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1 Timoteo 4:1 La Biblia de las Américas
Predicción de la apostasía
4 Pero el Espíritu dice claramente que en los
últimos tiempos algunos apostatarán de la fe, prestando atención a
espíritus engañadores y a doctrinas de demonios, 2 mediante
la hipocresía de mentirosos que tienen cauterizada la conciencia; 3 prohibiendo casarse y mandando abstenerse de
alimentos que Dios ha creado para que con acción de
gracias participen de ellos los
que creen y que han conocido la verdad. 4 Porque todo lo creado por Dios es
bueno y nada se debe rechazar si se recibe con acción de gracias; 5 porque es santificado mediante
la palabra de Dios y la oración.
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
Se requiere rendición completa, no solo palabras
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ
Parece algo sencillo orar y dirigir algunas palabras a nuestro
Padre Celestial, sin embargo, no es algo sencillo, no son solo palabras, se
necesita una rendición completa.
Entregue su espada
Un joven oficial de marina que fue tomado como prisionero, fue
llevado ante el comandante de la escuadra vencedora y le extendió la mano aún
con la espada pendiente en su costado.
Primero – le dijo el comandante- quítese y entregue la espada.
El vencedor no podía aceptar ningún saludo si la rendición no
era completa.
Es necesaria la rendición completa
La base de toda oración es la sumisión completa de nuestras
vidas a la voluntad de Dios. Sin duda alguna, no es algo sencillo, pero no
podremos orar de verdad si no hacemos una entrega completa de nuestro ser al
Señor.
Incluso Jesús, en el Getsemaní, sometió su voluntad a la de su
Padre.
Él se adelantó un poco más y se inclinó rostro en tierra
mientras oraba: «¡Padre mío! Si es posible, que pase de mí esta copa de
sufrimiento. Sin embargo, quiero que se haga tu voluntad, no la mía»
Mateo 26:39 (NTV)
Si Él sometió su voluntad a la del Padre, nosotros no podemos
pretender presentarnos ante el Señor sin rendirnos completamente.
No es fácil pero necesitamos rendirnos
Sin duda alguna, no es fácil someter nuestra voluntad a la de
Dios. Siempre deseamos que las cosas sean a nuestra manera, queremos que el
Señor cumpla todos nuestros anhelos y que no nos mande más pruebas.
Pero lo cierto es que nuestros deseos y nuestros planes nunca
serán mejores que los suyos y que si queremos agradar a Dios y si realmente
rendimos nuestras vidas a Él, esa rendición debe ser completa, se necesita más
que solo palabras.
Que nuestra oración sea la misma del salmista:
Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios. Que tu
buen Espíritu me lleve hacia adelante con pasos firmes.
Salmos 143:10 (NTV)
Ana María Frege Issa
CVCLAVOZ
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