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Juan 13:21 La Biblia de las Américas
Jesús identifica al traidor
21 Habiendo dicho Jesús esto, se
angustió en espíritu, y testificó y dijo: En verdad, en verdad os digo que uno de vosotros me
entregará. 22 Los discípulos se miraban unos a otros, y estaban perplejos sin
saber de quién hablaba. 23 Uno de sus discípulos, el que Jesús amaba, estaba a la mesa reclinado
en el pecho de Jesús. 24 Por eso Simón Pedro le hizo* señas, y le dijo*: Dinos de
quién habla. 25 Él, recostándose de nuevo[g] sobre
el pecho de Jesús, le dijo*: Señor, ¿quién es? 26 Entonces Jesús respondió*: Es aquel a quien yo daré el bocado que voy a mojar. Y después de mojar el
bocado, lo tomó* y se lo dio* a Judas, hijo de Simón Iscariote. 27 Y después del bocado,
Satanás entró en él. Entonces Jesús le dijo*: Lo que vas a hacer, hazlo pronto. 28 Pero ninguno de los que estaban
sentados[h] a
la mesa entendió por qué le dijo esto. 29 Porque algunos pensaban que como
Judas tenía la bolsa del dinero, Jesús le decía: Compra lo que necesitamos para
la fiesta, o que diera algo a los pobres. 30 Y Judas[i],
después de recibir el bocado, salió inmediatamente; y ya era de noche.
UN
ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
La
carrera que vale la pena ganar
Reflexiones
cristianas diarias por CVCLAVOZ
Cuando
leemos lo que escribió Pablo en 1 de Corintios 9 acerca de la carrera, nos
damos cuenta del enfoque que debemos tener para ganar esa carrera que vale la
pena ganar.
¿No
saben que en una carrera todos los corredores compiten, pero solo uno obtiene
el premio? Corran, pues, de tal modo que lo obtengan. Todos los deportistas se
entrenan con mucha disciplina. Ellos lo hacen para obtener un premio que se
echa a perder; nosotros, en cambio, por uno que dura para siempre.
1
Corintios 9:24-25
Tal
como esos griegos a los que les escribía Pablo en esa carta, nuestra cultura
ama la competencia. Y nosotros, como cristianos, debemos ser especies de
superhéroes de la fe. Nuestro poder viene de nuestro Señor Jesucristo y la
carrera en la que estamos no es una competencia contra otros. Es acerca de
avanzar en justicia, en ser mejores seres humanos y mostrar el amor de nuestra
fuente de poder. Con eso en mente podremos ganar esa magnífica carrera hacia el
que sabemos que es nuestro destino: la eternidad a Su lado.
Cuando
nos hallamos discutiendo con alguien, ¿qué es para nosotros ganar? ¿Es imponer
nuestra razón, es lograr que la otra persona nos ceda la victoria? Así es la
competencia de este mundo. Para ganar la carrera espiritual, esa que vale la
pena ganar, debemos dar un paso más allá del logro victorioso. Ganar en una
relación debe ser que cada una de las partes esté logrando su propósito para el
beneficio de todos.
Es
bueno competir, puede ser beneficioso tener competencia, pero debemos ser
cuidadosos de cómo vemos y definimos a nuestros oponentes. Una ganancia real
consiste en lograr mostrar buenas influencias en otros, mostrar buenas
intenciones en todo y estar claros en nuestros objetivos. Hagamos la carrera
que vale la pena, persiguiendo la verdad de Dios, la justicia y la disposición
al servicio.
Elluz
Peraza
CVCLAVOZ
UN
ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
Sólo
escuchas lo que quieres escuchar
Reflexiones
cristianas diarias por CVCLAVOZ
¿Sabías
que sólo escuchas lo que quieres escuchar?
Un científico y su amigo andaban por una concurrida calle. El científico, que era entomólogo (especializado en insectos), de repente se detuvo.
-¿Qué
oyes? – le dijo a su amigo.
-Oigo
la charla de los transeúntes, el bullicio de la gente y el tráfico, fue la
respuesta.
-Yo
escucho un grillo además de todos los ruidos que has mencionado- dijo el
científico, acercándose a una enorme casa de varios pisos, movió una piedra que
estaba al lado de la pared y encontró un grillo que producía el característico
chirrido.
-¿Cómo
pudiste oírlo?- preguntó su amigo.
-Muy
fácil, permíteme enseñarte otra cosa.
Ambos
caminaron de nuevo a la mitad de la acera y el gentío.
-Ahora
observa lo que va a ocurrir – dijo el científico, dejando caer una moneda sobre
el pavimento.
La
moneda produjo el típico ruido al caer, apenas audible en el bullicio y tráfico
de la calle; pero instantáneamente varias personas se pararon y prestaron
atención. Entonces el científico dijo:
-Tú
oyes lo que quieres oír y lo que estás acostumbrado a escuchar. ¡Todos ven y
escuchan aquellos en lo que están interesados y acostumbrados a ver y oír!
Tan
fácil como eso
Todos
actuamos de la misma manera que el amigo del científico, ponemos nuestra
atención en las cosas que nos interesan y a las que estamos acostumbrados.
Muchas
veces pasamos por el mismo lugar varias veces pero no le prestamos atención a
las cosas y quizás no nos hayamos percatado de tiendas, edificios u otros
lugares, hasta que estamos buscando algo específico en la zona. ¿Te ha pasado?
Es
muy fácil que apliquemos una atención selectiva y sólo escuchemos aquello que
queremos escuchar porque tenemos tanta información alrededor que no podríamos procesar
todo al mismo tiempo.
¿Sólo
escuchas lo que quieres escuchar?
No
es que esté mal que tengamos atención selectiva, pero ¿Diriges tu atención a lo
que realmente importa? ¿Sabes elegir las cosas importantes?
A
veces nos perdemos de lo realmente importante porque no le damos la importancia
debida a cada cosa, no sabemos priorizar.
Por
eso también el Señor enseñó acerca de las cosas que atesoramos y dijo:
Donde
esté tu tesoro, allí estarán también los deseos de tu corazón
Mateo
6:21 (NTV)
Nosotros
ponemos nuestra atención, energía, sentidos, fuerzas, en aquellas cosas que nos
interesan, en aquello donde está nuestro corazón. Por eso es importante que
analicemos cuáles son nuestras prioridades, a qué le dedicamos tiempo y
esfuerzos, porque quizás estamos perdidos ante el bullicio del mundo y nos
estamos perdiendo detalles que pueden ser importantes para nosotros, podríamos
estar perdiendo las bendiciones que Dios tiene para nuestras vidas por andar
distraídos en cosas efímeras.
Ana
María Frege Issa
CVCLAVOZ
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