Romanos 5:10-11 La
Biblia de las Américas (LBLA)
Resultados de la justificación
5 Por
tanto, habiendo sido justificados por la fe, tenemos[a] paz para con Dios por
medio de nuestro Señor Jesucristo, 2 por medio de quien
también hemos obtenido entrada por la fe a esta
gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos[b] en la esperanza de la
gloria de Dios.3 Y no sólo esto, sino
que también nos gloriamos[c] en las tribulaciones,
sabiendo que la tribulación produce paciencia[d]; 4 y la paciencia[e], carácter probado; y el carácter probado, esperanza; 5 y la esperanza no
desilusiona, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por
medio del Espíritu Santo que nos fue dado. 6 Porque mientras aún
éramos débiles[f], a su tiempo Cristo murió por los
impíos.7 Porque a duras penas
habrá alguien que muera por un justo, aunque tal vez alguno se atreva a morir
por el bueno. 8 Pero Dios demuestra su amor para con
nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. 9 Entonces mucho más,
habiendo sido ahora justificados por[g]su sangre, seremos salvos de la ira de Dios por medio de El. 10 Porque si cuando
éramos enemigos fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho
más, habiendo sido reconciliados, seremos salvos por[h]su vida. 11 Y no sólo esto,
sino que también nos gloriamos[i] en Dios por medio de nuestro
Señor Jesucristo, por quien ahora hemos recibido la reconciliación.
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
·
REFLEXION
¿Sabías Que A Dios Le
Importa Tu Trabajo?
Publicado por: Pastor
Carlos Vargas Valdez en Preguntas y Respuestas Cristianas, Respuestas
Cristianas 0
MI PADRE HASTA AHORA TRABAJA, Y YO TRABAJO (Juan 5:17)
¿Sabías Que A Dios Le Importa Tu Trabajo?
Un vendedor ambulante
se paró en una casa para ver a un cliente y se quedó maravillado al observar
que un perro grande vaciaba los cubos de la basura.¡Es parte de mi trabajo!
dijo el perro alegremente. ¿Sabe tu dueño lo afortunado que es de tener un
perro que habla? le preguntó el vendedor. No, replicó el perro, y no se lo
diga; si se entera, ¡me pedirá que le conteste el teléfono!
La Biblia dice: No hay cosa mejor que gozar del fruto de su trabajo esto también procede de Dios (Eclesiastés 2:24).
La Biblia dice: No hay cosa mejor que gozar del fruto de su trabajo esto también procede de Dios (Eclesiastés 2:24).
Max Lucado escribe:
Antes de darle Dios a Adán una esposa o un hijo, le dio un trabajo en el huerto
de Edén, para que lo labrara y lo cuidara (Génesis 2:15). Dios le concedió gran
importancia al trabajo, tanto es así que éste es uno de sus mandamientos: “Seis
días trabajarás pero en el séptimo día descansarás” (Éxodo 34:21).
Normalmente, se hace mucho hincapié en el día de reposo, lo que nos puede hacer pasar por alto el mandamiento de trabajar. “Tu trabajo es importante para Dios” y para la sociedad. Las ciudades necesitan fontaneros; las naciones necesitan soldados; se rompen los semáforos y los huesos; alguien tiene que educar a los niños, aun aquéllos que son conflictivos, y cultivar la tierra.
Normalmente, se hace mucho hincapié en el día de reposo, lo que nos puede hacer pasar por alto el mandamiento de trabajar. “Tu trabajo es importante para Dios” y para la sociedad. Las ciudades necesitan fontaneros; las naciones necesitan soldados; se rompen los semáforos y los huesos; alguien tiene que educar a los niños, aun aquéllos que son conflictivos, y cultivar la tierra.
Ya sea que trabajes
en un despacho o que te dediques a cuidar de tus hijos, estás imitando a Dios
con tu actividad. Jesús dijo: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo (Juan
5:17).
Tu carrera consume la
mitad de tu vida. ¿No deberías reflejar a Dios en ella? ¿No le pertenecen
también a Dios esas 40 o 60 horas semanales?
La Biblia no promueve
jamás la adicción al trabajo como remedio para paliar otros síntomas, pero Dios
pide que los que estén en capacidad de hacerlo, se ocupen de los “jardines” que
Él les ha encomendado. Por lo tanto, usa tu singularidad (tu actividad laboral
específica) para glorificar a Dios (la razón de tu trabajo) todos los días de
tu vida (el lugar y el espacio donde lo haces).
