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GANANDO LA BATALLA DERRIBANDO FORTALEZAS
1 Samuel 17:1-51 La Biblia de las Américas (LBLA)
UNA ARMADURA DE INTIMIDACION
4 Entonces de los
ejércitos de los filisteos salió un campeón llamado Goliat, de Gat, cuya altura
era de seis codos[b] y un palmo. 5 Tenía un yelmo de bronce sobre la
cabeza y llevaba una cota de malla, y el peso de la cota era de cinco mil
siclos de bronce. 6 Tenía también grebas[c] de bronce en
las piernas y una jabalina de bronce colgada entre los hombros. 7 El asta de su lanza era como un rodillo de
telar y la punta de su lanza pesaba
seiscientos siclos de hierro; y su escudero iba delante de él. 8 Y Goliat se paró y gritó a las
filas de Israel, diciéndoles: ¿Para qué habéis salido a poneros en orden de
batalla? ¿Acaso no soy yo filisteo y vosotros siervos de Saúl? Escogeos un
hombre y que venga contra[d] mí. 9 Si
es capaz de pelear conmigo y matarme[e],
entonces seremos vuestros siervos; pero si yo lo venzo y lo mato[f],
entonces seréis nuestros siervos y nos serviréis. 10 De
nuevo el filisteo dijo: Hoy desafío a las filas de Israel; dadme un hombre para
que luchemos mano a mano[g].
LO
QUE PRODUCE TEMOR – LA INTIMIDACION
11 Cuando Saúl y todo Israel oyeron
estas palabras del filisteo, se acobardaron y tuvieron gran temor.
23 Mientras
hablaba con ellos, he aquí, el campeón, el filisteo de Gat llamado Goliat,
subió de entre las filas de los filisteos y habló las mismas palabras, y
David las oyó. 24 Cuando todos los
hombres de Israel vieron al hombre, huyeron de él, y tenían gran temor.
¿QUIEN
ES NUESTRO ENEMIGO?
26 Entonces David habló
a los que estaban junto a él, diciendo: ¿Qué harán por el hombre que mate a
este filisteo y quite el oprobio de Israel? ¿Quién es este filisteo
incircunciso para desafiar a los escuadrones del Dios viviente?
LOS
QUE SE OPONEN
28 Y Eliab, su hermano
mayor, oyó cuando él hablaba con los hombres; y se encendió la ira de Eliab
contra David, y dijo: ¿Para qué has descendido acá? ¿Con quién has dejado aquellas pocas ovejas en el desierto?
Yo conozco tu soberbia y la maldad de tu corazón, que has descendido para ver
la batalla. 29 Pero
David respondió: ¿Qué he hecho yo ahora? ¿No fue sólo una pregunta[v]?
¿CUAL DEBE DE SER NUESTRA APTITUD Y ACTITUD?
32 Y dijo David a Saúl:
No se desaliente el corazón de nadie a causa de él; tu siervo irá y peleará con
este filisteo. 33 Entonces
Saúl dijo a David: Tú no puedes ir contra este filisteo a pelear con él, porque
tú eres un muchacho y él ha sido un guerrero desde su juventud.
¿QUIEN
ME ENTRENA Y RESCATA?
34 Pero David respondió
a Saúl: Tu siervo apacentaba las ovejas de su padre, y cuando un león o un oso
venía y se llevaba un cordero del rebaño, 35 yo salía tras él, lo
atacaba[z], y lo rescataba de su boca; y cuando se
levantaba contra mí, lo tomaba
por la quijada, lo hería y lo mataba. 36 Tu siervo ha matado[aa] tanto al león
como al oso; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha
desafiado a los escuadrones del Dios viviente.
¿EN NOMBRE DE QUIEN? NO HAY OTRO NOMBRE DADO A LOS
HOMBRES
37 Y David añadió:
El Señor, que me ha librado
de las garras del león y de las garras del oso, me librará de la mano de este
filisteo. Y Saúl dijo a David: Ve, y que el Señor sea contigo.
¿CUAL DEBE DE SER MI ARMADURA?
38 Saúl
vistió a David con sus ropas militares, le puso un yelmo de bronce en la cabeza
y lo cubrió con una armadura. 39 David
se ciñó la espada sobre sus ropas militares y trató de caminar, pues no
se las había probado antes. Entonces David dijo a Saúl: No
puedo caminar con esto, pues no tengo experiencia con[ab] ellas. David se las quitó, 40 y tomando su cayado
en la mano, escogió[ac] del arroyo
cinco piedras lisas y las puso en el saco de pastor que traía, en el zurrón, y
con la honda en la mano se acercó al filisteo.
