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Daniel 6:1-23 La Biblia de las Américas
Daniel
en el foso de los leones
6 [a]Le pareció bien a Darío constituir sobre el reino
ciento veinte sátrapas que gobernaran en todo el reino, 2 y
sobre ellos, tres funcionarios (uno de los cuales era Daniel) a quienes estos
sátrapas rindieran cuenta, para que el rey no fuera perjudicado. 3 Pero[b] este mismo Daniel sobresalía
entre[c] los funcionarios y sátrapas
porque había en él un espíritu extraordinario, de modo que el rey pensó ponerlo
sobre todo el reino. 4 Entonces
los funcionarios y sátrapas buscaron un motivo para acusar a Daniel con
respecto a los asuntos del reino; pero no pudieron encontrar ningún motivo de
acusación ni evidencia alguna de corrupción,
por cuanto él era fiel, y ninguna negligencia ni corrupción podía hallarse en él. 5 Entonces estos hombres
dijeron: No encontraremos ningún motivo de acusación contra este Daniel a menos
que encontremos algo contra
él en relación con la ley de su Dios. 6 Estos funcionarios y sátrapas, de común
acuerdo[d], fueron entonces al rey y le dijeron
así: ¡Rey Darío, vive para siempre! 7 Todos los funcionarios del reino,
prefectos, sátrapas, altos oficiales y gobernadores, han acordado que el rey
promulgue un edicto y ponga en vigor el mandato de que cualquiera que en el
término de treinta días haga petición a cualquier dios u hombre fuera de ti, oh
rey, sea echado en el foso de los leones. 8 Ahora pues, oh rey, promulga el mandato y
firma el documento para que no sea modificado, conforme a la ley de los
medos y persas, que no puede ser revocada[e]. 9 Por tanto, el rey Darío firmó el
documento, esto es, el mandato.
10 Cuando Daniel supo que había sido firmado el documento, entró en
su casa (en su aposento superior tenía ventanas abiertas en dirección a
Jerusalén), y como[f] lo solía hacer antes, continuó
arrodillándose tres veces al día, orando y dando gracias delante de
su Dios. 11 Entonces estos hombres, de
común acuerdo[g], fueron y encontraron a Daniel orando
y suplicando delante de su Dios; 12 por lo cual se presentaron ante el rey
y le hablaron tocante
al mandato real: ¿No firmaste un mandato que cualquier hombre que en el término
de treinta días hiciera petición a cualquier dios u hombre fuera de ti, oh rey,
fuera echado en el foso de los leones? El rey respondió, y dijo: La orden[h] es cierta, conforme a la ley de
los medos y persas, que no puede ser revocada[i]. 13 Entonces ellos respondieron y dijeron al
rey: Daniel, que es uno de los deportados[j] de Judá, no te hace caso, oh
rey, ni del mandato que firmaste, sino que tres veces al día hace su oración. 14 Al oír estas palabras, el rey
se afligió mucho y se propuso librar a Daniel; y hasta la puesta del sol
estuvo buscando la manera de librarlo. 15 Entonces aquellos hombres vinieron de
común acuerdo[k] al rey y le dijeron[l]: Reconoce, oh rey, que es ley de los
medos y persas que ningún mandato o edicto que el rey establezca, puede ser
revocado.
16 El rey entonces dio órdenes que trajeran a Daniel y lo echaran en
el foso de los leones. El rey habló a Daniel y le dijo: Tu Dios, a quien sirves con perseverancia, Él te
librará. 17 Trajeron una piedra y la
pusieron sobre la boca del foso; el rey la selló con su anillo y con los
anillos de sus nobles, para que nada pudiera cambiarse de lo ordenado en cuanto
a Daniel. 18 Después
el rey se fue a su palacio y pasó la noche en ayuno; ningún entretenimiento fue
traído ante él y se le fue el sueño.
19 Entonces el rey se levantó al amanecer, al rayar el alba, y fue a
toda prisa al foso de los leones. 20 Y
acercándose al foso, gritó a Daniel con voz angustiada. El rey habló a Daniel y
le dijo: Daniel, siervo del Dios viviente, tu Dios, a quien sirves con
perseverancia, ¿te ha podido librar de los leones? 21 Entonces Daniel respondió al[m] rey: Oh rey, vive para siempre. 22 Mi Dios envió su ángel, que
cerró la boca de los leones, y no me han hecho daño alguno porque fui hallado
inocente[n] ante Él; y tampoco ante ti, oh
rey, he cometido crimen alguno. 23 El rey entonces se alegró mucho y mandó
sacar a Daniel del foso. Cuando Daniel fue sacado del foso, no se encontró en
él lesión alguna, porque había confiado en su Dios. 24 El rey dio órdenes que
trajeran a aquellos hombres que habían acusado falsamente a[o] Daniel, y que los echaran, a
ellos, a sus hijos y a sus mujeres en el foso de los leones. No habían
llegado aún al fondo del foso, cuando ya los leones se habían apoderado de
ellos y triturado todos sus huesos.
