Proverbios 27:18 La Biblia de
las Américas (LBLA)
27 No te jactes del día de mañana,
porque no sabes qué traerá el día.
2 Que te alabe el extraño, y no tu boca;
el forastero, y no tus labios.
3 Pesada es la piedra y pesada la arena,
pero la provocación del necio es más pesada que ambas.
4 Cruel es el furor e inundación la ira;
pero ¿quién se mantendrá ante los celos?
5 Mejor es la reprensión franca
que el amor encubierto.
6 Fieles son las heridas del amigo,
pero engañosos[a] los besos del enemigo[b].
7 El hombre[c] saciado aborrece[d] la miel,
pero para el hombre[e] hambriento todo lo amargo es dulce.
8 Como pájaro que vaga lejos de su nido,
así es el hombre que vaga lejos de su hogar[f].
9 El ungüento y el perfume alegran el corazón,
y dulce para su amigo es el consejo del hombre[g].
10 No abandones a tu amigo ni al amigo de tu padre,
ni vayas a la casa de tu hermano el día de tu infortunio.
Mejor es un vecino cerca que un hermano lejos.
11 Sé sabio, hijo mío, y alegra mi corazón,
para que yo responda al que me afrenta.
12 El hombre prudente ve el mal y se esconde,
los simples siguen adelante y pagan las consecuencias.
13 Tómale la ropa al que[h] sale fiador del extraño;
y tómale prenda por la mujer desconocida[i].
14 Al que muy de mañana bendice a su amigo en alta voz,
le será contado como una maldición.
15 Gotera continua en día de lluvia
y mujer rencillosa, son semejantes;
16 el que trata de contenerla[j] refrena[k] al viento,
y recoge[l] aceite con su mano derecha.
17 El hierro con hierro se afila,
y un hombre aguza a otro[m].
18 El que cuida la higuera comerá su fruto,
y el que atiende a su señor será honrado.
19 Como el agua refleja el rostro[n],
así el corazón del hombre refleja al hombre.
20 El Seol[o] y el Abadón[p] nunca se sacian;
tampoco se sacian los ojos del hombre.
21 El crisol es para la plata y el horno para el oro,
y al hombre se le prueba por la alabanza que recibe.
22 Aunque machaques con el mazo al necio en un mortero entre el grano molido,
no se apartará de él su necedad.
porque no sabes qué traerá el día.
2 Que te alabe el extraño, y no tu boca;
el forastero, y no tus labios.
3 Pesada es la piedra y pesada la arena,
pero la provocación del necio es más pesada que ambas.
4 Cruel es el furor e inundación la ira;
pero ¿quién se mantendrá ante los celos?
5 Mejor es la reprensión franca
que el amor encubierto.
6 Fieles son las heridas del amigo,
pero engañosos[a] los besos del enemigo[b].
7 El hombre[c] saciado aborrece[d] la miel,
pero para el hombre[e] hambriento todo lo amargo es dulce.
8 Como pájaro que vaga lejos de su nido,
así es el hombre que vaga lejos de su hogar[f].
9 El ungüento y el perfume alegran el corazón,
y dulce para su amigo es el consejo del hombre[g].
10 No abandones a tu amigo ni al amigo de tu padre,
ni vayas a la casa de tu hermano el día de tu infortunio.
Mejor es un vecino cerca que un hermano lejos.
11 Sé sabio, hijo mío, y alegra mi corazón,
para que yo responda al que me afrenta.
12 El hombre prudente ve el mal y se esconde,
los simples siguen adelante y pagan las consecuencias.
13 Tómale la ropa al que[h] sale fiador del extraño;
y tómale prenda por la mujer desconocida[i].
14 Al que muy de mañana bendice a su amigo en alta voz,
le será contado como una maldición.
15 Gotera continua en día de lluvia
y mujer rencillosa, son semejantes;
16 el que trata de contenerla[j] refrena[k] al viento,
y recoge[l] aceite con su mano derecha.
17 El hierro con hierro se afila,
y un hombre aguza a otro[m].
18 El que cuida la higuera comerá su fruto,
y el que atiende a su señor será honrado.
19 Como el agua refleja el rostro[n],
así el corazón del hombre refleja al hombre.
20 El Seol[o] y el Abadón[p] nunca se sacian;
tampoco se sacian los ojos del hombre.
21 El crisol es para la plata y el horno para el oro,
y al hombre se le prueba por la alabanza que recibe.
22 Aunque machaques con el mazo al necio en un mortero entre el grano molido,
no se apartará de él su necedad.
23 Conoce bien la condición[q] de tus
rebaños,
y presta atención[r] a tu ganado;
24 porque las riquezas no son eternas,
ni perdurará la corona por todas las generaciones.
