Génesis 7:15 La
Biblia de las Américas (LBLA)
El diluvio
6 Noé tenía seiscientos
años cuando el diluvio de las aguas vino[h] sobre la tierra. 7 Entonces entró Noé en el arca, y con él sus hijos, su mujer y las
mujeres de sus hijos, a causa de las aguas del diluvio. 8 De los animales limpios y de los animales que no son limpios, de
las aves y de todo lo que se arrastra sobre la tierra, 9 de dos en dos entraron con[i]Noé en el arca, macho y hembra, como Dios
había ordenado a Noé. 10 Y aconteció que a los siete días las aguas del diluvio vinieron[j] sobre la tierra. 11 El año seiscientos de la vida de Noé, el mes segundo, a los
diecisiete días del mes, en ese mismo día se rompieron todas las fuentes del
gran abismo, y las compuertas[k] del cielo fueron abiertas. 12 Y cayó[l]la lluvia sobre la tierra por cuarenta días y
cuarenta noches.
13 En ese mismo día entró
Noé en el arca, con Sem, Cam y Jafet, hijos de Noé, y la mujer de Noé y las
tres mujeres de sus hijos con ellos, 14 y toda[m] fiera según su especie, y todo ganado
según su especie, y todo reptil que se arrastra sobre la tierra según su
especie, y toda ave según su especie, toda clase de aves[n]. 15 Entraron, pues, con[o] Noé en el arca de dos en dos de toda
carne en que había aliento de vida. 16 Y los que entraron, macho y hembra de toda carne, entraron como
Dios le había mandado; y el Señor cerró la puerta detrás de Noé[p]. 17 Entonces vino[q]el diluvio sobre la tierra por cuarenta días,
y las aguas crecieron y alzaron el arca, y ésta se elevó sobre la tierra. 18 Y las aguas aumentaron y crecieron mucho sobre la tierra; y el
arca flotaba[r] sobre la superficie[s] de las aguas. 19 Y las aguas aumentaron más y más sobre la tierra, y fueron
cubiertos todos los altos montes que hay debajo de todos los cielos. 20 Quince codos[t] por encima subieron las aguas después
que[u] los montes habían sido cubiertos. 21 Y pereció toda carne que se mueve sobre la tierra: aves, ganados,
bestias, y todo lo que pulula sobre la tierra, y todo ser humano; 22 todo aquello en cuya nariz había aliento de espíritu de vida, todo
lo que había sobre la tierra firme, murió. 23 Exterminó, pues, el Señor todo ser
viviente[v] que había sobre la faz de la tierra; desde el hombre hasta los
ganados, los reptiles y las aves del cielo, fueron exterminados de la tierra;
sólo quedó Noé y los que estaban con
él en el arca. 24 Y prevalecieron las
aguas sobre la tierra ciento cincuenta días.
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
Bastante Habéis Rodeado Este
Monte: Volveos (Deuteronomio 2:3)
Publicado por: Cristianos en Los Cristianos 0
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(Deuteronomio 2:3) “BASTANTE HABÉIS RODEADO ESTE MONTE: VOLVEOS…”
¡El lugar es importante!
El plan de Dios para tu vida
tiene que ver con tres cosas: tus dones, su tiempo y un lugar determinado. Pero
otras tres pueden impedir que ese plan se cumpla: miedo al fracaso, no querer
dejar tu comodidad y dejarte llevar por las opiniones de otros.
Llegó el día en que para entrar en la Tierra Prometida, Dios dijo a Israel: “Bastante habéis rodeado este monte: volveos…” (Deuteromio 2:3).
Llegó el día en que para entrar en la Tierra Prometida, Dios dijo a Israel: “Bastante habéis rodeado este monte: volveos…” (Deuteromio 2:3).
Cuando alcanzas ese punto, es
imperativo que digas sí a Dios y que estés dispuesto a dar un paso de fe.
Durante una época de hambre, Dios dijo al profeta Elías: “…Vuelve al oriente y escóndete en el arroyo Querit, que está frente al Jordán. Beberás del arroyo; yo he mandado a los cuervos que te den allí de comer. Él partió e hizo conforme a la palabra del Señor… y vivió junto al arroyo Querit… Los cuervos le traían pan y carne por la mañana y por la tarde, y bebía del arroyo” (1 Reyes 17:3-6).
Durante una época de hambre, Dios dijo al profeta Elías: “…Vuelve al oriente y escóndete en el arroyo Querit, que está frente al Jordán. Beberás del arroyo; yo he mandado a los cuervos que te den allí de comer. Él partió e hizo conforme a la palabra del Señor… y vivió junto al arroyo Querit… Los cuervos le traían pan y carne por la mañana y por la tarde, y bebía del arroyo” (1 Reyes 17:3-6).
El plan de Dios para tu vida
tiene que ver con un lugar determinado. Jesús “…tenía que pasar por Samaria” (Juan
4:4 Castilian).
¿Por qué? Porque allí encontraría
a una mujer cuyo destino sería alcanzar esa ciudad con el evangelio.
No puedes ir adonde te apetezca,
Dios te honrará cuando te encuentres en el lugar que Él quiere. Dios ha
prometido bendecirte, pero a veces tendrá que cambiarte de lugar para que
puedas recibir su bendición.
Cuando Ruth se trasladó a Belén
conoció a Booz y se casó con él. Cuando Bartimeo fue al lugar donde se
encontraba Jesús, recibió la vista. ¡El lugar es importante!
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