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
El
milagro sucede cuando sustituyes el miedo por la fe
Reflexiones
cristianas diarias por CVCLAVOZ
¿Tienes
fe cuando oras? A veces nuestra petición es un milagro que esperamos del Señor,
pero existe un requisito esencial para que podamos recibir lo que esperamos y
ver las maravillas de Dios: la fe.
El
milagro no sucede cuando pides, sino cuando tienes FE
Sara era
una mujer sencilla, hermosa, y muy humana; cometió errores antes de recibir el
milagro. Ella era estéril, obviamente un asunto de angustia personal, al igual
que de vergüenza cultural en esa época.
A pesar
de recibir la promesa, trató de manejar esta situación a su manera, enviando de
forma insensata a su sierva Agar con Abraham para concebir el hijo que Dios
había prometido, lo cual trajo consecuencias negativas para todos.
La fe no
hace las cosas sencillas, hace las cosas posibles
Por la
fe también la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir; y dio a
luz aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó que era fiel quien lo había
prometido.
Hebreos
11:11 (RVR 1960)
A los 90
años de edad Sara recibió la promesa de Dios para concebir un hijo y a pesar de
sus errores, la Biblia menciona que era una mujer de fe. Estando fuera del
tiempo indicado para tener hijos, ella esperó y confió en el Señor para recibir
el milagro, por lo que sus fuerzas fueron renovadas para sostener un niño y
vivió otros 30 años, muriendo a la edad de 127 años.
La fe es
una mano vacía, extendida a Dios diciendo ¡Gracias!
Pero sin
fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios
crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.
Hebreos
11:6 (RVR 1960).
Cuando
nos acercamos al Señor debemos hacerlo con fe, confiando que en Él encontraremos
nuestro milagro. Dios conoce tus debilidades y errores, es posible que sientas
miedos o dudas, pero sólo te pide que seas sincero, confieses y le des las
gracias por su maravillosa obra sobre tu vida ¡tener fe es creer sin ver!
Shirley
Chambi
CVCLAVOZ
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA·
REFLEXION
Aprendiendo a
lo largo de la vida
Reflexiones
cristianas diarias por CVCLAVOZ
La vida está
llena de aprendizaje, eventos buenos y malos que nos enseñan grandes lecciones
y nos ayudan a formar nuestro carácter. Pero también hay obstáculos que nos
impiden seguir aprendiendo.
¿Quieres vencer
tus miedos y continuar aprendiendo?
Dios es nuestro
maestro, quien con gran paciencia nos va enseñando y va entretejiendo
situaciones en las cuales nos ayudará a formar nuestro carácter a su semejanza.
Moisés, cuando
recibió de Jehová la instrucción de sacar a su pueblo de Egipto, no se creyó
capaz de realizarlo, tuvo temor y se centró en su debilidad antes que el Poder
de Dios:
“Entonces dijo
Moisés a Jehová: ¡Ay, Señor! nunca he sido hombre de fácil palabra, ni antes,
ni desde que tú hablas a tu siervo; porque soy tardo en el habla y torpe de
lengua.”
Éxodo 4:10 (RVR
1960)
Pero luego de
expresar lo incapaz que se sentía, Jehová le respondió con una gran verdad:
… ¿Quién dio la
boca al hombre? ¿o quién hizo al mudo y al sordo, al que ve y al ciego? ¿No soy
yo Jehová? Ahora pues, ve, y yo estaré con tu boca, y te enseñaré lo que hayas
de hablar.
Éxodo 4:11-12
(RVR 1960)
No se trata de
las capacidades que tengas para realizar una labor específica, sino de lo que
Dios quiere hacer por medio de ti, enseñándote que con su respaldo podrás
lograr aquello que Él te llamó a hacer.
No desmayes
porque no estás solo.
El aprendizaje
nos enriquece y rendirnos ante nuestras limitaciones o temores no es la salida,
al contrario, debemos enfrentarlos pero de la mano de Dios; confiando que
nuestro Maestro no nos desamparará, que nos enseñará de cada situación el
camino que debemos seguir hacia sus planes y propósitos, los cuales son buenos.
Hubiera yo desmayado,
si no creyese que veré la bondad de Jehová En la tierra de los vivientes.
Salmos 27:13
(RVR1960)
Aprendamos a
depender de nuestro gran Maestro a cada paso que damos, pues eso nos acerca más
a Él y nos permite conocerlo íntimamente.
Soraida Fuentes
CVCLAVOZ
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