Juan 6:31-32 La
Biblia de las Américas (LBLA)
Jesús, el pan de la vida
22 Al día siguiente, la multitud que había quedado al otro lado
del mar se dio cuenta de[i] que allí no había[j] más que una barca, y que Jesús no había
entrado en ella[k] con sus discípulos, sino que sus
discípulos se habían ido solos. 23 Vinieron otras barcas de Tiberias cerca del lugar donde
habían comido el pan después de que el Señor había dado gracias. 24 Por tanto, cuando la gente vio que Jesús no estaba allí, ni
tampoco sus discípulos, subieron a las barcas y se fueron a Capernaúmbuscando a
Jesús. 25 Cuando le hallaron
al otro lado del mar, le dijeron: Rabí[l], ¿cuándo llegaste acá? 26 Jesús les respondió y dijo: En verdad, en verdad
os digo: me buscáis, no porque hayáis visto señales[m], sino porque
habéis comido de los panes y os habéis saciado. 27 Trabajad, no por el
alimento que perece, sino por el alimento que permanece para vida eterna,
el cual el Hijo del Hombre os dará, porque a éste es a quienel Padre, Dios, ha marcado
con su sello. 28 Entonces le dijeron: ¿Qué debemos hacer[n] para poner en práctica las obras de
Dios? 29 Respondió Jesús y
les dijo: Esta
es la obra de Dios: que creáis en el que El ha enviado. 30 Le dijeron entonces: ¿Qué, pues, haces tú como señal[o] para que veamos y te creamos? ¿Qué obra
haces? 31 Nuestros padres
comieron el maná en el desierto, como está escrito: “Les dio a comer pan del cielo.” 32 Entonces Jesús les dijo: En verdad, en verdad
os digo: no es Moisés el que os ha dado el pan del cielo, sino que es mi Padre
el que os da el verdadero pan del cielo. 33 Porque el pan de Dios
es el[p] que baja
del cielo, y da vida al mundo. 34 Entonces le dijeron: Señor, danos siempre este pan. 35 Jesús les dijo: Yo soy el pan de la
vida; el que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí nunca tendrá sed. 36 Pero yaos dije que aunque me habéis visto,
no creéis. 37 Todo lo que el Padre
me da, vendrá a mí; y al que viene a mí, de ningún modo lo echaré fuera. 38 Porque he descendido
del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. 39 Y esta es la voluntad
del que me envió: que de todo lo que El me ha dado yo no pierda nada, sino
que lo resucite en el día final. 40 Porque esta es la
voluntad de mi Padre: que todo aquel que ve al Hijo y cree en El, tenga
vida eterna, y yo mismo lo resucitaré en el día final.
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
Pelea La Buena
Batalla de La Fe. 1 Timoteo 6:12
Publicado por: Cristianos en Los Cristianos 0
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1 Timoteo 6:12 Pelea la buena batalla de la fe.
¿Alguna vez has
sentido ganas de rendirte? A veces la presión y las responsabilidades sobre
nuestros hombros se vuelven demasiado para soportarlas. Queremos empaquetarlo
todo y alejarnos de todo el estrés y vivir libres por el momento. No es que no
nos importe, es que nos preocupamos demasiado y no queremos fracasar. En esos
tiempos debemos recordar que sentirnos como rendidos y realmente rendirnos son
diferentes.
No estamos solos
porque…
Abraham preguntó acerca de su siervo siendo su heredero en vez del hijo prometido.
Moisés experimentó angustia al conducir a los israelitas a la Tierra Prometida.
David luchó cuando sus hombres regresaron para encontrar a sus familias secuestradas.
Job cuestionó la mano de Dios sobre su vida.
Jeremías se lamentaba una y otra vez de la devastación del pueblo escogido de Dios.
Elías quería que Dios tomara su vida cuando fue perseguido por Jezabel.
Pedro estaba angustiado en su alma y corazón después de negar a Jesús.
Pablo estaba profundamente preocupado por la soledad y por ser abandonado por sus amigos.
