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Isaías 41:8 La Biblia de
las Américas (LBLA)
Promesa de ayuda a Israel
41 Guardad silencio ante mí, costas[a],
y renueven sus fuerzas los pueblos;
acérquense y entonces hablen,
juntos vengamos a juicio.
2 ¿Quién ha levantado del oriente
al que El llama en justicia a sus pies[b]?
Ante El entrega naciones,
y a reyes somete.
Los deja como polvo con su espada,
como hojarasca dispersa con su arco.
3 Los persigue, pasando seguros
por una senda por donde no habían andado[c] sus pies.
4 ¿Quién lo ha hecho y lo ha realizado,
llamando a las generaciones desde el principio?
Yo, el Señor, soy el primero, y con los postreros soy.
y renueven sus fuerzas los pueblos;
acérquense y entonces hablen,
juntos vengamos a juicio.
2 ¿Quién ha levantado del oriente
al que El llama en justicia a sus pies[b]?
Ante El entrega naciones,
y a reyes somete.
Los deja como polvo con su espada,
como hojarasca dispersa con su arco.
3 Los persigue, pasando seguros
por una senda por donde no habían andado[c] sus pies.
4 ¿Quién lo ha hecho y lo ha realizado,
llamando a las generaciones desde el principio?
Yo, el Señor, soy el primero, y con los postreros soy.
5 Las costas[d] han visto
y temen,
tiemblan los confines de la tierra,
se han acercado y han venido.
6 Cada uno ayuda a su prójimo,
y dice a su hermano: Sé fuerte.
7 El artífice anima al fundidor,
y el que alisa a martillo al que bate el yunque,
diciendo de la soldadura: Está bien.
Entonces[e] asegura su obra con clavos,
para que no se mueva.
8 Pero tú, Israel, siervo mío,
Jacob, a quien he escogido,
descendiente[f] de Abraham, mi amigo;
9 tú, a quien tomé de los confines de la tierra,
y desde sus lugares más remotos te llamé,
y te dije: “Mi siervo eres tú;
yo te he escogido y no te he rechazado:”
10 No temas, porque yo estoy contigo;
no te desalientes[g], porque yo soy tu Dios.
Te fortaleceré, ciertamente te ayudaré,
sí, te sostendré con la diestra de mi justicia.
11 He aquí, todos los que se enojan contra ti serán avergonzados y humillados[h];
los que contienden contigo serán como nada y perecerán.
12 Buscarás a los que riñen contigo, pero no los hallarás;
serán como nada, como si no existieran, los que te hacen guerra.
13 Porque yo soy el Señor tu Dios, que sostiene tu diestra,
que te dice: “No temas, yo te ayudaré.”
14 No temas, gusano de Jacob, vosotros hombres de Israel;
yo te ayudaré —declara el Señor— y tu Redentor es el Santo[i] de Israel.
15 He aquí, te he convertido en trillo nuevo, cortante, de doble filo;
trillarás los montes y los harás polvo,
y los collados dejarás como hojarasca.
16 Los aventarás, el viento se los llevará,
y la tempestad los dispersará;
pero tú te regocijarás en el Señor,
en el Santo de Israel te gloriarás.
tiemblan los confines de la tierra,
se han acercado y han venido.
6 Cada uno ayuda a su prójimo,
y dice a su hermano: Sé fuerte.
7 El artífice anima al fundidor,
y el que alisa a martillo al que bate el yunque,
diciendo de la soldadura: Está bien.
Entonces[e] asegura su obra con clavos,
para que no se mueva.
8 Pero tú, Israel, siervo mío,
Jacob, a quien he escogido,
descendiente[f] de Abraham, mi amigo;
9 tú, a quien tomé de los confines de la tierra,
y desde sus lugares más remotos te llamé,
y te dije: “Mi siervo eres tú;
yo te he escogido y no te he rechazado:”
10 No temas, porque yo estoy contigo;
no te desalientes[g], porque yo soy tu Dios.
Te fortaleceré, ciertamente te ayudaré,
sí, te sostendré con la diestra de mi justicia.
11 He aquí, todos los que se enojan contra ti serán avergonzados y humillados[h];
los que contienden contigo serán como nada y perecerán.