EL
DESPRECIO
41 El filisteo vino, y se fue
acercando a David, con su escudero delante de él. 42 Cuando
el filisteo miró y vio a David, lo tuvo en poco porque era un muchacho,
rubio[ad] y bien parecido. 43 Y el filisteo dijo a
David: ¿Acaso soy un perro, que vienes contra mí con palos? Y el filisteo
maldijo a David por sus dioses. 44 También dijo el filisteo a David:
Ven a mí, y daré tu carne a las aves del cielo y a las fieras del campo.
LA ESPADA DEL ESPIRITU ES LA PALABRA DE DIOS LA CUAL
DEBO CONFESAR
45 Entonces dijo David
al filisteo: Tú vienes a mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo a ti en
el nombre del Señor de los
ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has desafiado. 46 El Señor te entregará hoy en mis manos, y yo te derribaré
y te cortaré la cabeza. Y daré hoy los cadáveres del ejército de los filisteos
a las aves del cielo y a las fieras de la tierra, para que toda la tierra sepa
que hay Dios en Israel, 47 y para que sepa toda esta
asamblea que el Señor no libra ni con
espada ni con lanza; porque la batalla es del Señor y El os entregará en nuestras manos. 48 Sucedió que cuando el
filisteo se levantó y se fue acercando para enfrentarse a David, éste[ae] corrió
rápidamente hacia el frente de batalla para enfrentarse al filisteo. 49 David metió la mano
en su saco, sacó de él una piedra, la lanzó con la honda, e hirió al filisteo en
la frente. La piedra se hundió en su frente y Goliat cayó a tierra sobre su rostro.
50 Así venció David al filisteo con
una honda y una piedra, e hirió al filisteo y lo mató; mas no había espada en
la mano de David. 51 Entonces David corrió
y se puso sobre el filisteo, tomó su espada, la sacó de la vaina y lo mató, cortándole
la cabeza con ella. Cuando los filisteos vieron que su campeón estaba muerto,
huyeron.
Zacarías 8:7-17 (LBLA) CUANDO CREO LA PROMESA Y LA OBEDEZCO
7 Así
dice el Señor de los
ejércitos: “He aquí, salvaré a mi pueblo de la tierra del oriente[g] y
de la tierra donde se pone el sol; 8 y
los traeré y habitarán en medio de Jerusalén; y ellos serán mi
pueblo y yo seré su Dios en verdad[h] y
en justicia.”
9 Así dice el Señor de los ejércitos: “Sean fuertes vuestras manos,
vosotros que escucháis en estos días estas palabras de la boca de los profetas,
los cuales hablaron el
día en que se pusieron los cimientos de la casa del Señor de los ejércitos para la reedificación del
templo.10 “Porque antes de aquellos días no
había paga para hombre ni paga para el ganado; y no había paz[i] para el que salía o entraba
a causa del enemigo[j], y yo puse a todos los hombres
unos contra otros. 11 “Pero
ahora yo no trataré al
remanente de este pueblo como en los días pasados” —declara el Señor de los ejércitos. 12 “Porque habrá simiente de paz: la vid
dará su fruto, la tierra dará su producto y los cielos darán su rocío; y
haré que el remanente de este pueblo herede todas estas cosas. 13 “Y sucederá que como
fuisteis maldición entre las naciones, casa de Judá y casa de Israel, así os
salvaré para que seáis bendición. No temáis, mas sean fuertes vuestras manos.”
14 Porque así dice el Señor de los ejércitos: “Tal como
me propuse haceros mal cuando vuestros padres me hicieron enojar” —dice
el Señorde los ejércitos— “y
no me he arrepentido, 15 así me he propuesto
en estos días volver a hacer bien a Jerusalén y a la casa de Judá. ¡No
temáis! 16 “Estas son las cosas
que debéis hacer: decid la verdad unos a otros, juzgad con verdad y con juicio
de paz en vuestras puertas[k], 17 no traméis en vuestro
corazón el mal uno contra otro, ni améis el juramento falso; porque todas estas
cosas son las que odio” —declara el Señor.
2 Corintios 10:3-5 (LBLA) MIS
ARMAS
3 Pues aunque andamos en
la carne, no luchamos según la carne; 4 porque
las armas de nuestra contienda no son carnales, sino poderosas en Dios para
la destrucción de fortalezas; 5 destruyendo
especulaciones[b] y todo
razonamiento altivo[c] que se levanta
contra el conocimiento de Dios, y poniendo todo pensamiento en cautiverio a la
obediencia de Cristo,
Flipenses 4:4-9 (LBLA) NUESTRO REGOCIJO Y PENSAMIENTOS
4 Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez lo diré: ¡Regocijaos! 5 Vuestra bondad sea conocida de todos los hombres. El Señor está
cerca. 6 Por nada estéis afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y
súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante
de Dios. 7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento[b], guardará vuestros
corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús.
8 Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo digno, todo lo
justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo honorable[c], si hay alguna virtud o
algo que merece elogio, en esto meditad. 9 Lo que también habéis aprendido y recibido y oído y visto en mí, esto
practicad, y el Dios de paz estará con vosotros.
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