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Job 3:20 La Biblia de
las Américas (LBLA)
Lamentos de Job
3 Perezca el día en que yo nací,
y la noche que dijo: “Un varón ha sido concebido.”
4 Sea ese día tinieblas,
no lo tome en cuenta Dios desde lo alto,
ni resplandezca sobre él la luz.
5 Apodérense de él tinieblas y densa oscuridad,
pósese sobre él una nube,
llénelo de terror la negrura del día.
6 Y en cuanto a aquella noche, apodérense de ella las tinieblas;
que no se alegre entre los días del año,
ni se cuente en el número de los meses.
7 He aquí, sea estéril aquella noche,
no entren en ella gritos de júbilo.
8 Maldíganla los que maldicen el día,
los que están listos[c] para despertar a Leviatán[d].
9 Oscurézcanse las estrellas de su alba;
que espere la luz mas no la tenga,
que tampoco vea el rayar[e] de la aurora;
10 porque no cerró las puertas[f] del vientre de mi madre,
ni escondió la aflicción de mis ojos.
y la noche que dijo: “Un varón ha sido concebido.”
4 Sea ese día tinieblas,
no lo tome en cuenta Dios desde lo alto,
ni resplandezca sobre él la luz.
5 Apodérense de él tinieblas y densa oscuridad,
pósese sobre él una nube,
llénelo de terror la negrura del día.
6 Y en cuanto a aquella noche, apodérense de ella las tinieblas;
que no se alegre entre los días del año,
ni se cuente en el número de los meses.
7 He aquí, sea estéril aquella noche,
no entren en ella gritos de júbilo.
8 Maldíganla los que maldicen el día,
los que están listos[c] para despertar a Leviatán[d].
9 Oscurézcanse las estrellas de su alba;
que espere la luz mas no la tenga,
que tampoco vea el rayar[e] de la aurora;
10 porque no cerró las puertas[f] del vientre de mi madre,
ni escondió la aflicción de mis ojos.
11 ¿Por qué no morí yo al nacer[g],
o expiré al salir del vientre?
12 ¿Por qué me recibieron las rodillas,
y para qué los pechos que me dieron de mamar?
13 Porque ahora yo yacería tranquilo;
dormiría, y entonces tendría descanso
14 con los reyes y los consejeros de la tierra,
que reedificaron ruinas para sí;
15 o con príncipes que tenían oro,
que llenaban sus casas de plata.
16 O como aborto desechado[h], yo no existiría,
como los niños que nunca vieron la luz.
17 Allí los impíos cesan de airarse,
y allí reposan los cansados[i].
18 Juntos reposan los prisioneros;
no oyen la voz del capataz.
19 Allí están los pequeños y los grandes,
y el esclavo es libre de su señor.
o expiré al salir del vientre?
12 ¿Por qué me recibieron las rodillas,
y para qué los pechos que me dieron de mamar?
13 Porque ahora yo yacería tranquilo;
dormiría, y entonces tendría descanso
14 con los reyes y los consejeros de la tierra,
que reedificaron ruinas para sí;
15 o con príncipes que tenían oro,
que llenaban sus casas de plata.
16 O como aborto desechado[h], yo no existiría,
como los niños que nunca vieron la luz.
17 Allí los impíos cesan de airarse,
y allí reposan los cansados[i].
18 Juntos reposan los prisioneros;
no oyen la voz del capataz.
19 Allí están los pequeños y los grandes,
y el esclavo es libre de su señor.
20 ¿Por qué se da luz al que sufre,
y vida al amargado de alma;
21 a los que ansían[j] la muerte, pero no llega[k],
y cavan por ella más que por tesoros;
22 que se alegran sobremanera,
y se regocijan cuando encuentran el sepulcro?
23 ¿Por qué dar luz al hombre cuyo camino está escondido,
y a quien Dios ha cercado?
24 Porque al ver mi alimento salen mis gemidos,
y mis clamores se derraman como agua.
25 Pues lo que temo[l] viene sobre mí,
y lo que me aterroriza me sucede.
26 No tengo reposo ni estoy tranquilo,
no descanso, sino que me viene turbación.
y vida al amargado de alma;
21 a los que ansían[j] la muerte, pero no llega[k],
y cavan por ella más que por tesoros;
22 que se alegran sobremanera,
y se regocijan cuando encuentran el sepulcro?
23 ¿Por qué dar luz al hombre cuyo camino está escondido,
y a quien Dios ha cercado?
24 Porque al ver mi alimento salen mis gemidos,
y mis clamores se derraman como agua.
25 Pues lo que temo[l] viene sobre mí,
y lo que me aterroriza me sucede.
26 No tengo reposo ni estoy tranquilo,
no descanso, sino que me viene turbación.