Abraham preguntó acerca de su siervo siendo su heredero en vez del hijo prometido.
Moisés experimentó angustia al conducir a los israelitas a la Tierra Prometida.
David luchó cuando sus hombres regresaron para encontrar a sus familias secuestradas.
Job cuestionó la mano de Dios sobre su vida.
Jeremías se lamentaba una y otra vez de la devastación del pueblo escogido de Dios.
Elías quería que Dios tomara su vida cuando fue perseguido por Jezabel.
Pedro estaba angustiado en su alma y corazón después de negar a Jesús.
Pablo estaba profundamente preocupado por la soledad y por ser abandonado por sus amigos.
Pero, cada uno de
ellos siguió adelante en la fe. No fue fácil y su fe en Dios se extendió. Al
igual que ellos, nuestra fe está siendo extendida si lo seguimos con todo
nuestro corazón. No es cuando todo va según el plan que nuestra fe es probada. Es
cuando nuestro mundo se desmorona por completo y no podemos distinguir entre el
arriba y abajo.
Al darnos por
vencidos, podemos acudir a Dios por la gracia de Pelea la buena batalla de la
fe. Él trae paz y restauración a nuestras almas. El Espíritu Santo nos asegura
que estamos exactamente donde Él quiere que estemos en este tiempo y estación
de nuestras vidas. Al llegar al final de nosotros mismos, encontramos el
principio de la intervención de Dios para conducirnos por los caminos
correctos.
ORACIÓN:
Amado Señor, me he sentido con ganas de rendirme una y otra vez. Más, yo sigo adelante para pelear la buena batalla de la fe mientras Tú me capacitas a través del poder de Tu Espíritu Santo. En el nombre de Jesús, amén.
Amado Señor, me he sentido con ganas de rendirme una y otra vez. Más, yo sigo adelante para pelear la buena batalla de la fe mientras Tú me capacitas a través del poder de Tu Espíritu Santo. En el nombre de Jesús, amén.
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
Devocionales
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ
Aférrate.
Hace unos meses en
una ciudad de Perú, las fuertes lluvias provocaron un repentino aluvión de lodo
y agua. Una mujer, que fue arrastrada por las aguas, se encontraba en medio de
vestigios de maderas llena de lodo, entre caídas se ponía de pie y se sujetaba
de los objetos que habían a su alrededor para salir de esa corriente de agua,
con bastante esfuerzo llegó a una orilla y fue rescatada.
La mujer pudo
resistir esta tragedia porque se aferró a la vida, no se rindió, a pesar de ser
golpeada por los objetos que llevaba la corriente, paso a paso salió de esta
desdicha.
Esta situación me
hace pensar en lo importante que son la fe y la perseverancia, ya que en alguna
etapa de la vida nos encontraremos con situaciones complejas que podrían
ahogarnos siempre y cuando lo permitamos.
Aferrarse a Dios nos
ayuda a tener la esperanza viva a pesar de las dificultades, aunque no sea
sencillo tenemos su Palabra que nos recuerda que no estamos solos ni
abandonados.
Él comprende
perfectamente cómo estamos hoy y quiere levantarnos no sólo para nuestro
bienestar sino para completar la obra que ha empezado en nosotros.
Quizá creas que no
hay nadie en el mundo que te entienda, pero si lo hay, Dios es tu creador y
también tu ayudador. Él quiere sanar tu corazón, sacarte de ese pozo de
soledad, depresión, tristeza, dolor o desesperación: “El da esfuerzo al
cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.” Isaías 40:29
(RVR1960)
Confíale la situación
que estás pasando y recibe su fortaleza, verás que tu fe aumentará y tu visión
cambiará “Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová En
la tierra de los vivientes.” Salmos 27:13 (RVR1960)
Tu vida tiene mucho
valor como para dejarte vencer, los problemas son temporales pero su amor es
eterno.
¡Aférrate a la vida
de la mano de Dios!
“Jehová es bueno,
fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en él confían.” Nahúm
1:7 (RVR1960)
Soraida Fuentes
CVCLAVOZ
CVCLAVOZ
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