque el temor involucra[m] castigo, y el que teme no es hecho
perfecto en el amor. 19 Nosotros amamos[n], porque Él nos amó primero. 20 Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es un
mentiroso; porque el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede[o] amar a Dios a quien no ha visto. 21 Y este mandamiento tenemos de Él: que el que ama a Dios, ame
también a su hermano.
UN
ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
EL PERDÓN DE
DIOS.
“(…) Entonces
Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más” Juan 8: 11 (RVR 1960).
¿Alguna vez sentiste que no hay perdón para ti? ¿O
que cometiste demasiados errores para que Dios vuelva a perdonarte? Pues déjame
decirte que la muerte expiatoria de Jesús pagó toda la deuda, por lo cual, ya
nada tenemos que pagar.
La culpa
buena nos lleva al arrepentimiento, a volver a tener gozo y disfrutar de la
presencia de Dios; en cambio la culpa mala, trae serias consecuencias, como
ser: remordimiento, temor a ser rechazado por Dios, angustia, autocastigo,
inseguridad, pérdida del sentido de valía, enfermedades físicas y algo muy
importante, no se puede desarrollar una relación con Dios. No aceptar el perdón
de Dios sería como pensar que la muerte de Jesús fue en vano o al menos no
suficiente para que puedas ser perdonado, pero sabemos que esto es una mentira
del enemigo, porque Jesús ocupó nuestro lugar en la cruz del calvario para que
ya no tengamos que llevar nosotros la carga de la culpa. Por todo esto,
acércate a Dios con humildad y confiesa tus pecados, confiando que Dios no te
condena, más Él te perdona.
Neyda Cruz
CVCLAVOZ
CVCLAVOZ
UN
ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
Devocionales
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ
Gratitud, un ingrediente indispensable.
A lo largo de
nuestras vidas nos topamos con diferentes tipos de situaciones que, de acuerdo
a cómo las enfoquemos, nos ayudarán a crecer o nos llevarán a un retroceso.
Para una
persona adulta, después de Dios y su familia, su fuente de trabajo ocupa un
lugar de bastante importancia; mismo que visto como una obligación, suele
quitar el entusiasmo y hasta tal vez las ganas de desarrollarse, lo que
repercute en falta de crecimiento laboral, posibles llamadas de atención e
incluso en despidos.
Esto puede
deberse a que el trabajo sólo se ve como una fuente de ingreso económico y no
como una forma de provisión de Dios.
“Yo he visto
el trabajo que Dios ha dado a los hijos de los hombres para que se ocupen en
él.” Eclesiastés 3: 10 (RVR1960).
Para un
creyente, tomar conciencia de que su trabajo es el medio por el cual el Señor
lo sustenta, es fundamental, puesto que de esta forma se reconoce las
bendiciones y cuidados que tiene Dios para su vida.
Ser
agradecidos por esa fuente de empleo es importante, no sólo por lo que
significa ante Dios, sino también, porque nos lleva disfrutar la labor y a
realizarla con excelencia; es decir, nos cambia la forma de verlo o apreciarlo;
de acuerdo al apóstol Pablo nuestro desempeño debe ser el mejor.
“Trabajen con
entusiasmo, como si lo hicieran para el Señor y no para la gente.” Efesios 6:7
(NTV).
Si hasta el
momento has visto tu trabajo como una carga, te animo a cambiar de enfoque,
comienza a agradecer a Dios por este, observa el cambio que se originará en ti
y posteriormente en tu entorno.
Cesia Serna
CVCLAVOZ
CVCLAVOZ
No hay comentarios:
Publicar un comentario