12 Buscarás a los que riñen contigo, pero no los hallarás;
serán como nada, como si no existieran, los que te hacen guerra.
13 Porque yo soy el Señor tu Dios, que sostiene tu diestra,
que te dice: “No temas, yo te ayudaré.”
14 No temas, gusano de Jacob, vosotros hombres de Israel;
yo te ayudaré —declara el Señor— y tu Redentor es el Santo[i] de Israel.
15 He aquí, te he convertido en trillo nuevo, cortante, de doble filo;
trillarás los montes y los harás polvo,
y los collados dejarás como hojarasca.
16 Los aventarás, el viento se los llevará,
y la tempestad los dispersará;
pero tú te regocijarás en el Señor,
en el Santo de Israel te gloriarás.
17 Los afligidos[j] y los
necesitados buscan agua, pero no la hay,
su lengua está reseca de sed.
Yo, el Señor, les responderé,
yo, el Dios de Israel, no los abandonaré.
18 Abriré ríos en las alturas desoladas,
y manantiales en medio de los valles;
transformaré el desierto en estanque de aguas,
y la tierra seca en manantiales.
19 Pondré en los desiertos el cedro,
la acacia, el mirto y el olivo[k];
pondré en el yermo el ciprés,
junto con el olmo y el boj,
20 para que vean y entiendan,
consideren y comprendan a una
que la mano del Señor ha hecho esto,
que el Santo de Israel lo ha creado.
su lengua está reseca de sed.
Yo, el Señor, les responderé,
yo, el Dios de Israel, no los abandonaré.
18 Abriré ríos en las alturas desoladas,
y manantiales en medio de los valles;
transformaré el desierto en estanque de aguas,
y la tierra seca en manantiales.
19 Pondré en los desiertos el cedro,
la acacia, el mirto y el olivo[k];
pondré en el yermo el ciprés,
junto con el olmo y el boj,
20 para que vean y entiendan,
consideren y comprendan a una
que la mano del Señor ha hecho esto,
que el Santo de Israel lo ha creado.
21 Presentad[l] vuestra
causa —dice el Señor.
Exponed vuestros fuertes argumentos
—dice el Rey de Jacob.
22 Que expongan y nos declaren lo que ha de suceder.
En cuanto a los hechos anteriores, declarad lo que fueron,
para que los consideremos[m] y sepamos su resultado,
o bien, anunciadnos lo que ha de venir.
23 Declarad lo que ha de venir después,
para que sepamos que vosotros sois dioses.
Sí, haced algo bueno o malo, para que nos desalentemos[n] y temamos a una.
24 He aquí, vosotros nada sois,
y vuestra obra es vana;
abominación es el que os escoge.
Exponed vuestros fuertes argumentos
—dice el Rey de Jacob.
22 Que expongan y nos declaren lo que ha de suceder.
En cuanto a los hechos anteriores, declarad lo que fueron,
para que los consideremos[m] y sepamos su resultado,
o bien, anunciadnos lo que ha de venir.
23 Declarad lo que ha de venir después,
para que sepamos que vosotros sois dioses.
Sí, haced algo bueno o malo, para que nos desalentemos[n] y temamos a una.
24 He aquí, vosotros nada sois,
y vuestra obra es vana;
abominación es el que os escoge.
25 Del norte levanté a uno, y ha venido;
del nacimiento del sol invocará mi nombre,
y vendrá sobre los gobernantes, como sobre lodo,
como el alfarero pisotea el barro.
26 ¿Quién lo anunció desde el principio, para que supiéramos,
o desde tiempos antiguos, para que dijéramos: Tiene razón?
Ciertamente no había quien lo anunciara,
sí, no había quien lo proclamara,
ciertamente no había quien oyera vuestras palabras.
27 Dije primero a Sion: “Mira, aquí están”,
y a Jerusalén: “Os daré un mensajero de buenas nuevas.”
28 Pero cuando miro, no hay nadie,
y entre ellos[o] no hay consejeros
a quienes, si les pregunto, puedan responder.
29 He aquí, todos ellos son falsos[p];
sus obras inútiles,
viento y vacuidad sus imágenes fundidas.
del nacimiento del sol invocará mi nombre,
y vendrá sobre los gobernantes, como sobre lodo,
como el alfarero pisotea el barro.
