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Job 7:11 La Biblia de
las Américas (LBLA)
Miserias de la vida
7 ¿No está el hombre obligado a trabajar[a] sobre la
tierra?
¿No son sus días como los días de un jornalero?
2 Como esclavo que suspira por la sombra,
y como jornalero que espera con ansias su paga,
3 así me han dado en herencia meses inútiles,
y noches de aflicción me han asignado.
4 Cuando me acuesto, digo:
“¿Cuándo me levantaré?”
Pero la noche sigue,
y estoy dando[b] vueltas continuamente hasta el amanecer.
5 Mi carne está cubierta de gusanos y de una costra de tierra;
mi piel se endurece y supura.
6 Mis días pasan más veloces que la lanzadera,
y llegan a su fin sin esperanza.
¿No son sus días como los días de un jornalero?
2 Como esclavo que suspira por la sombra,
y como jornalero que espera con ansias su paga,
3 así me han dado en herencia meses inútiles,
y noches de aflicción me han asignado.
4 Cuando me acuesto, digo:
“¿Cuándo me levantaré?”
Pero la noche sigue,
y estoy dando[b] vueltas continuamente hasta el amanecer.
5 Mi carne está cubierta de gusanos y de una costra de tierra;
mi piel se endurece y supura.
6 Mis días pasan más veloces que la lanzadera,
y llegan a su fin sin esperanza.
7 Recuerda, oh Dios,
que mi vida es un soplo,
mis ojos no volverán a ver el bien.
8 El ojo del que me ve no me verá más;
tus ojos estarán sobre mí, pero yo no existiré.
9 Como una nube se desvanece y pasa,
así el que desciende al Seol[c] no subirá;
10 no volverá más a su casa,
ni su lugar lo verá más.
mis ojos no volverán a ver el bien.
8 El ojo del que me ve no me verá más;
tus ojos estarán sobre mí, pero yo no existiré.
9 Como una nube se desvanece y pasa,
así el que desciende al Seol[c] no subirá;
10 no volverá más a su casa,
ni su lugar lo verá más.
11 Por tanto, no refrenaré mi boca,
hablaré en la angustia de mi espíritu,
me quejaré en la amargura de mi alma.
12 ¿Soy yo el mar, o un monstruo marino,
para que me pongas guardia?
13 Si digo: “Mi cama me consolará,
mi lecho atenuará[d] mi queja”,
14 entonces tú me asustas con sueños
y me aterrorizas con visiones;
15 mi alma, pues, escoge la asfixia,
la muerte, en lugar de mis dolores[e].
16 Languidezco[f]; no he de vivir para siempre.
Déjame solo, pues mis días son un soplo.
17 ¿Qué es el hombre para que lo engrandezcas,
para que te preocupes por[g] él,
18 para que lo examines cada mañana,
y a cada momento lo pongas a prueba?
19 ¿Nunca[h] apartarás de mí tu mirada,
ni me dejarás solo hasta que trague mi saliva?
20 ¿He pecado? ¿Qué te he hecho a ti,
oh guardián de los hombres?
¿Por qué has hecho de mí tu blanco,
de modo que soy una carga para mí mismo?
21 Entonces, ¿por qué no perdonas mi transgresión
y quitas mi iniquidad?
Porque ahora dormiré en el polvo;
y tú me buscarás, pero ya no existiré.
hablaré en la angustia de mi espíritu,
me quejaré en la amargura de mi alma.
12 ¿Soy yo el mar, o un monstruo marino,
para que me pongas guardia?
13 Si digo: “Mi cama me consolará,
mi lecho atenuará[d] mi queja”,
14 entonces tú me asustas con sueños
y me aterrorizas con visiones;
15 mi alma, pues, escoge la asfixia,
la muerte, en lugar de mis dolores[e].
16 Languidezco[f]; no he de vivir para siempre.
Déjame solo, pues mis días son un soplo.
17 ¿Qué es el hombre para que lo engrandezcas,
para que te preocupes por[g] él,
18 para que lo examines cada mañana,
y a cada momento lo pongas a prueba?
19 ¿Nunca[h] apartarás de mí tu mirada,
ni me dejarás solo hasta que trague mi saliva?
20 ¿He pecado? ¿Qué te he hecho a ti,
oh guardián de los hombres?
¿Por qué has hecho de mí tu blanco,
de modo que soy una carga para mí mismo?
21 Entonces, ¿por qué no perdonas mi transgresión
y quitas mi iniquidad?
