2 Samuel 24:16 La
Biblia de las Américas (LBLA)
Censo del pueblo y castigo
de Dios
24 De nuevo la ira del Señor se encendió contra Israel, e incitó a David
contra ellos, diciendo: Ve, haz un censo de Israel y de Judá. 2 Y el
rey dijo a Joab, comandante del ejército, que estaba con él: Recorre todas las tribus de Israel, desde
Dan hasta Beerseba, y haz un censo del pueblo para que yo sepa el número de la
gente. 3 Pero
Joab respondió al rey: Que el Señor tu
Dios añada al pueblo cien veces más de lo que son, mientras todavía vean los ojos de mi
señor el rey; pero, ¿por qué se complace mi señor el rey en esto? 4 Sin embargo, la palabra del rey prevaleció
contra Joab y contra los comandantes del ejército. Salieron, pues, Joab y los
comandantes del ejército de la presencia del rey para hacer el censo del pueblo
de Israel. 5 Pasaron
el Jordán y acamparon en Aroer, a la derecha de la ciudad que está en medio del
valle de Gad, y en dirección a Jazer. 6 Luego fueron a Galaad y a la tierra de
Tahtim-hodsi[a]; fueron a
Dan-jaán y doblaron para Sidón; 7 fueron a la fortaleza de Tiro y a
todas las ciudades de los heveos y de los cananeos, saliendo finalmente hacia el sur de Judá, a Beerseba. 8 Habiendo recorrido todo el país, volvieron
a Jerusalén al cabo de nueve meses y veinte días. 9 Joab dio al rey la cifra del censo del
pueblo: había en Israel ochocientos mil hombres valientes que sacaban espada, y
los de Judá eran quinientos
mil hombres.
10 Después que David contó el pueblo le pesó en[b] su corazón.
Dijo, pues, David al Señor: He pecado en gran manera por lo que he hecho. Pero
ahora, oh Señor, te ruego que quites[c] la
iniquidad de tu siervo, porque he obrado muy neciamente. 11 Cuando
David se levantó por la mañana, la palabra del Señor vino
al profeta Gad, vidente de David, diciendo: 12 Ve y di a David: «Así dice el Señor: “Te ofrezco tres cosas; escoge para ti una de ellas, para que yo
la haga”». 13 Así
que Gad fue a David y se lo hizo saber, diciéndole: ¿Quieres que te
vengan siete años de hambre en tu tierra, o que huyas por tres meses delante de
tus enemigos mientras te persiguen, o que haya tres días de pestilencia en tu
tierra? Considera ahora, y mira qué respuesta he de dar al que me envió. 14 Respondió David a Gad: Estoy muy angustiado.
Te ruego que nos dejes caer en manos del Señor porque
grandes son sus misericordias, pero no caiga yo en manos de hombre.
15 Y el Señor envió[d] pestilencia
sobre Israel desde la mañana hasta el tiempo señalado; y desde Dan hasta
Beerseba murieron setenta mil hombres del pueblo. 16 Cuando
el ángel extendió su mano hacia Jerusalén para destruirla, el Señor se arrepintió del mal, y dijo al ángel que destruía al pueblo:
¡Basta! ¡Detén ahora tu mano! Y el ángel del Señor estaba
junto a la era de Arauna[e] jebuseo. 17 Entonces David habló al Señor, cuando vio al ángel que hería al pueblo, y dijo: He aquí, yo soy
el que ha pecado, y yo soy el que ha hecho mal; pero estas ovejas, ¿qué han
hecho? Te ruego que tu mano caiga sobre mí y sobre la casa de mi padre.
18 Y Gad vino a David aquel día y le dijo: Sube, edifica un altar al Señor en la era de Arauna jebuseo. 19 David
subió conforme a la palabra de Gad, tal como el Señor había
ordenado. 20 Y
Arauna miró y vio al rey y a sus siervos que venían hacia él; y saliendo
Arauna, se postró rostro en tierra delante del rey. 21 Entonces Arauna dijo: ¿Por qué ha venido
mi señor el rey a su siervo? Y David respondió: A comprarte la era para
edificar un altar al Señor a fin de detener la plaga del pueblo. 22 Y Arauna dijo a David: Tome y ofrezca mi
señor el rey lo que parezca bien
a sus ojos. Mira, los bueyes para el holocausto, y los trillos y los yugos de
los bueyes para la leña. 23 Todo, oh rey, Arauna lo da al rey. Y
Arauna dijo al rey: Que el Señor tu Dios te sea propicio. 24 Pero el rey dijo a Arauna: No, sino que
ciertamente por precio te lo compraré,
pues no ofreceré al Señor mi Dios holocausto que no me cueste nada[f]. Y David compró
la era y los bueyes por cincuenta siclos[g] de plata. 25 Y allí edificó David un altar al Señor, y ofreció holocaustos y ofrendas de paz. El Señor escuchó la súplica por la tierra y la plaga fue detenida
en Israel.
