Isaías 3:20 La Biblia de
las Américas (LBLA)
Juicio contra Jerusalén y Judá
3 Porque he aquí, el Señor, Dios[a] de los ejércitos, quitará de Jerusalén y de Judá
el sustento y el apoyo: todo sustento de pan
y todo sustento de agua;
2 al poderoso y al guerrero,
al juez y al profeta,
al adivino y al anciano,
3 al capitán de cincuenta y al hombre respetable,
al consejero, al diestro artífice y al hábil encantador.
4 Les daré muchachos por príncipes,
y niños caprichosos gobernarán[b] sobre ellos.
5 Y el pueblo será oprimido,
el uno por el otro y cada cual por su prójimo;
el joven se alzará contra el anciano,
y el indigno contra el honorable.
6 Cuando un hombre eche mano a su hermano en la casa de su padre, diciendo:
Tú tienes manto, serás nuestro jefe,
y estas ruinas estarán bajo tu mando[c],
7 ese día el otro se indignará[d], diciendo:
No seré vuestro sanador[e],
porque en mi casa no hay ni pan ni manto;
no debéis nombrarme jefe del pueblo.
8 Pues Jerusalén ha tropezado y Judá ha caído,
porque su lengua y sus obras están contra el Señor,
rebelándose contra su gloriosa presencia[f].
9 La expresión de su rostro[g] testifica contra ellos,
y como Sodoma publican su pecado;
no lo encubren.
¡Ay de ellos[h]!,
porque han traído mal sobre sí mismos.
10 Decid a los justos que les irá bien,
porque el fruto de sus obras comerán.
11 ¡Ay del impío! Le irá mal,
porque lo que él merece[i] se le hará.
12 ¡Oh pueblo mío! Sus opresores son muchachos[j],
y mujeres lo dominan.
Pueblo mío, los que te guían te hacen desviar
y confunden el curso de tus sendas.
el sustento y el apoyo: todo sustento de pan
y todo sustento de agua;
2 al poderoso y al guerrero,
al juez y al profeta,
al adivino y al anciano,
3 al capitán de cincuenta y al hombre respetable,
al consejero, al diestro artífice y al hábil encantador.
4 Les daré muchachos por príncipes,
y niños caprichosos gobernarán[b] sobre ellos.
5 Y el pueblo será oprimido,
el uno por el otro y cada cual por su prójimo;
el joven se alzará contra el anciano,
y el indigno contra el honorable.
6 Cuando un hombre eche mano a su hermano en la casa de su padre, diciendo:
Tú tienes manto, serás nuestro jefe,
y estas ruinas estarán bajo tu mando[c],
7 ese día el otro se indignará[d], diciendo:
No seré vuestro sanador[e],
porque en mi casa no hay ni pan ni manto;
no debéis nombrarme jefe del pueblo.
8 Pues Jerusalén ha tropezado y Judá ha caído,
porque su lengua y sus obras están contra el Señor,
rebelándose contra su gloriosa presencia[f].
9 La expresión de su rostro[g] testifica contra ellos,
y como Sodoma publican su pecado;
no lo encubren.
¡Ay de ellos[h]!,
porque han traído mal sobre sí mismos.
10 Decid a los justos que les irá bien,
porque el fruto de sus obras comerán.
11 ¡Ay del impío! Le irá mal,
porque lo que él merece[i] se le hará.
12 ¡Oh pueblo mío! Sus opresores son muchachos[j],
y mujeres lo dominan.
Pueblo mío, los que te guían te hacen desviar
y confunden el curso de tus sendas.
13 El Señor se levanta para contender,
está en pie para juzgar a los pueblos.
14 El Señor entra en juicio con los ancianos de su pueblo y con sus príncipes:
Pues vosotros habéis devorado la viña,
el despojo del pobre está en vuestras casas.
15 ¿Qué pensáis al aplastar a mi pueblo
y al moler la cara de los pobres?
—declara el Señor, Dios[k] de los ejércitos.
está en pie para juzgar a los pueblos.
14 El Señor entra en juicio con los ancianos de su pueblo y con sus príncipes:
Pues vosotros habéis devorado la viña,
el despojo del pobre está en vuestras casas.
15 ¿Qué pensáis al aplastar a mi pueblo
y al moler la cara de los pobres?
—declara el Señor, Dios[k] de los ejércitos.
