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UN
ENCUENTRO CON LA PALABRA
Juan 20:21-23 La Biblia de las Américas
Aparición a los discípulos
19 Entonces, al atardecer de aquel
día, el primero de la semana, y estando cerradas las puertas del lugar donde los discípulos
se encontraban por miedo a los judíos, Jesús vino y se puso en medio de ellos,
y les dijo*: Paz a vosotros. 20 Y diciendo esto, les mostró las manos y el costado. Entonces los
discípulos se regocijaron al ver al Señor. 21 Jesús entonces les dijo otra vez: Paz a vosotros; como el Padre me ha enviado, así también yo os envío. 22 Después de decir esto, sopló sobre ellos y les dijo*: Recibid el Espíritu Santo. 23 A
quienes perdonéis los pecados, estos les
son[f] perdonados; a quienes retengáis
los pecados, estos les
son[g] retenidos.
UN
ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
¿Escucho la voz de Dios?
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ
Todos quisiéramos escuchar la voz de Dios de forma audible.
Conocemos que sus Palabras tienen poder y tendrán una respuesta exacta a
nuestra necesitad, por tanto, a veces nos desesperamos por conocer su voluntad;
y, Él quiere que escuches.
¿Cómo puedo escuchar la voz de Dios?
Me dijo: Hijo de hombre, ponte sobre tus pies, y hablaré
contigo. Y luego que me habló, entró el Espíritu en mí y me afirmó sobre mis
pies, y oí al que me hablaba.
Ezequiel 2:1-2 (RVR 1960).
En este pasaje observamos un encuentro entre Ezequiel y el
Señor, donde el varón de Dios logra escuchar sus palabras, pero después de una
secuencia de pasos. En esta oportunidad me gustaría que podamos mencionar cada
paso para utilizarlo como un ejemplo a seguir.
Primero, Ezequiel recibe la orden de ponerse de pie, es decir,
él tenía que tomar la decisión de levantarse, debía dar el primer paso y este
era «estar dispuesto», de lo contrario quizá no hubiera recibido la gran
bendición de Dios.
Segundo, entró el Espíritu Santo en su vida e hizo una obra
maravillosa. Cuando la Presencia del Señor vino sobre él, quizá tenía miedo o
dudas porque le faltaba estabilidad, pero sus pies fueron afirmados.
Por último, comenzó a escuchar la voz de Dios.
¿Quieres oír sus palabras?
He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y
abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.
Apocalipsis 3:20 (RVR 1960).
Este pasaje es utilizado para evangelizar, pero también es para
creyentes en la fe. Jesús escribe a la iglesia tibia haciéndoles una invitación
«estoy a la puerta y llamo». Él toca a la puerta, esperando recibir respuesta
para cenar con nosotros «si alguno oye mi voz» es decir, compartir un tiempo
íntimo.
El Señor desea tener una relación profunda e íntima con
nosotros, a pesar de ser Soberano, espera la cooperación del ser humano, no nos
obliga a nada. La clave para abrir la puerta es primero «oír» su voz y
levantarse.
Te animo a tener tu corazón dispuesto para escuchar su voz y
ponerte de pie, Él te ama y desea tener una relación personal contigo,
solamente tienes que dar el primer paso.
Shirley Chambi
CVCLAVOZ
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