26 ¿Quién lo anunció desde el principio, para que supiéramos,
o desde tiempos antiguos, para que dijéramos: Tiene razón?
Ciertamente no había quien lo anunciara,
sí, no había quien lo proclamara,
ciertamente no había quien oyera vuestras palabras.
27 Dije primero a Sion: “Mira, aquí están”,
y a Jerusalén: “Os daré un mensajero de buenas nuevas.”
28 Pero cuando miro, no hay nadie,
y entre ellos[o] no hay consejeros
a quienes, si les pregunto, puedan responder.
29 He aquí, todos ellos son falsos[p];
sus obras inútiles,
viento y vacuidad sus imágenes fundidas.
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
Devocional Diario Cristiano – Dicen que soy un charlatán.
Devocional Diario Cristiano – Dicen que soy un charlatán.
Publicado por: Pastor
Carlos Vargas Valdez en Devocional Cristiano, Devocional Diario, Devocionales
Biblicos, Meditaciones Cristianas, Reflexiones Cristianas 0
Devocional Diario Cristiano – Dicen que soy un charlatán
Hoy es mi último día
aquí, por la noche volaré a Vitória para encontrarme con mi familia brasileira:
el pastor Ely y su iglesia, la última etapa de mi gira por Brasil.
Es hermoso despertar
en Vale da Bênção. La brisa acompaña las primeras horas del día, y todo te
invita a buscar el rostro de Dios. Hoy medité en Ezequiel 19 y 20. Quise leer
un capítulo pero me quede pegado con el mensaje.
Ezequiel me presenta
una conversación entre Dios y él mismo. Dios le dice: Yo no quiero saber nada
de mi pueblo, ¡júzgalos tú…! El profeta le responde: ¡Ay, Dios mío! La gente
dice que sólo soy un charlatán. La conversación comienza con una queja divina,
y termina con una protesta humana, ¿qué te parece?
Entre ambas expresiones se descubre la raíz del problema: “Jamás sucederá lo que ustedes tienen en mente: Queremos ser como las otras naciones, como los pueblos del mundo… Yo, el señor omnipotente, juro por mí mismo que reinaré sobre ustedes con gran despliegue de fuerza y poder…” Ezequiel 20:32-33
Ese fue el problema hace cientos de años atrás, y este sigue siendo el problema ahora: Los creyentes tenemos en mente ser como las personas exitosas del mundo. Aquí hay bastante para pensar:
Todas las personas tienen deseos de triunfar. Habría que ser loco para desear la derrota, todos queremos ganar; el problema no está en el deseo sino en cómo lograrlo.
Entre ambas expresiones se descubre la raíz del problema: “Jamás sucederá lo que ustedes tienen en mente: Queremos ser como las otras naciones, como los pueblos del mundo… Yo, el señor omnipotente, juro por mí mismo que reinaré sobre ustedes con gran despliegue de fuerza y poder…” Ezequiel 20:32-33
Ese fue el problema hace cientos de años atrás, y este sigue siendo el problema ahora: Los creyentes tenemos en mente ser como las personas exitosas del mundo. Aquí hay bastante para pensar:
Todas las personas tienen deseos de triunfar. Habría que ser loco para desear la derrota, todos queremos ganar; el problema no está en el deseo sino en cómo lograrlo.
Satanás nos ha convencido que la única manera segura de triunfar es su modelo. En la actualidad hay dos modelos para triunfar: puedes hacerlo como la mayoría, o puedes hacerlo como hijo de Dios.
Muchos creemos que
triunfar es resultado de saber mezclar los principios de Dios con los
principios del mundo. No es que quieras entregarte a todo tipo de vicios, pero
muchos piensan que el triunfo vendrá cuando logres colocarte en el punto medio:
Con Dios, pero también disfrutando del mundo, ¡eso es imposible!
Los percances de la
vida son expresión de la pelea que tenemos con Dios. El pueblo de Israel pasó
gran parte de su historia en una terca pelea. Luchar contra Dios es ridículo,
pero eso es lo que hacemos cuando insistimos en seguir nuestros criterios.