Porque ahora dormiré en el polvo;
y tú me buscarás, pero ya no existiré.
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
El Devocional Diario
– La mirada de Jesús.
Publicado por: Pastor
Carlos Vargas Valdez en Devocional Cristiano, Devocional Diario, Devocionales,
Devocionales Biblicos 0
Jesús, mirándole, le amó.Marcos 10:21.
Entonces, vuelto el
Señor, miró a Pedro;y Pedro se acordó de la palabra del Señor, que le había
dicho:
Antes que el gallo cante, me negarás tres veces.Lucas 22:61.
Antes que el gallo cante, me negarás tres veces.Lucas 22:61.
El Devocional Diario
– La mirada de Jesús
Los evangelios nos
hablan varias veces de la mirada de Jesús. Miraba a sus discípulos, asombrados
por su enseñanza (Mateo 19:25-26); miraba con enojo y tristeza a los jefes
religiosos carentes de compasión (Marcos 3:5); miraba con afecto a un joven que
deseaba la vida eterna (Marcos 10:21); miraba a su discípulo Pedro que lo negó.
Por medio de su
mirada, Jesús entraba en contacto con los que le rodeaban. Tocaba sus corazones
y alcanzaba sus conciencias, porque los amaba y los respetaba. Los reconocía
siempre como personas humanas, dignas y reponsables, a las cuales ofrecía su
socorro.
A veces quisiéramos
encontrar la mirada de Jesús. Pues bien, sepamos que Él quiere revelarse a
nosotros de manera tan cercana como cuando estaba en la tierra. Mediante su
Palabra manifiesta su poder para penetrar en nuestras conciencias y, a la vez,
su amor para darnos confianza y esperanza.
¿Queremos encontrar
su divina mirada? Leamos las Escrituras con una mente abierta y de oración. Así
experimentaremos la presencia y la autoridad divinas. Entonces bajaremos
humildemente la mirada y diremos sí al arrepentimiento y a la fe.
Nada es más poderoso
que la presencia del Señor. La mirada de Jesús hizo llorar a Pedro, quien lo
había negado, pero eran lágrimas saludables; manifestación de un verdadero
arrepentimiento (Lucas 22:62). Al igual que Pedro, dejémonos sondear por su
mirada.
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
Devocionales
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ
¿Estás dispuesto a oír a Dios?
El joven Samuel
servía en el templo ayudando al sacerdote Elí (1 Samuel 3) y una noche mientras
dormía oyó una voz que lo llamaba. Rápidamente se levantó y fue ante Elí, para
saber por qué lo estaba llamando, pero el sacerdote le dijo que no lo había
hecho. Samuel nuevamente se fue a acostar y sucedió lo mismo, entonces Elí le
dijo:
“… Ve y acuéstate de
nuevo y, si alguien vuelve a llamarte, di: “Habla, SEÑOR, que tu siervo
escucha”. Así que Samuel volvió a su cama.” 1 Samuel 3:9 (NTV)
A muchos nos encanta
hablar, podríamos pasarnos largas horas haciéndolo y de seguro nos quedaríamos
con la sensación de que no dijimos todo lo que queríamos. Hablar no es
complicado, pero saber oír es una verdadera tarea para muchos de nosotros.
Samuel estaba
dispuesto a oír a Dios, imagino que tenía muchas preguntas porque era el Padre
mismo a quién se estaba dirigiendo pero decidió solamente oír y obedecer.
A veces cometemos el
error de solamente hablar cuando nos dirigimos a Dios, le presentamos nuestras
necesidades, problemas, anhelos y sueños; hacerlo no es malo pero no podemos
cerrar los oídos a su voz, pues si queremos conocer sus planes para nuestra
vida es necesario estar dispuesto a oírlo.
Quizás tengas muchas
cosas que decirle a Dios, pero a veces es necesario solamente callar y oír, Él
conoce tus anhelos y problemas, “tú conoces todas mis acciones; aun de lejos te
das cuenta de lo que pienso” Salmos 139:2 (DHH) pero quiere que estés dispuesto
a escucharlo, te costará callar pero si deseas conocer su voluntad, debes
“oír”.
Procura pasar tiempo
de calidad diariamente en oración, estudia la Biblia, mientras más tiempo pases
en intimidad con Dios y Su Palabra, será más fácil para ti reconocer Su voz y
Su guía en tu vida “Mis ovejas reconocen mi voz, y yo las conozco y ellas me siguen”
Juan 10:27 (DHH)
Judith Quisbert
CVCLAVOZ
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