UN
ENCUENTROC ON LA PALABRA
REFLEXION
Aunque duela… ¡Haz lo correcto!
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ
Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la
justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
Mateo 5:10 (RVR1960)
¿Te has preguntado alguna vez, la razón por la cual una persona
malvada prospera más que aquel que trata de hacer lo correcto? Déjame decirte
que no eres el único. Asaf, uno de los hombres más cercanos al Rey David,
sintió lo mismo; veamos su confesión:
En cuanto a mí, casi se deslizaron mis pies; por poco resbalaron
mis pasos. Porque tuve envidia de los arrogantes, viendo la prosperidad de los
impíos. Porque no tienen congojas por su muerte, Pues su vigor está entero. No
pasan trabajos como los otros mortales, ni son azotados como los demás hombres.
Salmo73:2-5 (RVR 1960)
¿Alguna vez te ha pasado que mientras decides hacer lo correcto
peores experiencias suceden en tu vida? Incluso es posible que en esos
momentos, pareciera que a quienes hacen lo malo les va mejor que a nosotros,
quienes procuramos obedecer a nuestro Padre Celestial. Y nos preguntamos por
qué Dios lo permite ¿Será que a Él le gusta recompensar a los malos y hacer
sufrir a los buenos?
En lugar de cuestionarnos, de la forma de obrar de Dios en medio
de las circunstancias, deberíamos hacernos la pregunta que Dios le hizo a Job:
¿Es sabiduría contender con el Omnipotente?
Asaf fue sincero al decir que sintió envidia de la prosperidad
de los arrogantes, pero versículos más adelante se da cuenta que las riquezas
del impío son temporales. Ellos se ocupan de las cosas de este mundo y no se
dan cuenta que todo lo terrenal tiene su tiempo de caducidad. Por más prósperos
que lleguen a ser, no mires lo pasajero, no desees ocupar su lugar para obtener
riquezas.
Es verdad que hacer lo correcto duele, porque a causa de ello
eres criticado, hasta tus “amigos” tienden a alejarse de ti y hay infinidad de
otras situaciones más que podrías experimentar; pero no te sientas mal, porque
finalmente este mundo es pasajero y será más doloroso perder las recompensas
eternas por hacer lo incorrecto.
¡Recuerda que la bendición de Dios está en la obediencia!
Ruth Mamani
CVCLAVOZ
UN
ENCUENTROC ON LA PALABRA
REFLEXION
Preparado.
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ
Estén vestidos, listos para servir y mantengan las lámparas
encendidas, como si esperaran el regreso de su amo de la fiesta de bodas.
Entonces estarán listos para abrirle la puerta y dejarlo entrar en el momento
que llegue y llame. Los siervos que estén listos y a la espera de su regreso
serán recompensados. Les digo la verdad, él mismo les indicará dónde sentarse,
se pondrá el delantal y les servirá mientras están a la mesa y comen. Puede ser
que llegue en la mitad de la noche o durante la madrugada, pero cualquiera sea
la hora a la que llegue, recompensará a los siervos que estén preparados.
Lucas 12:35-38 (NTV)
En esta parábola Jesús nos exhorta a estar preparados y atentos
a su llegada. Nos dice que, como siervos, estemos listos y pendientes de su
retorno porque Él vendrá cuando menos lo esperemos.
La palabra siervo según el diccionario de la Real Academia
Española (RAE) significa esclavo de un señor. Persona completamente sometida a
alguien o algo, o entregada a su servicio.
En la vida cristiana el concepto siervo se refiere a la
obediencia absoluta y sumisión total del hombre a Dios. ¿Quiénes son siervos?
La Biblia dice: “Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos
siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida
eterna.” Romanos 6:22 (RVR1960)
Todos los que han aceptado a Jesús como su Señor y Salvador, son
siervos de Dios. Pero no todos cumplen ese rol, porque el siervo del Señor es
aquella persona que está dispuesta a hacer lo que Él le pide, es decir, obedece
su palabra.
¿Haces todo lo que el Señor te pide?
En caso de que no sea así, te animo a pedirle perdón a Dios y a
que tomes la decisión de hacerlo a partir de hoy. Si lo haces serás dichoso(a),
porque el mismo Señor te recompensará por tu fidelidad. Caso contrario, sin
duda alguna, recibirás el castigo que mereces.
El Señor te pide que estés preparado y listo para su retorno.
Orando, obedeciendo su palabra y trabajando en compartir su mensaje.
Ahora que tienes tiempo en casa, aprovecha para buscar a Dios y
fortalecerte. Aprovecha para compartir con tu familia de Cristo y prepararte
espiritualmente.
Diego Jora
CVCLAVOZ
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