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Job 9:18 La Biblia de
las Américas (LBLA)
Respuesta de Job a Bildad
9 Entonces respondió
Job y dijo:
2 En verdad yo sé que es así,
pero ¿cómo puede un hombre ser justo delante de[a] Dios?
3 Si alguno quisiera contender con El,
no podría contestarle ni una vez entre mil.
4 Sabio de corazón y robusto de fuerzas,
¿quién le ha desafiado[b] sin sufrir daño[c]?
5 El es el que remueve los montes, y éstos no saben cómo
cuando los vuelca en su furor;
6 el que sacude la tierra de su lugar,
y sus columnas tiemblan;
7 el que manda al sol que no brille[d],
y pone sello a las estrellas;
8 el que solo extiende los cielos,
y holla[e] las olas del mar;
9 el que hace la Osa, el Orión y las Pléyades,
y las cámaras del sur;
10 el que hace grandes cosas, inescrutables[f],
y maravillas sin número.
11 Si El pasara junto a mí, no le vería;
si me pasara adelante, no le percibiría.
12 Si El arrebatara algo, ¿quién le estorbaría?
Quién podrá decirle: “¿Qué haces?”
pero ¿cómo puede un hombre ser justo delante de[a] Dios?
3 Si alguno quisiera contender con El,
no podría contestarle ni una vez entre mil.
4 Sabio de corazón y robusto de fuerzas,
¿quién le ha desafiado[b] sin sufrir daño[c]?
5 El es el que remueve los montes, y éstos no saben cómo
cuando los vuelca en su furor;
6 el que sacude la tierra de su lugar,
y sus columnas tiemblan;
7 el que manda al sol que no brille[d],
y pone sello a las estrellas;
8 el que solo extiende los cielos,
y holla[e] las olas del mar;
9 el que hace la Osa, el Orión y las Pléyades,
y las cámaras del sur;
10 el que hace grandes cosas, inescrutables[f],
y maravillas sin número.
11 Si El pasara junto a mí, no le vería;
si me pasara adelante, no le percibiría.
12 Si El arrebatara algo, ¿quién le estorbaría?
Quién podrá decirle: “¿Qué haces?”
13 Dios no retirará su ira;
bajo El quedan humillados los que ayudan a Rahab.
14 ¿Cómo puedo yo responderle[g],
y escoger mis palabras delante de[h] El?
15 Porque aunque yo tuviera razón, no podría responder[i];
tendría que implorar la misericordia de mi juez.
16 Si yo llamara y El me respondiera,
no podría creer que escuchara mi voz.
17 Porque El me quebranta con tempestad,
y sin causa multiplica mis heridas.
18 No me permite cobrar aliento,
sino que me llena de amarguras.
19 Si es cuestión de poder, he aquí, El es poderoso;
y si es cuestión de justicia, ¿quién le[j] citará?
20 Aunque soy justo, mi boca me condenará;
aunque soy inocente[k], El me declarará culpable.
21 Inocente soy,
no hago caso de mí mismo,
desprecio mi vida.
22 Todo es lo mismo, por tanto digo:
“El destruye al inocente y al malvado.”
23 Si el azote mata de repente,
El se burla de la desesperación del inocente.
24 La tierra es entregada en manos de los impíos;
El cubre el rostro de sus jueces;
si no es El, ¿quién será?
bajo El quedan humillados los que ayudan a Rahab.
14 ¿Cómo puedo yo responderle[g],
y escoger mis palabras delante de[h] El?
15 Porque aunque yo tuviera razón, no podría responder[i];
tendría que implorar la misericordia de mi juez.
16 Si yo llamara y El me respondiera,
no podría creer que escuchara mi voz.
17 Porque El me quebranta con tempestad,
y sin causa multiplica mis heridas.
18 No me permite cobrar aliento,
sino que me llena de amarguras.
19 Si es cuestión de poder, he aquí, El es poderoso;
y si es cuestión de justicia, ¿quién le[j] citará?
20 Aunque soy justo, mi boca me condenará;
aunque soy inocente[k], El me declarará culpable.
21 Inocente soy,
no hago caso de mí mismo,
desprecio mi vida.
22 Todo es lo mismo, por tanto digo:
“El destruye al inocente y al malvado.”
23 Si el azote mata de repente,
El se burla de la desesperación del inocente.
24 La tierra es entregada en manos de los impíos;
El cubre el rostro de sus jueces;
si no es El, ¿quién será?
25 Mis días son más ligeros que un corredor[l];
huyen, no ven el bien.
26 Se deslizan como barcos de juncos,
como águila que se arroja sobre su presa[m].
27 Aunque yo diga: “Olvidaré mi queja,
cambiaré mi triste semblante y me alegraré”,
28 temeroso estoy de todos mis dolores,
sé que tú no me absolverás.
29 Si soy impío,
¿para qué, pues, esforzarme en vano?
30 Si me lavara con nieve
y limpiara mis manos[n] con lejía,
31 aun así me hundirías en la fosa,
y mis propios vestidos me aborrecerían.
32 Porque El no es hombre como yo, para que le responda,
para que juntos vengamos a juicio.
33 No hay árbitro entre nosotros,
que ponga su mano sobre ambos.
34 Que El quite de mí su vara,
y no me espante su terror.
35 Entonces yo hablaré y no le temeré;
porque en mi opinión[o] yo no soy así.
huyen, no ven el bien.
26 Se deslizan como barcos de juncos,
como águila que se arroja sobre su presa[m].
27 Aunque yo diga: “Olvidaré mi queja,
cambiaré mi triste semblante y me alegraré”,
28 temeroso estoy de todos mis dolores,
sé que tú no me absolverás.
29 Si soy impío,
¿para qué, pues, esforzarme en vano?