Si eres hijos de
Dios, te será imposible salirte con la tuya. Podrás insistir, salirte del
camino, hacerte el dormido, pasártela silbando mientras Él te llama; pero tarde
o temprano, tendrás que someter tu voluntad a la voluntad de Dios, ¡Él vencerá!
¡Vaya conversación
entre Dios y Ezequiel! El Señor señala claramente que su pueblo debe obedecer,
y el profeta claramente le responde que anunciarlo será como hablarle a la
pared.
¿Tan tercos somosí Lo
que pasa es que no estamos convencidos de estar tan mal, nos consuela y
satisface estar “más o menos”. Si tengo que ser sincero, debo que decirte que a
Dios le arrebata que estés “más o menos”, Él quiere que estés completamente
consagrado.
A todos nos gustaría
pasarla bien, pero qué es pasarla bien. A todos nos gustaría triunfar, pero qué
es triunfar. A todos nos gustaría disfrutar de una vida plena y fructífera,
pero qué es eso.
Ese es el problema.
Hemos permitido que Satanás nos diga cómo pasarla bien, cómo triunfar y como
alcanzar una vida plena y fructífera. Por escuchar a Satanás, hemos ignorado la
dulce y poderoso voz de nuestro Dios: “… mi palabra es vida para quienes
obedecen”.
Mi corazón se agita.
Impotente, siento temor de no ser comprendido. Me pongo en lugar del profeta, y
haciendo mías sus palabras, exclamo: ¡La gente dirá que yo solo hablo por
hablar! Hablar por hablar, ese es mi temor.
Temor que cede cuando
escucho la voz de mi Padre: “Así como el pastor selecciona sus ovejas, también
yo los haré pasar a ustedes bajo mi vara y los seleccionaré para que formen
parte de la alianza. Apartaré a los rebeldes, a los que se rebelan contra mí…”
¡Ay, Señor! Que
ninguna de tus ovejas de la Iglesia Bíblica de La Molina queden entre las
rebeldes. Que todas obedezcan. Que al pasar tu vara por el rebaño, quites el
pecado y limpies todo lo que está mal ¡Guíanos por delicados pastos, y cuando
Satanás nos amenace, infúndenos valor para obedecer!
El que lee, entienda
lo que dice el Señor.
En el amor de Jesús,
Pastor Miguel
Bardales
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
Devocionales
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ
Nada que temer
Cuentan que en un
viaje en tren, en uno de los compartimientos iba una preciosa niña, muy
cariñosa con todos. La pequeña iba de un lado a otro dando conversación a todos
los pasajeros, de modo que era difícil saber de quién era hija, pues a todo el
mundo trataba con la misma familiaridad; pero de pronto el tren penetró en un
oscuro túnel y en un momento la niña se acurrucó en la falda de una señora. Con
este gesto estaba claro que ella era su madre.
Lo mismo sucede con
nosotros, podemos estar tranquilos y disfrutando del viaje pero cuando oscurece
y viene una prueba siempre acudimos a Aquel que nos da la paz y seguridad que
necesitamos.
“El nombre del Señor
es una fortaleza firme; los justos corren a él y quedan a salvo” Proverbios
18:10 (NTV)
Dios siempre será el
mejor refugio al que podemos acudir, sin importar qué estemos pasando Él nos
abrazará y protegerá.
Sin importar las
circunstancias adversas que puedan presentarse, ya sean a nivel personal,
familiar, crisis sociales o políticas en el país donde te encuentras, problemas
de salud o cualquier otra cosa, lo importante es que tenemos a quién acudir.
Como lo expresa el salmista: “Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza; siempre
está dispuesto a ayudar en tiempos de dificultad. Por lo tanto, no temeremos cuando
vengan terremotos y las montañas se derrumben en el mar. ¡Que rujan los océanos
y hagan espuma! ¡Que tiemblen las montañas mientras suben las aguas!” Salmos
46:1-3 (NTV)
Que tu corazón no se
turbe con las noticias o con lo que la gente te dice, tú tienes a quién acudir
y Dios nunca te fallará ni abandonará.
¿Estás atravesando un
túnel? Corre a buscar refugio en tu Padre, Él está esperándote con los brazos
abiertos.
Ana María Frege Issa
CVCLAVOZ
CVCLAVOZ
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