25 Cuando la hierba desaparece se ve el retoño,
y se recogen las hierbas de los montes;
26 los corderos darán para tu vestido,
y las cabras para el precio de un campo;
27 y habrá suficiente leche de cabra para tu alimento,
para el alimento de tu casa,
y sustento para tus doncellas.
y presta atención[r] a tu ganado;
24 porque las riquezas no son eternas,
ni perdurará la corona por todas las generaciones.
25 Cuando la hierba desaparece se ve el retoño,
y se recogen las hierbas de los montes;
26 los corderos darán para tu vestido,
y las cabras para el precio de un campo;
27 y habrá suficiente leche de cabra para tu alimento,
para el alimento de tu casa,
y sustento para tus doncellas.
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
Devocionales
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ
En todo
Al final de una
reunión, el predicador fue invitado por uno de los hermanos a comer en su
hogar.
Por el camino el
predicador le preguntó a su anfitrión:
- ¿Recuerda usted mi
mensaje?
- Ya lo creo: “Para mí el vivir es Cristo”
- Bien - siguió el predicador- Si yo le preguntara: ¿qué es para usted vivir, qué podría contestarme?
- Ya lo creo: “Para mí el vivir es Cristo”
- Bien - siguió el predicador- Si yo le preguntara: ¿qué es para usted vivir, qué podría contestarme?
El amigo, caminando a
su lado, hizo una pausa. Luego dijo:
- Cuando lleguemos a
mi casa usted mismo lo verá.
El predicador
extrañado no dijo más sobre el asunto. Cuando llegaron a casa, el amigo del
predicador le dijo:
- Suba usted a mi
despacho. En tanto subían al primer piso agregó: Soy probablemente el más
importante fabricante de zapatos de esta gran ciudad…
Y efectivamente, todo
en la casa demostraba que se trataba de alguien muy rico.
Llegando al despacho en cuestión, el amigo abrió la puerta y con su índice señaló la pared tras su escritorio. El predicador vio un cuadro grande con estas palabras:
Llegando al despacho en cuestión, el amigo abrió la puerta y con su índice señaló la pared tras su escritorio. El predicador vio un cuadro grande con estas palabras:
1) Dios
2) Familia
3) Zapatos
2) Familia
3) Zapatos
Y sencillamente
explicó: He aquí mi respuesta pastor.
¿Cómo se refleja en
tu vida Filipenses 1:21: Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es
ganancia? ¿Entiendes realmente lo que significa?
Vivir para Dios
significa que Él tendrá siempre el primer lugar y que todos nuestros
pensamientos y acciones estarán dirigidos y enmarcados en el deseo de
agradarle. Implica que cumpliremos lo que dice en Marcos 12:30 y que amaremos
al Señor con todo nuestro corazón, con toda el alma, con nuestra mente y
nuestras fuerzas y no sólo de palabras, sino en acciones.
Muchas veces los
problemas que tenemos vienen a raíz de que perdemos de vista el orden de
prioridades y permitimos que nuestro trabajo, familia o amigos estén antes que
Dios.
El zapatero de la
historia usaba un cuadro que quizás más que adorno era un recordatorio de cuál
era el orden de sus prioridades porque humanamente, con los afanes de la vida,
olvidamos qué es más importante.
Vivir para Cristo
significa que Él estará presente en todas las áreas de nuestra vida, en todo lo
que hagamos, en todo lo que somos.
Que todos los días de
nuestra vida tengamos presente a Dios como el número uno en nuestras vidas,
como la prioridad más grande, pero no sólo de palabras, sino también en
acciones. Al tener presente a Dios en todo lo que hacemos y somos, podremos
amar a nuestra familia y a los que nos rodean como Jesús lo haría, podremos
tomar decisiones sabias y vivir de acuerdo a Su voluntad.
¡Revisa tus
prioridades!
Ana María Frege Issa
CVCLAVOZ
CVCLAVOZ
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
EL CELULAR Y YO
“Mirad, pues, con
diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios” Efesios 5:15 (RVR
1960).
Una de las cosas más valiosas que tenemos como seres
humanos es nuestro tiempo, y a todos sin excepción se nos dio la misma
cantidad, es decir 24 horas diarias. Esto demanda responsabilidad, ya que somos
nosotros los que decidimos cómo usarlo y en qué invertimos cada segundo de
nuestra vida. Actualmente los celulares se han transformado en una parte
importante de nuestra vida. Esto es así, por la gran ayuda que nos brindan
cuando los usamos de manera correcta. La clave para vivir sabiamente es no
dejar que el teléfono nos robe el tiempo que debiéramos invertir en cosas más
productivas. Utilicemos bien nuestro tiempo, actuando sabiamente y no como
necios.
Neyda Cruz
CVCLAVOZ
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