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Levítico 17:11 La
Biblia de las Américas (LBLA)
Ley acerca de la sangre
10 “Si cualquier hombre de la casa de Israel, o de los forasteros que
residen entre ellos, come sangre, yo pondré mi rostro contra esa persona que
coma sangre, y la cortaré de entre su pueblo. 11 “Porque la vida[f] de la carne está en la sangre, y yo os
la he dado sobre el altar para hacer expiación por vuestras almas; porque es la
sangre, por razón de la vida[g], la que hace expiación.” 12 Por tanto dije a los hijos de Israel: “Ninguna persona entre
vosotros comerá sangre; tampoco comerá sangre ningún forastero que reside entre
vosotros.” 13 Y cuando algún
hombre de los hijos de Israel o de los forasteros que residen entre ellos, que
al cazar capture un animal o un ave que sea permitido comer, derramará su
sangre y la cubrirá con tierra.
14 Porque en cuanto a la vida[h] de toda carne, su sangre es su vida[i]. Por tanto, dije a los hijos de Israel: No
comeréis la sangre de ninguna carne, porque la vida[j] de toda carne es su sangre; cualquiera
que la coma será exterminado[k]. 15 Y cuando alguna persona, sea nativo o forastero, coma de un animal muerto, o que haya
sido despedazado por fieras,
lavará sus vestidos y se bañará en agua, y quedará inmundo hasta el atardecer;
entonces será limpio. 16 Pero si no los lava
o no baña su cuerpo, llevará su culpa[l].
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
DEVOCIONAL – TODO
AQUEL: SOY YO, ES USTED
Publicado por: Pastor Carlos Vargas Valdez en Cristianos, Devocional Cristiano, Devocional Diario, Devocionales, Dios 0
Publicado por: Pastor Carlos Vargas Valdez en Cristianos, Devocional Cristiano, Devocional Diario, Devocionales, Dios 0
Devocional Diario – Todo aquel: Soy yo, es Usted
De tal manera amó Dios al mundo,que ha dado a su Hijo unigénito,para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Juan 3:16.
Todo aquel que pide,
recibe;y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. Mateo 7:8.
La tempestad se
desencadenó en el mar de Galilea. Los discípulos de Jesús estaban en una barca
en medio de la noche. De repente percibieron una silueta. Sobrecogidos de
miedo, pensaron que se trataba de un fantasma. Pero Jesús era quien andaba
sobre el agua; les dijo: “¡Tened ánimo; yo soy, no temáis!” (Mateo 14:27).
“Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas”, le pidió Pedro.
Jesús le respondió: “Ven”. Enseguida Pedro bajó de la barca y caminó sobre las
aguas.
Jesús no dio una
orden general, no dijo: –El que tenga fe, venga a mí. No, dio un mensaje
personal a Pedro y éste le obedeció. Así es como tengo que leer cada versículo
de la Escritura. No como una enseñanza general para todos, sino como un mensaje
primeramente para mí. Cuando Jesús emplea la palabra “todo aquel”, debo
comprender que se dirige a mí. Soy responsable de sentir que se refiere a mí y
obrar en consecuencia.
Supongamos que
Víctor, un niño de diez años, lea un poco distraído ante sus padres el
versículo del encabezamiento. Su padre lo detiene y lee el versículo
adaptándolo a su hijo: De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo
unigénito, para que Víctor que cree en él, no se pierda, mas tenga vida eterna.
El niño se sorprende, se siente interpelado. Nosotros también, pongámonos
serios, atentos, y dejemos que Dios nos hable.
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
Devocionales
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ
Elías ¿Qué pasó?
El viento sopla, el
calor en el monte Carmelo es casi insoportable ¿Imaginan lo que sucede?
Un hombre contra cuatrocientas cincuenta personas y una gran multitud de espectadores, dos sacrificios, una sola respuesta...
Un hombre contra cuatrocientas cincuenta personas y una gran multitud de espectadores, dos sacrificios, una sola respuesta...
Los profetas de Baal
danzaban con ímpetu, gritaban y hacían de todo pero fallaron, su dios no hizo
nada, tanto así que Elías se burló de ellos.
Cumplido el tiempo
establecido para los adoradores de Baal, Elías preparó el sacrificio para
Jehová, y aunque el agua mojó todo y rodeaba el altar, el profeta clamó al
Señor:
- “¡Oh Señor,
respóndeme! Respóndeme para que este pueblo sepa que tú, oh Señor, eres Dios y
que tú los has hecho volver a ti”. (1 reyes 18:37)
Dios respondió, mandó
fuego del cielo, consumió el sacrificio, el toro, la leña, las piedras, el
polvo y el agua. El pueblo reconoció lo evidente, Jehová es Dios y ningún ídolo
es superior a Él, Dios responde a las personas que lo reverencian de corazón.
Después de todo esto, Elías ajustició a los profetas de Baal, no quedó ni uno
solo con vida.
¡Qué gran victoria!
Ese día será recordado por siempre, me imagino al profeta Elías levantando las
manos en agradecimiento a Dios mientras el viento mece su pelo, un hombre
guiado por el Señor.
Una total diferencia
al Elías que asustado por Jezabel, y aun deseando la muerte, escapa hasta
llegar al monte Horeb, dentro de una cueva donde esperó a que Dios le hablará.
Elías expresó que sirvió con gran celo al Señor, ya que el pueblo de Israel
rompió su pacto y se entregó a la idolatría. Elías sintió temor porque lo
buscaban para matarlo.
Esto muestra que los
siervos del Señor, aun los más entregados pasan por tiempos complejos que
muchas veces los llevan a exclamar “Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues
no soy yo mejor que mis padres.” (1 Reyes 19:4)
La depresión quita
las ganas de vivir, varias personas atraviesan por esto, ya sea por problemas
en el trabajo, con la familia, deudas aún al no encontrar un propósito claro en
la vida, la tristeza, la ira, son sentimientos que se pueden superar junto a
Jesús, el dijo que dará descanso a los trabajados y cargados, Él quiere darnos
el gozo para vivir y afrontar los problemas, confiando en su palabra.
Las experiencias del
pasado nos ayudan a madurar si confiamos en Jesús, alejados de él son una
tormenta difícil de atravesar.
Al final Dios
ministró a Elías y lo motivó para cumplir con su llamado, Dios no solamente nos
da nuevas fuerzas, Él nos anima a continuar el camino, así como lo hizo con
Josué.
¿Tuviste tiempos de
victoria? ¿Tienes tiempos de derrota? Levántate y anda, Jesús te ama, aún hay
esperanza para ti.
Carlos E. Encinas
CVCLAVOZ
CVCLAVOZ
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