Juan 11:3,36 La Biblia de
las Américas (LBLA)
Muerte de Lázaro
11 Y estaba enfermo
cierto hombre llamado Lázaro,
de Betania, la aldea de María y de su hermana Marta. 2 María, cuyo hermano
Lázaro estaba enfermo, fue la que ungió al Señor con perfume y le secó los
pies con sus cabellos. 3 Las hermanas entonces
mandaron a decir a Jesús[a]: Señor, mira,
el que tú amas está enfermo. 4 Cuando Jesús lo oyó, dijo: Esta
enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de
Dios sea glorificado por medio de ella. 5 Y Jesús amaba a
Marta, a su hermana y a Lázaro. 6 Cuando oyó, pues, que Lázaro estaba enfermo, entonces
se quedó dos días más en
el lugar donde estaba.7 Luego, después de
esto, dijo* a sus discípulos: Vamos de nuevo a Judea. 8 Los discípulos le
dijeron*: Rabí[b], hace poco que[c] los judíos
procuraban apedrearte, ¿y vas otra vez allá? 9 Jesús respondió: ¿No
hay doce horas en el día? Si alguno anda de día no tropieza, porque ve la luz
de este mundo. 10 Pero
si alguno anda de noche, tropieza, porque la luz no está en él. 11 Dijo esto, y después
de esto añadió[d]: Nuestro
amigo Lázaro se ha dormido; pero voy a despertarlo. 12 Los discípulos
entonces le dijeron: Señor, si se ha dormido, se recuperará[e]. 13 Pero Jesús había
hablado de la muerte de Lázaro[f], mas ellos
creyeron que hablaba literalmente del sueño[g]. 14 Entonces Jesús, por
eso, les dijo claramente: Lázaro
ha muerto; 15 y
por causa de vosotros me alegro de no haber estado allí, para que creáis; pero
vamos a donde está él. 16 Tomás, llamado el
Dídimo[h], dijo entonces
a sus condiscípulos:
Vamos nosotros también para morir con El.
17 Llegó, pues, Jesús y
halló que ya hacía cuatro días que estaba en el sepulcro. 18 Betania estaba
cerca de Jerusalén, como a tres kilómetros[i]; 19 y
muchos de los judíos habían venido a casa de Marta y María, para consolarlas por la muerte de su hermano. 20 Entonces
Marta, cuando oyó que Jesús venía, fue a su encuentro, pero María se quedó
sentada en casa. 21 Y[j] Marta dijo
a Jesús: Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto. 22 Aun
ahora, yo sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá. 23 Jesús
le dijo*: Tu
hermano resucitará. 24 Marta
le contestó*: Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día final. 25 Jesús
le dijo: Yo
soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque muera, vivirá, 26 y todo el que vive y
cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto? 27 Ella
le dijo*: Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo[k], el Hijo de Dios,
el que viene[l] al mundo. 28 Y
habiendo dicho esto, se fue y llamó a su hermana María, diciéndole en
secreto: El Maestro está aquí, y te llama. 29 Tan
pronto como ella looyó, se
levantó* rápidamente y fue hacia El.
30 Pues Jesús aún no
había entrado en la aldea, sino que todavía estaba en el lugar donde Marta le
había encontrado.31 Entonces los judíos
que estaban con ella en la casa consolándola, cuando vieron que María se
levantó de prisa y salió, la siguieron, suponiendo que iba al sepulcro a llorar
allí. 32 Cuando María llegó
adonde estaba Jesús, al verle, se arrojó entonces a sus pies, diciéndole: Señor,
si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto. 33 Y[m] cuando
Jesús la vio llorando, y a los judíos que vinieron con ella llorando
también, se conmovió profundamente en el espíritu, y se entristeció[n], 34 y
dijo: ¿Dónde
lo pusisteis? Le dijeron*: Señor, ven y
ve. 35 Jesús lloró. 36 Por
eso los judíosdecían: Mirad, cómo lo amaba. 37 Pero
algunos de ellos dijeron: ¿No podía éste, que abrió los ojos del ciego, haber
evitado también que Lázaro muriera[o]?