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
LA JUSTIFICACION –
USTED ES JUSTO !
Publicado por: Pastor Carlos Vargas Valdez en Cristianos, Devocional Cristiano, Devocional Diario, Devocionales, Dios 0
Publicado por: Pastor Carlos Vargas Valdez en Cristianos, Devocional Cristiano, Devocional Diario, Devocionales, Dios 0
LA JUSTIFICACION ES DE DIOS – USTED ES JUSTO
Y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe. Filipenses 3:9
No importa lo mucho
que haya echado a perder las cosas ni cuántos errores haya cometido, usted debe
empezar este día convencido de que es justo. No porque usted haya hecho algo
para justificarse, sino porque ya recibió, por la fe en Cristo, la justicia de
Dios.
Considere algunos de
los beneficios que según la Palabra de Dios vienen con la justicia:
“El justo florecerá
como la palmera” (Salmos 92:12).
“En el bien de los
justos la ciudad se alegra” (Proverbios 11:10).
“… la descendencia de
los justos será librada” (Proverbios 11:21).
“Porque los ojos del
Señor están sobre los justos, y sus oídos atentos a sus oraciones” (1 Pedro
3:12).
“Porque tú, oh
Jehová, bendecirás al justo; como con un escudo lo rodearás de tu favor”
(Salmos 5:12).
“Claman los justos, y
Jehová oye, y los libra de todas sus angustias” (Salmos 34:17).
“Joven fui, y he
envejecido, y no he visto justo desamparado, ni su descendencia que mendigue
pan” (Salmos 37:25).
“Los justos heredarán
la tierra, y vivirán para siempre sobre ella” (Salmos 37:29).
“Jehová ama a los
justos” (Salmos 146:8).
Para que el diablo no
le arrebate ninguna de esas bendiciones, no le haga caso cuando le diga que
usted no merece ninguna de ellas. Hágalo huir, diciéndole: “He sido hecho
justicia de Dios en Cristo”. Luego, empiece a disfrutar, por la fe, los
privilegios que Dios le ha preparado.
Escritura Devocional
para leer: Filipenses 3:9
Y ser hallado en él,
no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de
Cristo, la justicia que es de Dios por la fe.
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
REFLEXION
Devocionales
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ
Esperar no es vano.
“Y me hizo sacar del
pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; Puso mis pies sobre peña, y
enderezó mis pasos.” Salmos 40:2 (RVR1960)
Antiguamente, cuando
un pozo de agua se secaba era utilizado como prisión y si quedaba algo de
humedad en el fondo, se formaba lodo, por lo cual el piso se hacía muy
inestable para el preso, que veía como lentamente se hundía cada vez más. A
esto le sumamos el frío que debía soportar, podemos concluir que se trataba de
un castigo insoportable.
Cuando estamos en una
situación difícil a veces sentimos que nos estamos ‘hundiendo’ y cuanto más
pensamos en la dificultad, nos hundimos más, llegándonos a sentir que no hay
manera alguna de salir.
Sabemos que cuando
cometemos un pecado, la conciencia no nos deja tranquilos y de alguna forma
nuestro rostro se inclina al piso, sintiendo vergüenza delante de Dios. En tal
sentido el Rey David se expresa: “Porque me han rodeado males sin número; Me
han alcanzado mis maldades, y no puedo levantar la vista.” Salmos 40:12
(RVR1960) esas son las palabras honestas de un creyente que está luchando
contra el pecado.
Una de las claves que
David usó para superar este tiempo difícil fue: esperar “Pacientemente esperé a
Jehová, Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor.” Salmos 40:1 (RVR1960), Cuando
estamos en situaciones difíciles, queremos que Dios nos ayude inmediatamente,
para evitar el problema, la angustia y el dolor. Pero, muchas veces tenemos que
esperar, porque en medio del sufrimiento, Dios quiere enseñarnos lecciones
importantes.
David, reconoció que
sus maldades lo alcanzaron y lo llevaron a un pozo de desesperación, pero su
corazón estaba centrado en Dios, confiando en Él. Por eso aprendió a esperar
con paciencia; no se desesperó. Él también clamó y finalmente afirmó: “Aunque
afligido yo y necesitado, Jehová pensará en mí. Mi ayuda y mi libertador eres
tú; Dios mío, no te tardes.” Verso 17. “y la paciencia, prueba; y la prueba,
esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido
derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.”
Romanos 5:4-5 (RVR1960)
La espera vale la
pena, porque Dios mismo toma control para solucionar situaciones que nosotros
no podemos y también para ayudarnos a sobrellevar las consecuencias de nuestros
propios errores.
Aunque resulte
difícil, confía que esperar no es en vano.
¡Dios te sacará del
pozo de la angustia!
Soraida Fuentes
CVCLAVOZ
CVCLAVOZ
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