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1 Reyes 2:19-25 La Biblia de
las Américas (LBLA)
Salomón consolida su reino
13 Entonces Adonías, hijo de Haguit, vino a Betsabé, madre de
Salomón; y ella le dijo:
¿Vienes en paz? Y él respondió: En paz. 14 Y añadió: Tengo algo que decirte[i]. Y ella dijo: Habla. 15 Y él dijo: Tú sabes que el reino era mío y que todo Israel
esperaba que yo fuera rey[j]; pero el reino ha cambiado de manos y ha venido a ser de mi
hermano, porque por voluntad del Señor era suyo. 16 Ahora yo te hago una petición, no me la niegues[k]. Y ella le dijo: Habla. 17 El entonces dijo: Te ruego que hables al rey Salomón, pues él no
te lo negará, para que me dé por mujer a Abisag sunamita. 18 Y Betsabé dijo: Muy bien; hablaré por ti al rey.
19 Betsabé fue al rey
Salomón para hablarle por Adonías. El rey se levantó a recibirla, se inclinó
delante de ella, y se sentó en su trono; hizo colocar un trono para la madre
del rey y ella se sentó a su diestra.20 Entonces ella dijo: Te hago una pequeña petición; no me la niegues.
Y el rey le dijo: Pide, madre mía, porque no te la negaré. 21 Y ella dijo: Que se dé a Abisag sunamita por mujer a tu
hermano Adonías. 22 El rey Salomón respondió, y dijo a su madre: ¿Por qué pides a
Abisag sunamita para Adonías? Pide para él también el reino, pues es mi hermano
mayor, y con él están el sacerdote Abiatar y Joab, hijo de Sarvia. 23 Y el rey Salomón juró por el Señor, diciendo: Así me
haga Dios y aun más, si Adonías no ha hablado esta palabra contra su propia vida[l]. 24 Ahora pues, vive el Señor que me ha
confirmado y me ha puesto en el trono de mi padre David, y que me ha hecho una
casa[m]como había prometido[n], que Adonías morirá hoy mismo. 25 El rey Salomón envió a[o] Benaía, hijo de Joiada, y éste arremetió contra Adonías[p] y lo mató[q].
26 Entonces dijo el
rey al sacerdote Abiatar: Vete a Anatot, a tu campo, porque mereces morir[r]; pero no te daré muerte en esta ocasión[s]porque llevaste el arca del Señor Dios[t] delante de mi
padre David, y porque fuiste afligido con todas las cosas con que mi padre fue
afligido.27 Así Salomón privó[u] a Abiatar de ser sacerdote del Señor, para que se
cumpliera la palabra que el Señor había hablado
acerca de la casa de Elíen Silo.
28 Cuando las noticias
llegaron a Joab (porque Joab había seguido a Adonías, aunque no había seguido a
Absalón), Joab huyó a la tienda del Señor y se asió de
los cuernos del altar. 29 Y se le informó al rey Salomón que Joab había huido a la tienda
del Señor, y[v] que estaba junto al altar. Entonces
Salomón envió a Benaía, hijo de Joiada, diciendo: Ve y arremete contra él. 30 Benaía entró en la tienda del Señory le dijo: Así ha
dicho el rey: “Sal de ahí.”
Pero él dijo: No, pues moriré aquí. Benaía llevó la respuesta[w] al rey, diciendo: Así habló Joab y así
me respondió. 31 Y el rey le dijo:
Haz como él ha dicho; arremete contra él, mátalo y entiérralo, para que quites de mí y de la casa de
mi padre la sangre que Joab derramó sin causa. 32 El Señor hará volver
su sangre sobre su propia cabeza, porque él arremetió contra dos hombres más
justos y mejores que él y los mató a espada sin que mi padre David losupiera: a Abner, hijo de Ner,
comandante del ejército de Israel, y a Amasa, hijo de Jeter, comandante del
ejército de Judá. 33 Su sangre, pues, recaerá sobre la cabeza de Joab y sobre la cabeza
de su descendencia[x] para siempre; pero para David y su
descendencia[y], para su casa y su trono, haya paz de parte
del Señor para siempre.34 Entonces subió Benaía, hijo de Joiada, arremetió contra él y lo
mató; y fue sepultado en su casa en el desierto. 35 En su lugar el rey nombró sobre el ejército a Benaía, hijo de
Joiada, y el rey nombró al sacerdote Sadoc en lugar de Abiatar.
36 Después el rey
envió a llamar a Simei, y le dijo: Edifícate una casa en Jerusalén, vive ahí y
no salgas de allí a ninguna parte. 37 Porque el día que salgas y pases el torrente Cedrón, ten por
cierto que sin duda morirás; tu sangre recaerá[z] sobre tu cabeza. 38 Entonces Simei dijo al rey: La palabra es buena; como ha dicho el
rey mi señor, así lo hará tu siervo. Y vivió Simei en Jerusalén muchos días.