30 Si me lavara con nieve
y limpiara mis manos[n] con lejía,
31 aun así me hundirías en la fosa,
y mis propios vestidos me aborrecerían.
32 Porque El no es hombre como yo, para que le responda,
para que juntos vengamos a juicio.
33 No hay árbitro entre nosotros,
que ponga su mano sobre ambos.
34 Que El quite de mí su vara,
y no me espante su terror.
35 Entonces yo hablaré y no le temeré;
porque en mi opinión[o] yo no soy así.
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
Devocional Diario –
EL DIOS QUE TODO LO OYE.
Publicado por: Pastor
Carlos Vargas Valdez en Devocional Cristiano, Devocional Diario, Devocionales,
Devocionales Biblicos 5 Comentarios
EL DEVOCIONAL DIARIO – DIOS QUE TODO LO VE
Entonces los que
temían a Jehová hablaron cada uno a su compañero, y Jehová escucho y oyó, y fue
escrito libro de memoria delante de él para los que temen a Jehová y para los
que piensan en su nombre.
Malaquías 3:16
Aunque leo
diariamente la Biblia, nunca había leído cuidadosamente las palabras de nuestro
texto de hoy. Tiene muchas connotaciones importantes para los cristianos.
Malaquías presenta un mensaje de esperanza y consuelo para los que son fieles a
Dios. El profeta alienta a los que se esforzaban por hacer lo correcto con el pensamiento
de que Dios anota cuidadosamente y recuerda el servicio consagrado de los
suyos.
Quisiera detenerme hoy en el concepto del Dios que todo lo oye. ¿Qué deberíamos pensar ante esta realidad?
Quisiera detenerme hoy en el concepto del Dios que todo lo oye. ¿Qué deberíamos pensar ante esta realidad?
En primer lugar,
cuando reconocemos que hay un Dios que escucha absolutamente todo lo que
decimos, inmediatamente queda afectado todo lo que expresamos con nuestros
labios. Desde la verdad más clara hasta las medias verdades y las inferencias
maliciosas, ¿Has dicho algo negativo de tu prójimo? ¿Qué tal la reverencia
hacia Diosí ¿Sostienes conversaciones de las que te abstendrías si Dios
estuviera presente? ¿Y las reflexiones que llegas a expresar con palabrasí
Aunque no se oigan, también ellas son “conversaciones” y “palabras” que Dios
escucha; somos responsables de ellas. ¿Son buenasí ¿Hay algún problema en que
Dios las escuche? Quizá creas que ha llegado el momento de realizar cambios en
tus conversaciones. Hazlos inmediatamente, porque estás al servicio del Dios
que todo lo oye.
En segundo lugar, deberías procurar relacionarte con personas que sean temerosas de Dios. De otra manera, ¿cómo podrías andar en «santas y pías conversaciones» ? Recuerda que «las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres» (1 Cor. 15: 33). ¿Quiénes son tus amistadesí Si buscas a alguien temeroso de Dios para que sea tu amigo, tu esposo, tu novio o tu novia, te evitarás muchos problemas.
En tercer lugar, ten
cuidado, porque, al parecer, a veces nuestras palabras se convierten en
oraciones sin saberlo. Además, nuestras palabras tienen efecto reflejo sobre
nosotros, Encima, parece que las palabras del lenguaje humano se prestan más
para expresar la mentira que la verdad. Sí hablamos mucho, va quedando un
residuo de falsedad del cual no somos conscientes, pero del que somos responsables.
¡Cuánto cuidado deberíamos tener con nuestras palabras! Nuestro Señor dijo: «De
toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del
juicio» (Mat. 12: 36).
Procura que todo lo
que digas hoy sea digno de que Dios lo escuche.
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
Devocionales
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ
Vendrá cuando menos lo esperes.
“…cuando vean que
suceden todas estas cosas, sabrán que su regreso está muy cerca, a las
puertas.” Mateo 24:33.
Aunque no sepamos la
hora exacta de cuándo regresará nuestro Señor Jesucristo, sí sabemos que Él
viene pronto. Jesús dijo que antes de su venida, el mundo empeoraría. Países
estarán enfrentados, habrá hambre, enfermedades y terremotos en diferentes
partes del mundo. Pero sobre todo, “Abundará el pecado por todas partes, y el
amor de muchos se enfriará…” Mateo 24:12.
Todos somos
conscientes, y testigos, de que nuestra sociedad está cada vez peor. La Biblia
dice que, tal como sucedió en tiempos de Noé, así también será cuando venga el
Hijo del Hombre. (Lucas 17:26) Y, ¿cómo eran los días de Noé? Era una época de
gran maldad en la tierra. Génesis 6:5 (NTV) dice: “El Señor vio la magnitud de
la maldad humana en la tierra y que todo lo que la gente pensaba o imaginaba
era siempre y totalmente malo.”
A diario vemos como
las personas han perdido el amor al prójimo y lo único que hacen es lastimar.
La pregunta es: ¿Estás preparado y listo para irte con el Señor? Puede que
hayas escuchado muchas veces y desde hace años decir que Jesús viene pronto y
hasta el día de hoy no ha sucedido; pero la Biblia dice que aunque pase el
tiempo, su palabra se cumplirá.
Medita un momento en
lo que está sucediendo en el mundo y las palabras que Jesús dijo referentes al
tiempo antes de su regreso, te darás cuenta que todo se está cumpliendo.
Que no te sorprenda
el regreso de Jesús, porque vendrá secretamente para llevarse a Su Iglesia de
este mundo. En un abrir y cerrar de ojos, cada creyente será arrebatado para ir
al encuentro del Señor.
Preparémonos y
estemos atentos, que el Hijo del Hombre vendrá cuando menos lo esperemos.
Diego Jora
CVCLAVOZ
CVCLAVOZ
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