DIOS QUIERE QUE SEAS
HONRADO EN TODOS TUS NEGOCIOS (Proverbios 16:11 Biblia en Lenguaje Sencillo)
El Director de
Recursos Humanos quedó muy sorprendido al escuchar el salario que pedía el
candidato para un trabajo. Esperas una remuneración muy alta para un
principiante le dijo. A lo que éste último respondió: “Bueno, seguro que es
mucho más duro cuando no conoces el trabajo, ¿no?”
Una historia muy
graciosa, pero la verdad es que “Dios quiere que seas honrado en todos tus
negocios” (Proverbios 16:11 Biblia). Debes cumplir bien tu jornada laboral para
merecer una buena paga.
Eric Harvey escribe:
Piensa en alguien que conozcas, una persona de buen carácter y reflexiona en las características que hacen de ella un buen modelo a imitar. Seguro que el rasgo más destacado es su compromiso: una determinación inquebrantable a ser un miembro ejemplar de su familia y un buen amigo; a dar lo máximo en su trabajo y fuera de él a hacer lo que es correcto, noble y aceptable.
Piensa en alguien que conozcas, una persona de buen carácter y reflexiona en las características que hacen de ella un buen modelo a imitar. Seguro que el rasgo más destacado es su compromiso: una determinación inquebrantable a ser un miembro ejemplar de su familia y un buen amigo; a dar lo máximo en su trabajo y fuera de él a hacer lo que es correcto, noble y aceptable.
Las personas
comprometidas son personas sensatas y emocionalmente equilibradas. Saben
establecer una buena escala de prioridades centrarse en lo que es importante
sus creencias son la base de su comportamiento. Este comportamiento determina
su carácter su reputación y su legado.
Abraham Lincoln
observó:
El compromiso es lo que transforma una promesa en realidad. Es la expresión inequívoca de tus intenciones y la acción que habla mucho más clara que las palabras. Es sacar tiempo cuando no lo hay es dar la talla una y otra vez, año tras año. El compromiso es la base del carácter. Es la fuerza para cambiar el estado de las cosas el triunfo diario de la integridad sobre el escepticismo.
El compromiso es lo que transforma una promesa en realidad. Es la expresión inequívoca de tus intenciones y la acción que habla mucho más clara que las palabras. Es sacar tiempo cuando no lo hay es dar la talla una y otra vez, año tras año. El compromiso es la base del carácter. Es la fuerza para cambiar el estado de las cosas el triunfo diario de la integridad sobre el escepticismo.
Un admirador se
acercó al famoso pianista Van Cliburn después de uno de sus conciertos y le
dijo: “Daría mi vida por poder tocar como usted.” Sonriendo, Cliburn le
respondió: “Yo ya la he dado”.
HACEDLO… COMO SI
VUESTRO TRABAJO FUERA PARA EL SEÑOR (Colosenses 3:23 Castilian)
En palabras del
doctor Adrian Rogers:
Dios escoge a personas normales y corrientes y les da la capacidad de hacer cosas extraordinarias. Ya sea que tu trabajo consista en poner tapones en los neumáticos meter datos en el ordenador cavar zanjas o lavar los platos “hazlo como si [tu] trabajo fuera para el Señor” (Colosenses 3:23).
Dios escoge a personas normales y corrientes y les da la capacidad de hacer cosas extraordinarias. Ya sea que tu trabajo consista en poner tapones en los neumáticos meter datos en el ordenador cavar zanjas o lavar los platos “hazlo como si [tu] trabajo fuera para el Señor” (Colosenses 3:23).
La casa de Jesús era
el taller de un trabajador. Tal vez cuides de la tierra, o cuides de las almas;
Jesús hacía el trabajo de Dios porque la gente necesitaba casas y muebles.
Saber que estás sirviendo al Señor le da dignidad a operar una máquina,
engrasar un vehículo, repartir la correspondencia, pintar casas o arreglar
jardines. Dile a Dios:
Estoy haciendo esto por Ti y lo haré lo mejor que pueda. Esa clase de actitud te anima a hacer las cosas de buena gana. Eres un sacerdote de Dios a tiempo completo, y si eso no te entusiasma, entonces ¡nada lo hará!.
Estoy haciendo esto por Ti y lo haré lo mejor que pueda. Esa clase de actitud te anima a hacer las cosas de buena gana. Eres un sacerdote de Dios a tiempo completo, y si eso no te entusiasma, entonces ¡nada lo hará!.
Leigh Priebe Kerney
escribe:
Ningún trabajo es perfecto siempre habrá cosas que no te agraden. Pero considera el panorama en su conjunto: averigua adónde se dirige la empresa y cómo tú puedes encajar en ese plan. Toma la iniciativa y pregunta a tus compañeros qué les motiva y cómo puedes ayudarles.