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
Reflexiones
cristianas diarias por CVCLAVOZ
¿Reflejas a Dios?
Hay un refrán que dice: “De tal palo tal astilla”,
haciendo referencia mayormente a que los hijos se parecen a los padres en
actitudes, reacciones o físicamente.
Ahora, ¿qué pasa con
los cristianos? ¿Nos parecemos a Dios? Deberíamos sin duda, ya que en la
Palabra dice: “Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados.” Efesios 5:1
Antes éramos
criaturas de desobediencia, contrarios a lo que es Dios, andábamos ciegos y
perdidos, sin embargo ahora que somos hijos del Altísimo tiene que haber una
diferencia clara y evidente.
“No conocer a Dios es
como vivir en la oscuridad, y antes ustedes vivían así, pues no lo conocían.
Pero ahora ya lo conocen, y han pasado a la luz; vivan entonces como
corresponde a quienes conocen a Dios, pues su Espíritu nos hace actuar con
bondad, justicia y verdad. Traten de hacer lo que le agrada a Dios.” Efesios 5:
8-10 NTV
Una vez más la
Palabra nos recuerda que si decimos conocer a Dios, y en verdad lo hacemos,
nuestro andar debe ser incuestionable, porque nos convertimos en pequeñas
antorchas de luz que iluminan el mundo.
¿Has examinado tu
vida? ¿Reflejas a Dios? El Apóstol Pablo aconseja: “Ustedes son parte del
pueblo de Dios; por eso, ni siquiera deben hablar de pecados sexuales, ni de
indecencias ni de ambiciones exageradas. No digan malas palabras, ni tonterías,
ni vulgaridades, pues eso no es correcto. Más bien, usen su boca para dar
gracias a Dios.“…“Tengan cuidado de cómo se comportan. Vivan como gente que
piensa lo que hace, y no como tontos. Aprovechen cada oportunidad que tengan de
hacer el bien, porque estamos viviendo tiempos muy malos. No sean tontos, sino
traten de averiguar qué es lo que Dios quiere que hagan. No se emborrachen,
pues perderán el control de sus actos. Más bien, permitan que sea el Espíritu
Santo quien los llene y los controle. Efesios 5:3,4,15-18
El Señor anhela tener
hijos que se asemejen a Él en toda conducta, por ello hazlo parte primordial en
tu vida para que seas un reflejo de su Poder y amor.
Soraida Fuentes
CVCLAVOZ
CVCLAVOZ
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
¡ÁMALO COMO A TI
MISMO!
“Pues toda la ley puede resumirse en un solo mandato: «Ama a tu prójimo como a ti mismo», pero si están siempre mordiéndose y devorándose unos a otros, ¡tengan cuidado! Corren peligro de destruirse unos a otros.” Gálatas 5:14-15 (NTV)
¿Será posible amar a nuestro prójimo cuando lo único
que nos provocan es enojo o cólera? No siempre es fácil pasar por alto la falta
de otros, pero como Dios ya sabía esto, nos dejó un gran mandamiento que tiene
que ver con nuestro prójimo, y es que debemos amarlos como a nosotros mismos,
en otras palabras, si no nos amamos a nosotros mismos seremos incapaces de
hacerlo con los demás, lo cual viene como consecuencia de amar a Dios.
¿Cómo es tu actitud
con tu prójimo? ¿Alguna vez has hablado mal de alguien? ¿Prefieres resaltar las
debilidades de otros antes que sus fortalezas? Ten presente lo que dice Jesús
en el pasaje que leímos, porque cuanto ames a Dios se verá en cuanto ames a tu
prójimo. De lo contrario, terminaremos destruyéndonos entre nosotros.
Ruth Mamani
CVCLAVOZ
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