39 Pero aconteció al
cabo de tres años, que dos de los siervos de Simei huyeron a Aquis, hijo de
Maaca, rey de Gat. Le avisaron a Simei, diciéndole: He aquí, tus siervos están en Gat. 40 Simei se levantó, ensilló su asno y fue a Gat a ver a Aquis para buscar a sus
siervos. Fue, pues, Simei y trajo sus siervos de Gat. 41 Pero informaron a Salomón que Simei había ido de Jerusalén hasta
Gat y había vuelto. 42 Entonces el rey envió a llamar a Simei y le dijo: ¿No te hice
jurar por el Señor y te advertí
seriamente, diciendo: “El día que salgas y vayas a cualquier parte, ten por
seguro que ciertamente morirás”? Y tú me dijiste: “La palabra que he oído es
buena.” 43 ¿Por qué, entonces,
no guardaste el juramento del Señor y el
mandamiento que te impuse[aa]? 44 Dijo además el rey a Simei: Tú sabes todo el mal que hiciste a mi
padre David, que tú reconoces en tu corazón[ab]; el Señor, pues, hará recaer
tu mal sobre tu propia cabeza. 45 Pero el rey Salomón será bendito, y el trono de David será firme
delante del Señor para siempre. 46 Entonces el rey mandó a Benaía, hijo de Joiada, y éste salió y arremetió contra
Simei[ac] y lo mató[ad]. Así fue confirmado el reino en las manos
de Salomón.
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
Devocionales
Cristianos Diarios – Arrojarse al Vacío.
Publicado por: Pastor
Carlos Vargas Valdez en Devocional Cristiano, Devocional Diario, Devocional
para Jovenes, Devocionales, Devocionales Biblicos 0
Encomienda al Señor tu camino,y confía en él; y él hará.Salmo 37:5.
Yo sé a quién he
creído,y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito.2 Timoteo 1:12.
Devocionales
Cristianos Diarios – Arrojarse al Vacío
Mientras el
paracaidista no se haya lanzado al vacío, no puede sentir las cuerdas del
paracaídas que lo sostiene. Primeramente debe dar el salto como principio de
confianza, y sólo después constatará que es llevado. Asimismo, mientras no
confiemos verdaderamente en la Providencia divina para nuestras necesidades, no
podremos experimentar sus efectos en nuestra vida.
De hecho, nos cuesta
confiar. Las promesas del Evangelio no nos bastan, queremos ver, por lo menos
un poco, para creer. Pero sólo podemos conocer la ayuda de Dios si le damos la
oportunidad de manifestarse. Siempre debemos, pues, dar el primer paso en el
camino de la fe. Para eso no hemos de calcular y prever todo, ni procurar
resolver todo por nosotros mismos. Sencillamente debemos apoyarnos en el Señor.
Por supuesto, hemos
de ser sensatos, precavidos, calcular nuestros gastos y pensar en nuestro
porvenir, pero todo depende del estado de ánimo en el que lo hacemos. Por miedo
a quedarnos sin lo necesario, en el fondo por falta de confianza en Dios,
podemos programar todo por adelantado hasta con respecto a los menores
detalles. Pero lo que honra al Señor es que preveamos sin inquietud lo que es
legítimo y que nos entreguemos a Dios, quien proveerá lo que nos haga falta,
incluso lo que supera nuestras posibilidades humanas naturales (Efesios 3:20)
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
Devocionales
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ
Antes que nada Ora.
No hay nada mejor que
tener el respaldo de Dios en todo porque muchas veces se presentan situaciones
en el diario vivir en las que no tenemos el control ni que dependen de esfuerzo
sino de la gracia de Dios.
Nehemías, que era el
copero de Artejerjes, rey de Persia, recibió la triste noticia que su ciudad,
Jerusalén, se encontraba en gran mal y afrenta, su muro derribado y sus puertas
quemadas. Entonces él oró a Dios con un corazón compungido antes de hablar con
el rey y de hacer algo al respecto. Es así que recibió el respaldo de Dios
delante de Artajerjes, quien le dio permiso y también le ayudó con lo que
necesitaba para reconstruir su pueblo.
Reconocer que no sólo
depende de ti superar obstáculos o lograr metas sino de Dios te hace más sabio
y fuerte. La oración de Nehemías fue profunda y terminó reconociendo que su
éxito dependía del Señor: “Te ruego, oh Jehová, esté ahora atento tu oído a la oración
de tu siervo, y a la oración de tus siervos, quienes desean reverenciar tu
nombre; concede ahora buen éxito a tu siervo, y dale gracia delante de aquel
varón. Porque yo servía de copero al rey.” Nehemías 1:11
Busca la bendición de
Dios, no vayas a la batalla desprotegido sino ármate con la gracia que sólo
nuestro Creador puede darte. También te invito a fortalecerte de la Palabra de
Dios porque ahí están registrados más testimonio de cómo Jehová respalda al que
lo busca de corazón.
Antes de salir encomienda
tu vida a Dios.
Soraida Fuentes
CVCLAVOZ
CVCLAVOZ
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