Ningún trabajo es perfecto siempre habrá cosas que no te agraden. Pero considera el panorama en su conjunto: averigua adónde se dirige la empresa y cómo tú puedes encajar en ese plan. Toma la iniciativa y pregunta a tus compañeros qué les motiva y cómo puedes ayudarles.
Podrás conseguir
cualquier cosa que te propongas si ayudas a los otros a lograr también lo que
quieren. Recuerda tres principios:
1) El compromiso. Los
empleados que progresan tienen por lo general un alto grado de compromiso y se
entregan plenamente a su trabajo;
2) El control. Toman
la iniciativa y no son pasivos;
3) Los desafíos.
Entienden las situaciones difíciles como oportunidades de crecer. No esperes a
que llegue el barco a tu puerto ¡nada hacia él!
Quizás los que
dirigen no se van a dar cuenta inmediatamente de tu potencial ni te van a sacar
del anonimato y lanzarte a los más altos puestos enseguida.
Trázate un plan y
luego habla con tu jefe. El tener un plan demuestra que estás abierto a
desarrollarte en lo profesional. No dejes nunca de aprender: habla con los
empleados de otros departamentos, participa en cursillos y métete en proyectos
en áreas que no te son familiares.
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
El ladrón sabio.
Tres cruces se
levantan en el Gólgota. Un hombre inocente está crucificado al medio de dos
ladrones. El evangelio de Lucas nos relata el último momento de estos tres
hombres. (Lucas 23: 39-43)
En medio de su agonía uno de los ladrones optó por burlarse de Jesús: “¿Así que eres el Mesías? Demuéstralo salvándote a ti mismo, ¡y a nosotros también!”
En medio de su agonía uno de los ladrones optó por burlarse de Jesús: “¿Así que eres el Mesías? Demuéstralo salvándote a ti mismo, ¡y a nosotros también!”
El otro ladrón, en las mismas condiciones que el
primero, pero sabiendo que ya no había nada que hacer, que no tenía vuelta
atrás y que posiblemente estaba en sus últimos instantes de vida, reprende a
quien había hablado: “¿Ni siquiera temes a Dios ahora que estás condenado a
muerte? Nosotros merecemos morir por nuestros crímenes, pero este hombre no ha
hecho nada malo. Luego dijo: Jesús, acuérdate de mí cuando vengas en tu reino”.
No sabemos la
historia de estos criminales, los conocemos sólo en ese momento, en los últimos
instantes de su vida. Desconocemos qué es lo que lo que los llevó a cometer los
crímenes que los condujeron hasta esas cruces. No tenemos idea de sus motivos
para las decisiones erróneas que tomaron en sus vidas. Pero nos queda claro, que
el segundo hombre supo aprovechar sus últimos minutos y que su decisión final
fue la más sabia de toda su vida. Reconoció que Jesús era el Mesías y sin
importar lo que hubiera hecho antes, por su fe, Jesús le aseguró que estaría
con Él en el paraíso.
Puedes tener
familiares, amigos o conocidos que andan por mal camino. Todas las decisiones
que toman son erróneas y por más que intentes hacer que entren en razón,
pareciera que nunca van a cambiar. Y levantas las manos y, con el dolor de tu
corazón, estás pensando en rendirte, en que ya no tienen remedio.
Pero espera, si este
malhechor alcanzó el perdón de Cristo, ¿Por qué no podrían hacerlo los demás?
No te canses, no desfallezcas, que para Cristo no hay casos perdidos. Sigue
orando por esa persona que amas porque aunque no lo veas, Dios está obrando en
sus corazones y no sería raro que allá, en el cielo, nos encontremos con gente
que pensamos no volver a ver.
“Pero Dios es tan
rico en misericordia y nos amó tanto que, a pesar de que estábamos muertos por
causa de nuestros pecados, nos dio vida cuando levantó a Cristo de los muertos.
(¡Es sólo por la gracia de Dios que ustedes han sido salvados!)… Dios los salvó
por su gracia cuando creyeron. Ustedes no tienen ningún mérito en eso; es un
regalo de Dios” (Efesios 2: 4, 5, 8 NTV)
No se trata de
nuestros méritos en la tierra, ni de nuestra antigüedad como cristianos, es
cuestión de Fe. Por la misericordia y el amor de Dios es que somos salvos y
nuestro Redentor es especialista en imposibles, para Él no hay casos perdidos y
no desahucia a nadie como nosotros podríamos hacerlo, a sus ojos todos somos
valiosos.
Ana María Frege Issa
CVCLAVOZ
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