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Proverbios 7:4 La Biblia de
las Américas (LBLA)
Artimañas de la ramera
7 Hijo mío, guarda mis palabras,
y atesora mis mandamientos contigo.
2 Guarda mis mandamientos y vivirás,
y mi enseñanza[a] como la niña de tus ojos.
3 Atalos a tus dedos,
escríbelos en la tabla de tu corazón.
4 Di a la sabiduría: Tú eres mi hermana,
y llama a la inteligencia tu mejor amiga,
5 para que te guarden de la mujer extraña,
de la desconocida[b] que lisonjea[c] con sus palabras.
y atesora mis mandamientos contigo.
2 Guarda mis mandamientos y vivirás,
y mi enseñanza[a] como la niña de tus ojos.
3 Atalos a tus dedos,
escríbelos en la tabla de tu corazón.
4 Di a la sabiduría: Tú eres mi hermana,
y llama a la inteligencia tu mejor amiga,
5 para que te guarden de la mujer extraña,
de la desconocida[b] que lisonjea[c] con sus palabras.
6 Porque desde la ventana de mi casa
miraba por la celosía,
7 y vi entre los simples,
distinguí entre los muchachos[d]
a un joven falto de juicio[e],
8 pasando por la calle cerca de su[f] esquina;
iba[g] camino de su[h] casa,
9 al atardecer, al anochecer[i],
en medio[j] de la noche y la oscuridad.
10 Y he aquí, una mujer le sale al encuentro,
vestida como ramera y astuta de corazón.
11 Es alborotadora y rebelde,
sus pies no permanecen en casa;
12 está ya en las calles, ya en las plazas,
y acecha por todas las esquinas.
13 Y lo agarra y lo besa,
y descarada[k] le dice:
14 Tenía que ofrecer ofrendas de paz[l],
y hoy he cumplido mis votos;
15 por eso he salido a encontrarte,
buscando tu rostro con ansiedad, y te he hallado.
16 He tendido mi lecho con colchas,
con linos de Egipto en colores;
17 he rociado mi cama
con mirra, áloes y canela.
18 Ven, embriaguémonos de amor hasta la mañana,
deleitémonos con caricias.
19 Porque mi[m] marido no está en casa,
se ha ido a un largo viaje;
20 se ha llevado en la mano la bolsa del dinero,
volverá a casa para la luna llena.
21 Con sus palabras persuasivas lo atrae,
lo seduce con sus labios lisonjeros[n].
22 Al instante la sigue,
como va el buey al matadero,
o como uno en grillos al castigo de un necio[o],
23 hasta que una flecha le traspasa el hígado;
como el ave que se precipita en la trampa,
y no sabe que esto le costará la vida.
miraba por la celosía,
7 y vi entre los simples,
distinguí entre los muchachos[d]
a un joven falto de juicio[e],
8 pasando por la calle cerca de su[f] esquina;
iba[g] camino de su[h] casa,
9 al atardecer, al anochecer[i],
en medio[j] de la noche y la oscuridad.
10 Y he aquí, una mujer le sale al encuentro,
vestida como ramera y astuta de corazón.
11 Es alborotadora y rebelde,
sus pies no permanecen en casa;
12 está ya en las calles, ya en las plazas,
y acecha por todas las esquinas.
13 Y lo agarra y lo besa,
y descarada[k] le dice:
14 Tenía que ofrecer ofrendas de paz[l],
y hoy he cumplido mis votos;
15 por eso he salido a encontrarte,
buscando tu rostro con ansiedad, y te he hallado.
16 He tendido mi lecho con colchas,
con linos de Egipto en colores;
17 he rociado mi cama
con mirra, áloes y canela.
18 Ven, embriaguémonos de amor hasta la mañana,
deleitémonos con caricias.
19 Porque mi[m] marido no está en casa,
se ha ido a un largo viaje;
20 se ha llevado en la mano la bolsa del dinero,
volverá a casa para la luna llena.
21 Con sus palabras persuasivas lo atrae,
lo seduce con sus labios lisonjeros[n].
22 Al instante la sigue,
como va el buey al matadero,
o como uno en grillos al castigo de un necio[o],
23 hasta que una flecha le traspasa el hígado;
como el ave que se precipita en la trampa,
y no sabe que esto le costará la vida.
24 Ahora pues, hijos míos,
escuchadme,
y prestad atención a las palabras de mi boca.
