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Job 16:20 La Biblia de
las Américas (LBLA)
Queja de Job
16 Entonces respondió
Job, y dijo:
2 He oído muchas cosas como éstas;
consoladores gravosos[a] sois todos vosotros.
3 ¿No hay fin a las palabras vacías?
¿O qué te provoca para que así respondas?
4 Yo también hablaría como vosotros,
si vuestra alma estuviera en lugar de mi alma.
Podría hilvanar palabras contra vosotros,
y mover ante vosotros la cabeza.
5 Os podría alentar con mi boca,
y el consuelo de mis labios podría aliviar vuestro dolor.
consoladores gravosos[a] sois todos vosotros.
3 ¿No hay fin a las palabras vacías?
¿O qué te provoca para que así respondas?
4 Yo también hablaría como vosotros,
si vuestra alma estuviera en lugar de mi alma.
Podría hilvanar palabras contra vosotros,
y mover ante vosotros la cabeza.
5 Os podría alentar con mi boca,
y el consuelo de mis labios podría aliviar vuestro dolor.
6 Si hablo, mi dolor no disminuye,
y si callo, no se aparta de mí[b].
7 Pero ahora El me ha agobiado;
tú has asolado toda mi compañía,
8 y me has llenado de arrugas
que en testigo se han convertido;
mi flacura se levanta contra mí,
testifica en mi cara.
9 Su ira me ha despedazado y me ha perseguido[c],
contra mí El ha rechinado los dientes;
mi adversario aguza los ojos contra mí.
10 Han abierto contra mí su boca,
con injurias me han abofeteado[d];
a una se aglutinan contra mí.
11 Dios me entrega a los impíos,
y me echa en manos de los malvados.
12 Estaba yo tranquilo, y El me sacudió,
me agarró por la nuca y me hizo pedazos;
también me hizo su blanco.
13 Me rodean sus flechas,
parte mis riñones sin compasión,
derrama por tierra mi hiel.
14 Abre en mí brecha tras brecha;
arremete contra mí como un guerrero.
15 Sobre mi piel he cosido cilicio,
y he hundido en el polvo mi poder[e].
16 Mi rostro está enrojecido por el llanto,
y cubren[f] mis párpados densa oscuridad,
17 aunque no hay violencia en mis manos[g],
y es pura mi oración.
y si callo, no se aparta de mí[b].
7 Pero ahora El me ha agobiado;
tú has asolado toda mi compañía,
8 y me has llenado de arrugas
que en testigo se han convertido;
mi flacura se levanta contra mí,
testifica en mi cara.
9 Su ira me ha despedazado y me ha perseguido[c],
contra mí El ha rechinado los dientes;
mi adversario aguza los ojos contra mí.
10 Han abierto contra mí su boca,
con injurias me han abofeteado[d];
a una se aglutinan contra mí.
11 Dios me entrega a los impíos,
y me echa en manos de los malvados.
12 Estaba yo tranquilo, y El me sacudió,
me agarró por la nuca y me hizo pedazos;
también me hizo su blanco.
13 Me rodean sus flechas,
parte mis riñones sin compasión,
derrama por tierra mi hiel.
14 Abre en mí brecha tras brecha;
arremete contra mí como un guerrero.
15 Sobre mi piel he cosido cilicio,
y he hundido en el polvo mi poder[e].
16 Mi rostro está enrojecido por el llanto,
y cubren[f] mis párpados densa oscuridad,
17 aunque no hay violencia en mis manos[g],
y es pura mi oración.
18 ¡Oh tierra, no cubras mi sangre,
y no haya lugar para mi clamor!
19 He aquí, aun ahora mi testigo está en el cielo,
y mi defensor[h] está en las alturas.
20 Mis amigos son mis escarnecedores[i];
mis ojos lloran[j] a Dios.
21 ¡Ah, si un hombre pudiera argüir con Dios
como un hombre[k] con su vecino!
22 Porque cuando hayan pasado unos pocos años,
me iré por el camino sin retorno.
y no haya lugar para mi clamor!
19 He aquí, aun ahora mi testigo está en el cielo,
y mi defensor[h] está en las alturas.
20 Mis amigos son mis escarnecedores[i];
mis ojos lloran[j] a Dios.
21 ¡Ah, si un hombre pudiera argüir con Dios
como un hombre[k] con su vecino!
22 Porque cuando hayan pasado unos pocos años,
me iré por el camino sin retorno.
