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Éxodo 20:24 La Biblia de
las Américas (LBLA)
El pueblo teme al Señor
18 Y
todo el pueblo percibía los truenos[i] y
relámpagos, el sonido de la trompeta y el monte que humeaba; y cuando el pueblo
vio aquello, temblaron, y
se mantuvieron a distancia. 19 Entonces
dijeron a Moisés: Habla tú con nosotros y escucharemos; pero que no hable Dios
con nosotros, no sea que muramos. 20 Y
respondió Moisés al pueblo: No temáis, porque Dios ha venido para poneros a
prueba, y para que su temor permanezca en[j] vosotros,
y para que no pequéis. 21 Y
el pueblo se mantuvo a distancia, mientras Moisés se acercaba a la densa nube donde
estaba Dios.
22 Entonces el Señor dijo a Moisés:
Así dirás a los hijos de Israel: “Vosotros habéis visto que os he hablado[k] desde el
cielo. 23 “No haréis junto a mí[l] dioses de
plata ni dioses de oro; no os los haréis. 24 “Harás
un altar de tierra para mí, y sobre él sacrificarás tus holocaustos y tus
ofrendas de paz, tus ovejas y tus bueyes; en todo lugar donde yo haga recordar
mi nombre, vendré a ti y te bendeciré. 25 “Y
si me haces un altar de piedra, no lo construirás de piedras labradas; porque
si alzas tu cincel sobre él, lo profanarás. 26 “Y
no subirás por gradas a mi altar, para que tu desnudez no se descubra sobre él.”
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
Devocional Diario
Domingo – ¿Cuál Nuestra Mayor Necesidad?
Publicado por: Pastor Carlos Vargas Valdez en Devocional Cristiano, Devocional Diario, Devocional para Jovenes, Devocionales Biblicos, Devocionales para Mujeres, Devocionales Semanales 5 Comentarios
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Devocional Cristiano – ¿Cuál Nuestra Mayor Necesidad?
“Mas buscad
primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán
añadidas” (Mateo 6:33).
“Si nuestra mayor
necesidad fuese de información, Dios habría enviado un pedagogo.
Si nuestra mayor necesidad fuese de tecnología, Dios habría enviado un científico.
Si nuestra mayor necesidad fuese de entretenimiento, Dios habría enviado un artista.
Si nuestra mayor necesidad fuese de dinero, Dios habría enviado un economista.
PERO como NUESTRA MAYOR NECESIDAD era de PERDÓN, DIOS ENVIÓ Un Salvador.”
Si nuestra mayor necesidad fuese de tecnología, Dios habría enviado un científico.
Si nuestra mayor necesidad fuese de entretenimiento, Dios habría enviado un artista.
Si nuestra mayor necesidad fuese de dinero, Dios habría enviado un economista.
PERO como NUESTRA MAYOR NECESIDAD era de PERDÓN, DIOS ENVIÓ Un Salvador.”
¿Qué juzgamos ser
nuestra mayor necesidad? ¿Donde la hemos buscado? ¿Hemos aplicado, con ahínco,
en esa busqueda?
Todos nosotros
anhelamos ser felices. Luchamos con determinación por nuestros ideales. Ninguna
batalla será dura demás si el propósito es alcanzar la felicidad.
Trabajamos mucho para
ganar bastante dinero. El dinero nos tornará felices… ¿será? Vamos a juegos,
participamos de fiestas, buscamos divertirnos lo máximo posible. La distracción
nos tornará felices… ¿será?
Nuestro grande
problema es buscar siempre las consecuencias de la dicha sin preocuparnos por
la fuente de esta misma dicha. Gastamos nuestro tiempo con las “demás cosas”
sin llevar en consideración el “en primer lugar”.
Cristo es la dicha.
Con Él en el corazón, todo lo más nos tornará felices. Si tenemos o no dinero,
seremos felices. Si vamos o no a fiestas, seremos felices. La dicha no está en
las demás cosas y sí en el Señor que transforma todos nuestros días en
verdadera y total alegría.
¿Cuál su mayor
necesidad? ¿Alegría? ¿Amor? ¿Prosperidad? ¿Vida abundante? ¿Salvación? Todo eso
usted puede encontrar en Jesucristo, el Rey de los reyes y Señor de los
señores.
Él es la fuente de
toda felicidad.
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
Devocionales
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ
Junto a ti
Recuerdo haber leído sobre una persona que asistió a una reunión donde Billy Graham estuvo presente y compartió unas palabras e hizo este comentario: “Permítanme decirles que, cada vez que tengo que predicar, ¡estoy nervioso y me tiemblan las rodillas!”
Posteriormente
explicó que se trataba de un profundo sentimiento de ineptitud para desempeñar
la tarea a la que Dios lo había llamado.
A veces, como él, nos
sentimos superados y tememos no ser lo suficientemente buenos para realizar la
tarea que Dios nos encomendó, o creemos que tenemos que estar completamente
preparados y entrenados; sin embargo, aunque hayan casos excepcionales, la
forma en que Dios suele proceder es diferente. Desde el momento en que
respondemos a Su llamado, Él se encarga de trabajar en nuestras vidas,
moldeándonos, dándonos las herramientas necesarias y enseñándonos a usarlas. Es
decir, nos prepara para lo que vendrá y mejor aún, nos acompaña en todo
momento, no nos envía a nuestra suerte a que hagamos lo que mejor nos parezca,
no, Él va con nosotros.
Como afirmó el mismo
evangelista: “Cuando Dios te llama, no temas ponerte nervioso ni que te
tiemblen las rodillas, ¡Él está contigo!”
Si hasta el momento
no te has decidido a responder al llamado del Señor, te animo a dejar las dudas
a un lado y dar el siguiente paso.
“Entonces el Señor le
preguntó:
— ¿Quién forma la boca de una persona? ¿Quién decide que una persona hable o no hable, que oiga o no oiga, que vea o no vea? ¿Acaso no soy yo, el Señor?
¡Ahora ve! Yo estaré contigo cuando hables y te enseñaré lo que debes decir.” Éxodo 4:11-12 (NTV).
— ¿Quién forma la boca de una persona? ¿Quién decide que una persona hable o no hable, que oiga o no oiga, que vea o no vea? ¿Acaso no soy yo, el Señor?
¡Ahora ve! Yo estaré contigo cuando hables y te enseñaré lo que debes decir.” Éxodo 4:11-12 (NTV).
Cesia Serna
CVCLAVOZ
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