16 Además, dijo el Señor: Puesto que las hijas de Sión son orgullosas,
andan con el cuello erguido y con ojos seductores,
y caminan con paso menudo
haciendo tintinear las ajorcas en sus pies,
17 el Señor herirá con tiña el cráneo de las hijas de Sión,
y el Señor desnudará sus frentes.
18 Aquel día el Señor les quitará el adorno de las ajorcas, los tocados y las lunetas,
19 los pendientes, los brazaletes y los velos,
20 las redecillas, las cadenillas de los pies, las cintas, las cajitas de perfume y los amuletos,
21 los anillos[l] y aretes de nariz,
22 las ropas de gala, las túnicas, los mantos y las bolsas,
23 los espejos, la ropa interior, los turbantes y los velos.
24 Y sucederá que en vez de perfume aromático[m] habrá podredumbre;
en vez de cinturón, cuerda;
en vez de peinado artificioso, calvicie;
en vez de ropa fina, ceñidor de cilicio;
cicatriz[n] en vez de hermosura.
25 Tus hombres caerán a espada,
y tus poderosos[o] en batalla.
26 Sus puertas[p] se lamentarán y estarán de luto;
y ella, desolada, se sentará en tierra.
andan con el cuello erguido y con ojos seductores,
y caminan con paso menudo
haciendo tintinear las ajorcas en sus pies,
17 el Señor herirá con tiña el cráneo de las hijas de Sión,
y el Señor desnudará sus frentes.
18 Aquel día el Señor les quitará el adorno de las ajorcas, los tocados y las lunetas,
19 los pendientes, los brazaletes y los velos,
20 las redecillas, las cadenillas de los pies, las cintas, las cajitas de perfume y los amuletos,
21 los anillos[l] y aretes de nariz,
22 las ropas de gala, las túnicas, los mantos y las bolsas,
23 los espejos, la ropa interior, los turbantes y los velos.
24 Y sucederá que en vez de perfume aromático[m] habrá podredumbre;
en vez de cinturón, cuerda;
en vez de peinado artificioso, calvicie;
en vez de ropa fina, ceñidor de cilicio;
cicatriz[n] en vez de hermosura.
25 Tus hombres caerán a espada,
y tus poderosos[o] en batalla.
26 Sus puertas[p] se lamentarán y estarán de luto;
y ella, desolada, se sentará en tierra.
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
LISTOS PARA LA
BATALLA.
"Porque las
armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la
destrucción de fortalezas." 2 Corintios 10:4 (RVR 1960).
Los soldados que van a la guerra siempre están bien
equipados para hacer frente al enemigo. Sería insensato que un soldado raso
enfrente al enemigo sin armas o no tenga el equipamiento necesario. Del mismo
modo, como hijos de Dios debemos comprender que estamos en constantes batallas.
El ignorar este aspecto nos llevaría a no prepararnos adecuadamente o a no
considerar necesario ponernos la armadura de Dios, lo cual nos haría un blanco
fácil del enemigo.
Por esta razón es
importante colocarse la armadura de Dios y estar siempre listos para enfrentar
los ataques del adversario. Tomando en cuenta que: ”Usamos las armas poderosas
de Dios, no las del mundo, para derribar las fortalezas del razonamiento humano
y para destruir argumentos falsos.” 2 Corintios 10: 4 (NTV). Te animo a
enlistarte y ser uno de los soldados del Rey para ir de victoria en victoria.
Neyda Cruz
CVCLAVOZ
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
OÍDOS ATENTOS AL
ARREPENTIMIENTO.
"Si mi pueblo,
que lleva mi nombre, se humilla y ora, y me busca y abandona su mala conducta,
yo lo escucharé desde el cielo, perdonaré su pecado y restauraré su
tierra." 2 Crónicas 7:14 (NVI).
Dios anhela escuchar nuestro clamor, pero no podemos
dirigimos a Él cuando aún cargamos en nuestro corazón con malos pensamientos y
conductas que no le agradan, ya que esto es como una barrera que impide que
pueda obrar en nuestros anhelos. Por tanto, no podemos esperar que Dios nos
escuche y nos bendiga mientras no dejemos nuestras iniquidades.
Sin embargo, si nos
arrepentimos verdaderamente y renunciamos a estas cosas, Dios promete no solo
escuchar sino también perdonar y restaurar nuestras vidas. Teniendo en cuenta
esto, el Señor puede responder tu oración mientras te vuelvas a Él de corazón,
te arrepientas y dejes tus malos caminos.
Giovana Aleman
CVCLAVOZ
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