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
DEVOCIONAL – SÁLGA DE
LA SOMBRA DEL PECADO
Por Pastor Carlos Vargas Valdez 1
Por Pastor Carlos Vargas Valdez 1
SÁLGASE DE LA SOMBRA DEL PECADO
El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Juan 1:29
Jesús vino a quitar
el pecado. ¿Se da cuenta usted de lo que eso significa? Quiere decir que Dios, mediante
la sangre de Jesús, ha anulado el poder del pecado para que usted, como
creyente nacido de nuevo, pueda vivir como si ese pecado nunca hubiera
existido. Usted puede salirse de la sombra del pecado de una vez por todas.
Tenga presente que
salirse de la sombra del pecado no es garantía de que llevará una vida pura.
Quizá caiga algunas veces en pecado, pero tiene una promesa de Dios, sellado
con la sangre de Jesús, que dice que cuando usted confiesa ese pecado, Él es
fiel y justo para perdonarle y limpiarle de toda maldad. Usted no tiene que
vivir ni un momento bajo la sombra del pecado si tiene sentido común para
arrepentirse y recibir el perdón de Dios.
“¡Pero hermano
Copeland, me siento tan mal acerca de eso!”
No importa como se
sienta al respecto. Hágalo por fe. Esté dispuesto a arrepentirse; luego,
levántese y ríase en la cara del diablo.
Recuerdo una
experiencia que tuve. Había cometido un error garrafal y debía predicar esa
noche. Me sentía tan culpable que dije: “Señor, tendrás que conseguirte otra
persona que predique esta noche porque yo no voy a hacerlo”. De repente, el
Espíritu me habló al corazón, diciéndome: “Kenneth, ya me confesaste ese
pecado, ¿cierto?”
– Sí, ya lo hice.
– Entonces,
¿consideras la sangre por la que has sido santificado como una cosa inmunda?
– Oh, de ninguna
manera, Dios mío.
– Pues, eso es lo que
estás haciendo. Mi Palabra dice que cuando confiesas tu pecado no sólo voy a
perdonarte, sino también a limpiarte y a echar ese pecado en el mar del olvido.
Así que, no es agradable que continúes tocando este tema.
Entonces, me olvidé
del asunto, fui al culto y prediqué por dos horas y media sobre el perdón de
Dios.
No permita que los
sentimientos de culpabilidad e indignidad le priven del poder de la sangre de
Jesús. Arrepiéntase y salga, por la fe, de la sombra del pecado a la poderosa
luz del perdón de Dios.
Escritura Devocional
para leer:
Juan 1:29
El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
Devocionales
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ
Avaricia interminable.
“Y les dijo: Mirad, y
guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la
abundancia de los bienes que posee.” (Lucas 12.15 RV60)
La avaricia es el
deseo excesivo de acaparar riquezas para atesorarlas. Existen personas que
tienen lo necesario para vivir, pero quieren más para sí mismos; no está mal
que adquieran bienes pero eluden toda responsabilidad del corazón con la
sociedad y las personas en necesidad para dedicarse sólo sus posesiones.
Un hombre rico que
derribó sus graneros, construyó unos más grandes para acaparar más grano y
estar despreocupado sin darse cuenta que su final estaba cerca ¿Para quién
realizó ese trabajo si estaba a punto de perder la vida? ¿De qué vale toda la
riqueza del mundo si el alma se pierde?
“porque raíz de todos
los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de
la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.”(1 Timoteo 6.10 RV60)
Los individuos no se
dan cuenta que pueden perder a su familia y amistades por peleas vanas en la
lucha por obtener mucho más dinero y bienes que un día desaparecerán, no
comprenden que sólo los rodearán buitres que acabarán con sus finanzas y, en
algunos acasos, el dinero cambia a las personas y destruye familias enteras.
Si tienes la
oportunidad de poseer varios bienes, comparte con las personas que pasan por
diversas necesidades, apoya la obra del Señor enfocada en ayudar a otros.
Compartir abre las puertas para que muchos reciban alivio y de esta forma
puedan también comprender que el Señor se preocupa por ellos, sé un instrumento
que traiga paz a esta sociedad ya que esta es una de las maneras de vencer la
avaricia.
“A Jehová presta el que da al pobre, y el bien que ha hecho, se lo volverá a pagar.” (Proverbios 19.17 RV60)
“A Jehová presta el que da al pobre, y el bien que ha hecho, se lo volverá a pagar.” (Proverbios 19.17 RV60)
Carlos E. Encinas
CVCLAVOZ
CVCLAVOZ
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