25 No se desvíe tu corazón hacia sus caminos,
no te extravíes en sus sendas.
26 Porque muchas son las víctimas[p] derribadas por ella,
y numerosos los que ha matado.
27 Su casa es el camino al Seol,
que desciende a las cámaras de la muerte.
y prestad atención a las palabras de mi boca.
25 No se desvíe tu corazón hacia sus caminos,
no te extravíes en sus sendas.
26 Porque muchas son las víctimas[p] derribadas por ella,
y numerosos los que ha matado.
27 Su casa es el camino al Seol,
que desciende a las cámaras de la muerte.
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
Mensajes Cristianos –
Alabar en los comienzos de cualquier empresa.
Por Pastor Carlos
Vargas Valdez 0
Mensajes Cristianos – Alabar en los comienzos de cualquier empresa
TODO EL PUEBLO.ALABABA AL SEÑOR PORQUE SE ECHABAN LOS CIMIENTOS.” (Esdras 3:11)
Leemos: “Cuando los
albañiles del templo del Señor echaron los cimientos… Todo el pueblo aclamaba
con gran júbilo y alababa al Señor.” (Esdras 3:10-11).
¿Por qué alabar a
Dios en los comienzos de algo?
Primero, porque la
alabanza es un acto de fe cuyo mensaje es: ‘Dios, Tú acabarás lo que
comenzaste.
Gracias por enseñarme
tu plan, porque tus planes siempre prevalecen. Algunos piensan que no lo
lograré pero contigo a mi lado, acabaré la tarea. No hago esto para mí mismo
sino para ti y contigo.’
Segundo, porque la
alabanza te fortalece. Nehemías dijo a los trabajadores del muro: “.El gozo del
Señor es vuestra fortaleza” (Nehemías 8:10).
Si pierdes el gozo,
pierdes la fortaleza. Y si pierdes ésta, perderás el poder de vencer al enemigo
y serás derrotado. Pero si alabas a Dios aunque lo único que tengas delante sea
algo muy incipiente, su gozo te dará energía y te resultará más fácil llevar a
cabo el cometido. Si sólo alabas a Dios cuando no hay dificultades o todo va
sobre ruedas, entonces no lo harás muchas veces, ni tendrás gozo ni fortaleza.
Tercero, porque la
alabanza cambia la atmósfera en la que te mueves. Imagínate la escena:
carretillas, hormigoneras, un muro a medio construir y cientos de trabajadores
proclamando en voz alta las alabanzas de Dios. Lo mismo ocurre cuando escuchas
un cedé de música cristiana o sintonizas una emisora cristiana; seguro que no
se disipan tus problemas, pero sí cambia tu percepción de los mismos. En
resumen, cuando alabas a Dios en los comienzos de cualquier empresa, trabajarás
mejor y la llevarás a su término.
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
Devocionales
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ
Derecho de “exclusividad”
“Al oír esto Jesús,
les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico sino los enfermos” (Mateo
9:12 RV60)
Cuando Jesús llamó a
Mateo compartió la mesa con publicanos y pecadores demostrando la importancia
de su misión en esta tierra. Los fariseos que estaban atentos a este hecho
comenzaron a juzgar y a decirles a los discípulos, “¿Por qué come vuestro
Maestro con los publicanos y pecadores?”
A veces algunos
creyentes se comportan así, comienzan a juzgar a otras personas que hablan de
Jesús basados en la apariencia, sin comprender a lo que también fuimos
llamados: a ser sal en esta tierra y a compartir las Buenas Nuevas del
Evangelio con todas las personas y más con los que son esclavos del pecado para
que puedan conocer la libertad que en Cristo pueden hallar.
Al escuchar lo que
los fariseos dijeron Jesús respondió que los sanos no necesitan médico sino los
enfermos. Jesucristo vino a salvar a los pecadores, no simplemente por los que
se creen buenos; el Salvador vino a dar vida y vida en abundancia.
Lucas 19.10 RV60:
“Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.”
Todas las personas
necesitan conocer que Dios les ama, que Jesús dio su vida para darles vida eterna
y esperanza, que nadie tiene derecho de exclusividad ya que el conocimiento de
la verdad en Cristo está abierto a todo el mundo.
¿Haces algo para que
los que te rodean puedan conocer a Jesucristo?
Carlos E. Encinas
CVCLAVOZ
CVCLAVOZ
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